Josefina hizo todo lo posible por llevar un matrimonio feliz, pero Franco no ponía nada de su parte, era celoso y posesivo. Todo tenía un principio y un fin, ¿será que podría conservar su matrimonio?
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Linares, Nuevo León
No digas tonterías, y, ¿por qué habría de estar embarazada?, ¿que no te cuidaste?
¿Quieres que te explique por qué podrías estar embarazada?
Claro que lo sé, a lo que voy es que si te pusiste el condón.
Claro que no, ¿acaso no eres mi esposa?, entonces, ¿por qué habría de ponerme condón?
Yo no quiero tener hijos. Así estamos bien, Mireya seguía montada en su macho.
Amor, yo sí quiero un hijo, no me niegues ese derecho.
¡Qué fastidio contigo!, está bien, pero tú lo cuidas, porque yo no pienso convertirme en esclava de un escuincle mocoso.
Xavier llevó a Mireya con el ginecólogo.
En efecto, está usted embarazada de cuatro semanas, dijo el doctor después de auscultarla. Felicidades. Ahora, a guardar mucho reposo, una dieta balanceada, y, tome muchos líquidos.
Gracias, Doctor, dijo Xavier muy feliz.
Ahora sí que nos cayó el chahuistle, no tenemos dinero para mantener a un bebé.
Deja de quejarte, un hijo es una bendición, tal vez llegue con la torta bajo el brazo, Xavier trataba de convencerla de que tener un hijo no era tan malo como ella creía.
Yo lo veo muy diferente, yo soy la que lo va a llevar nueve meses en el vientre.
Xavier ya no quiso discutir, se acostó en la cama y se dispuso a dormir.
¿Y ahora te duermes?, ¿no te importa lo que siento?, dijo Mireya, Xavier no sabía por qué su esposa siempre estaba discutiendo.
Se hizo el dormido, Mireya seguía hablando, pero al ver que él ya no le hizo caso decidió dormirse también.
El sueño tardó un poco en llegar, pero después dormía tranquilamente, solo así estaba en paz.
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Cuando Xavier se despertó al día siguiente, Mireya ya había hecho el almuerzo.
Huele rico, ¿qué hiciste?
¿Acaso no ves?, siéntate y come, ya está servido.
Xavier se sintió como un niño regañado. "Sí, mamá", dijo él en tono de burla.
La mirada que le lanzó Mireya le traspasó el alma a Xavier, quien optó por comer en silencio.
Rato después Xavier se fue a su trabajo.
Obvio, ahí se encontró con Yolanda.
Xavier la vio, pero pasó de largo.
¿Ahora me ignoras?, dijo ella tristemente.
Xavier se detuvo...
Apenas hace una semana que estuvimos juntos, y ahora ya no me quieres hablar.
Lo siento, pero mi esposa está embarazada. Quiero que esté bien, deseo tanto tener a mi hijo conmigo.
¿Y yo?, yo sé que te dije que no te iba a exigir nada, pero te amo, es muy difícil para mí esta situación.
Lo sé, yo... también te amo, pero primero está mi esposa y mi hijo. No me guardes rencor.
Y acto seguido se fue a continuar con su trabajo.
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Xavier le llevó comida a Mireya porque su cocina había quedado completamente destruida.
Tenemos que buscar otra casa donde ir, aquí ya no podemos estar, dijo Xavier, viendo su único patrimonio reducido a cenizas.
¿A dónde vamos a ir?, no tenemos dinero para nada.
Iremos al pueblo con mi abuela, estoy seguro que no recibirá bien.
Pero, ¿qué dices?/ yo no conozco a tu abuela.
No te preocupes, mi abuela es una mujer muy buena y estaremos bien. Allá trabajaré en el rancho, pediré mi liquidación. Al fin y al cabo llevo varios años trabajando ahí.
Anda, mi vida, come.
Mireya comió con voraz apetito, en todo el día no había comido nada y no por falta de hambre sino porque no había nada.
Dame solamente unos días mientras preparo mi renuncia.
Claro, tómate todo el tiempo que quieras al cabo como hay mucha comida yo me puedo esperar, dijo Mireya con sarcasmo.
