Después de haber sufrido a manos de su padre, Cyra cayó bajo los engaños del dios Daotan, lastimando a miles de inocentes, pero sobre todo, lastimando a las únicas personas que en verdad la amaban y que ella amaba, ahora el dios Kaayo le dio una nueva oportunidad, pero ¿Qué pasa si Cyra no puede dejar atrás su pasado?
Cyra se siente indigna de esa segunda oportunidad, pero nuevas personas en su vida le harán ver que la única manera de vencer a aquellos que le hicieron tanto daño es ser feliz.
Esta historia está relacionada con la tetralogía de los 4 Guerrero de los Elementos, la cual está compuesta por:
1. El Guerrero de la Tierra
2. La Guerrera del Aire
3. La Guerrera del Agua y
4. El Guerrero del Fuego
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Capítulo 4
La pareja no cabía en sí de tanta felicidad, tanto tiempo esperando tener un hijo, y ese sueño al fin se había hecho realidad, no podían ser más felices.
Debido a que tanto Mara como Cyra estaban en perfectas condiciones, la pareja volvió a casa a los pocos días y una vez en casa, la pareja comenzó a notar que algo no estaba del todo bien con Cyra, y es que la pequeña lloraba desgarradoramente si pasaba mucho tiempo sola, su llanto era tal que había ocasiones en que lastimaba su garganta, por esta razón, la pareja mudo la cuna a su habitación para no dejar a su hija sola, también habían grabado sus voces, para que la niña los oyera en todo momento, ya que solo así parecía estar tranquila.
Este comportamiento preocupó a la pareja, quien llevó a la pequeña a pediatra, pero este no sabía decir a qué se debía su actitud, ya que siendo tan pequeña, no había razón por la que actuara así.
Con el tiempo Cyra se calmó, y las cosas comenzaron a marchar sobre ruedas, pero entonces, cuando Cyra cumplió 3 años los problemas volvieron a empezar y es que la niña solía tener terribles pesadillas, ella gritaba y lloraba por las noches, pero lo que más perturbo a sus padres, eran las cosas que decía entre sueños.
“Yo no la maté, no soy una asesina”
“Mi padre no me quiere”
“Yo no asesiné a mi madre”
“No me pegues más, me duele mucho”
“Y si de verdad soy un monstruo”
“Solo quiero desaparecer”
Esas era unas de las tantas frases que la niña repetía cada noche, ella lloraba e imploraba, y solo la voz y el arrullo de sus padres lograban calmarla, y una vez la pequeña despertaba, esta parecía olvidar lo que había soñado, pero sus preocupados padres no podían olvidar lo que su hija decía cada noche, era realmente horrible ver a Cyra durante uno de esos episodios, y es que Cyra actuaba de tal manera que parecía estar viviendo lo que decía, algo verdaderamente perturbador.
- ¿Qué le pasa a nuestra niña? – se preguntaba Mara, quien se angustiaba al no poder ayudar a su hija.
- No lo sé, pero siento que tiene que ver con lo que nos dijo ese hombre – le dijo Raúl a su esposa, mientras la abrazaba.
- ¿De qué hablas? – le preguntó Mara confundida.
- ¿Acaso ya no lo recuerdas? Aquel hombre, el día que nos a Cyra, nos dijo que esta era su segunda vida y que en la anterior había sufrido, y si es eso lo que le causa pesadillas, todo lo malo que vivió en su anterior vida – le dice Raúl a Mara, quien medita las palabras de su esposo.
- ¿Quién sería tan inhumano como para maltratar a una niña? – se preguntaba Mara, puesto que recordando las palabras de ese hombre, este les dijo que, en esa vida, Cyra había muerto joven, lo que significaba que para que ahora su hija sufriera así, significaba que fue maltratada durante esa corta vida, y en Mara no entraba la idea que alguien pudiera maltratar a un niño.
- No lo sé, pero con amor haremos que Cyra deje atrás todo eso.
El comportamiento preocupante de Cyra duro un total de 5 años, y con el pasar del tiempo, las pesadillas no hacían más que empeorar, y si bien ella no recordaba nada al despertar, sus padres eran conscientes de que la situación estaba empeorando, ya que entre sueños la niña repetía con más frecuencia la necesidad de acabar con su vida, y eso era lo que en realidad asustaba a la pareja, pero entonces Cyra cumplió 8 y como por arte de magia todo eso paro, lo cual fue un gran alivio para Mara y Raúl.
La familia vivió en paz durante 5 años, en donde Cyra creció como una niña alegre, extrovertida y muy amable, Cyra era un amor de niña, y se ganaba el corazón de quién la conociera, su sonrisa era el mejor regalo para Mara y Raúl, quienes sentían que su hija al fin había dejado eso que la atormentada atrás y ahora solo sería feliz, qué equivocados estaban, pesto que cuando Cyra cumplió 13 años, todo volvió a comenzar.
Poco después de cumplir 13, Cyra tuvo una pesadilla, en donde recordó todo lo que sufrió en el reino del fuego cuando era una niña, ella vio como fue maltratada, durante años, y también vio el momento donde su hermana Ember la rescato, y junto a Cole, ambos le dieron el amor que por años le fue negado, y si bien a la joven le afecto verse a sí misma siendo maltratada cuando apenas era solo una niña, lo que más la lastimo fue verse a sí misma matando y lastimando a esas únicas personas que en verdad la amaron.
A partir de ese día, las sonrisas de Cyra casi desaparecieron, y es que si bien la niña sonreía a sus padres, sus sonrisas ya casi no eran sinceras, Cyra cada noche soñaba con su terrible reinado, y dentro de ella se sentía indigna de la felicidad que le brindaban sus padres, y es que poseída o no, ella había hecho cosas terribles y sentía que no merecía ser feliz.
Obviamente, Mara y Raúl sintieron este cambio en su hija, y es que aunque Cyra intentaba disimular frente sus padres, estos la conocían muy bien, y eran conscientes de que su hija estaba sufriendo y aunque intentaban que ella hablara con ellos, Cyra no decía nada, y es que su mayor temor, era que si le contaba a sus padres lo que había hecho, estos dejarán de amarla y eso era algo que sabía que su corazón no soportaría.