Te Regalo Tu Libertad -

Son las 7:40 am, y voy tarde para la universidad, visto unos vaqueros de mezclilla y una polera blanca con el logo de unas margaritas en el pecho, en el departamento donde viví hay cámaras en la puerta, que mandaron poner los Colombo para asegurarse de que nadie que sea hombre me visite, y esa es la razón por la cual yo cubro mi cuerpo con un gran abrigo a veces color rosa, a veces negro o café, pero que sea ancho, era parte de mi plan, mi maquillaje por lo general solo uso algún glos, peino mis cejas muy poquito rubor, mi piel es perfecta sin granos, ni reseca ni grasa, todo en equilibrio perfecto.

Puedo comer lo que quiera y a la hora que quiera, incluso puedo comer acostada viendo la TV o mi teléfono y después dormir y no subir un solo gramos, tengo un buen físico, mi cabello no está maltratado a pesar de que a veces no lo cuido demasiado.

Mi plan lo había pospuesto, por la razón de que Axel ni se dignó todo un año en venir a visitarme, solo su madre me visitaba frecuentemente he aprendido a tomarle cariño, es una mujer encantadora, me trata como a una hija, lástima que madre solo haya una y la mía ya no está más en este plano, más, sin embargo, la cargo en mi corazón siempre y en todo momento a ella y a mi amado padre.

Pasando a mi plan era bastante simple, sabía que Axel es bastante superficial, tiene un carácter terrible, no le gusta que lo reten y odia a las mujeres gordas y feas, bien usaba el abrigo hasta llegar a la universidad, pues las cámaras del edificio donde yo vivía las tenía la familia de Axel, no quería que el viera que soy esbelta, y cuando el empezó a frecuentar mi hogar, siempre era entre las 6:00 pm y 7:00 pm, para esa hora yo estaba en casa, cómoda, pero como tenía que aparentar, compré algunas pijamas grandes, las usaba y me ponía algo de relleno en mi abdomen, maquillada mis cejas de color negro con sombras, pintaba mis labios de rojo intenso desordenado, un lunar negro simulado y para terminar usaba una peluca o una toalla enrollada en mi cabeza como si me acabará de bañar.

📱-Llegó en diez minutos porqui- dice en su mensaje todo feo.

📱- Pues, ya que- Respondo de mala gana y es hora del show, me pongo mi relleno en mi abdomen, maquillo mis cejas labios y pongo el lunar, está vez me pondré mi peluca y me are un chongo pesado de esos de mamá de tres niños que vive agobiada por el cansancio y estrés, me coloco mi pans que me queda largo, pero equis me ayudaba mucho, puse una sudadera ancha, la compré para hombre así que es bastante amplia, me coloco unas calcetas de peluche y sandalias de tiburón, (lindas) son rosadas, y me tiró en el sillón a ver una película mientras como pollo frito con una cerveza.

Escucho pasos a fuera y en tres... Dos... Uno y se abre la puerta.

- Por Dios... mírate pareces un cerdo, comiendo y viendo TV ¿No tienes curiosidad por salir a conocer el mundo?

- Ay mira, el bicho ha vuelto - respondo enarcando una ceja y mirándolo con desagrado de arriba abajo.

- ¿Disculpa? Gracias me deberías de darme por dignarme a venir a tu cueva. Creo que soy lo mejor que puedes ver en tu día a día... más bien soy el único hombre que se atreve a hablarte y no por gusto he.-

Responde sin moverse de lugar en un tono altanero, jugando con las llaves de su lindo Lamborghini y mi departamento.

- Si claro, ¿Quieres pollo?- Sé que le da asco cualquier cosa que yo le ofrezca con mi mano llena de grasa.

- No gracias, no quiero que te mal pases...- hace una mueca de asco y enarca ambas cejas -Por cierto, mi madre y padre te mandan saludos, mamá vendrá está semana, dice que planea llevarte de compras.-

- Ah sí ya sabía, igual se te agradece- bostezo mientras con mi misma mano llena de grasa de pollo rasco mi cabeza.

- Si te bañas ¿Verdad?- su expresión es única, está completamente asqueado, lo estoy haciendo bien, digo para mí misma llena de emoción.

-Si, ayer lo hice ¿Y tú?- Respondo mirándolo fijamente, me levanto y voy hacia la cocina, camino de mala manera arrastrando mis pies.

- Siéntate - añado

-No, no quiero que se me pegue algo, aparte hoy tengo una salida con mis amigos y bueno... habrá buena compañía ¿me entiendes?

-Ilústrame- respondo en tono molesto, cruzando me dé brazos.

- No me digas que estás celosa que eso en lugar de alagarme me provoca náuseas.

- Por supuesto que no, pero si tienes otras mujeres ¿Por qué vienes a qui?

¿Por qué molestas mi tranquilidad?

- Recuerda que esto no lo hago por qué quiera, lo hago por qué no tengo de otra, y te aguanto a ti y tu horrible apariencia-

Dice en un tono molesto.

- Pues yo no quiero que vengas ¿No puedes solo mandar algún mensaje diciendo lo que tus padres me mandas decir?

- Como si fuera tan fácil, ¿Si sabes que hay cámaras por todo el edificio? ¿Verdad? O ¿Solo eres idiota?

-¡¿Quién te crees?! ¡Solo lárgate!-

-Pues te are caso, me voy no quiero ver más a esta abominación de "mujer" que tengo frente a mí- Dice mientras se gira de camino a la puerta y cierra azotándola.

Lejos de molestarme si tenía otra mujer, lo que en verdad me molestaba era que el podía ir, hacer y deshacer de su vida con quién el quisiera y mientras yo tenía que comportarme, no salía con amigas o amigos aunque estos me invitarán, mis únicas salidas eran con la señora Catalina.

Mi único contacto fuera de la universidad y de la señora Catalina, era con Rita, la joven que me venía a ayudar con la limpieza y eso era tres veces a la semana.

Me sentía enjaulada, es por eso que hacía esto, así sería libre Axel lejos de enamorarse de mí, me aborrecería y se negaría por cualquier medio a casarse conmigo, así yo podría irme lejos de aquí y empezar desde cero una nueva vida, estaba harta de estar atada a los Colombo odiaba ese apellido.

Cuando por fin se me pasó el enojo, me despoje de todo mi disfraz, me metí a bañar, cepille mis dientes, me puse una mascarilla, un bálsamo y me puse mi pijama que solo contaba de una camiseta de seda en tono rosa, y un cachetero de encaje, apague las luces del lugar y me rrecoste mirando al techo, luego de quitarme la mascarilla, enjuague mi rostro, trence mi cabello y me dispuse a dormir, tenía examen de álgebra por la mañana y no quería llegar tarde.