Tranquila, amor, estaremos bien, solamente aguántame, por favor.
Al día siguiente, Xavier presentó su renuncia.
¿Se puede saber por qué está renunciando?, le preguntó el patrón.
Mi esposa está embarazada y necesita cambiar de aires para que su embarazo llegue a un final feliz.
Bueno, está bien, lo comprendo, pase en dos días por su liquidación.
Gracias.
Xavier ya iba rumbo a la salida del negocio cuando Yolanda lo interceptó.
¿Te vas sin avisarme?, ¿sin siquiera despedirte de mí?, ¿en tan poca estima me tienes?
Yolanda, ya hemos hablado de esto. Yo solo quiero que seas feliz, por favor.
¿Eso quiere decir que nunca más nos volveremos a ver?, ¿ni siquiera como amigos?, la voz se le quebró a Yolanda, y se dejó de ahí sin mirar atrás.
Pero lejos de irse, Xavier la alcanzó.
Mi amor, no lo pongas tan difícil, es por el bien de todos. Te juro que yo también te amo. Tal vez nos volveremos a ver, no lo sé, puedes buscarte una pareja y ser feliz.
Gracias por darme permiso, dijo en tono de burla. Adiós Xavier, que seas feliz con tu esposa y tu hijo.
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La inmobiliaria se encargaría de vender la casa o lo que quedaba de ella.
Mireya se dedicó a empacar las maletas en los próximos días, no estaba muy conforme, pero tenía que seguir a su marido.
Varios días después, Mireya y Xavier partían rumbo a Linares, Nuevo León.
Iban por todo un camino lleno de árboles por ambos lados de la carretera.
El paisaje que veía Mireya era maravilloso, pero había un problema, a Mireya no le gustaba el bosque ni el campo.
En cambio, Xavier vivió con su abuela casi toda su infancia hasta que se fue a Monterrey, Nuevo León a buscar trabajo. Sus padres murieron desde que él era un pequeño de 5 años. No eran ricos pero vivían cómodamente, ya que en el rancho no necesitaban tantas cosas para poder vivir bien. Ahí podían cultivar sus propias verduras, sus frutas, etc.
Cuando llegaron al rancho de su abuela ella ya los estaba esperando, ya que Xavier le había avisado que irían para allá.
Hijo mío, ¡cuánto tiempo sin verte!, pero, ¡qué crecido estás, eres muy guapo!
Abuela, yo también me alegro de verte. Ella es Mireya, mi esposa, Dominga, mi abuela.
Mucho gusto, dijeron ambas mujeres.
Bienvenidos, primero pasemos al comedor y después les indicaré dónde van a dormir.
Me parece bien porque tengo mucha hambre, dijo Mireya.
Mi esposa está embarazada, abuela, por eso tiene hambre.
No tienes por qué darme explicaciones, hijo, aquí todos comemos cuando tenemos hambre, dijo con una sonrisa que inspiraba mucha confianza.
La abuela, una mujer de 75 años, todo el mundo la quería porque era muy buena persona y siempre procurando ayudar al prójimo. Vivía sola, pero de vez en cuando la visitaban dos nietos más que vivían en las afueras de la ciudad, Marta y Damián, ambos jóvenes de 30 y 27 años respectivamente.
A Mireya le pareció que la comida era fantástica y deliciosa. Se comió hasta el último bocado.
Les voy a enseñar su cuarto, en cuanto se instalen bien, hablaremos.
Gracias, abuela.
Dónde está Xavier y Mireya que la andaban buscando 🤔🤔🤔🤔❓❓❓❓
Ahora sí tienen una buena pista Xavier para saber de su hija Josefina.
Otros son Xavier, Mireya, Manuel y Silvana creo que no saben ni dónde están parados Xavier se olvidó de Yolanda que tiene un hijo de él.
Mireya después que no quería a Josefina ahora la está buscando.
Marlene es la única que se preocupa por esa adolescente veremos cuando la encuentran y con la junta de esas niñas que aman a la santa muerte tu me dirás en qué va a parar.
Isabel y Juan ahora sí está buscando a Josefina y se arrepienten de haberla dejado sola y sin comida cuerda de desnaturalizados pensaron en ellos pero en la niña no.