Una Segunda Oportunidad

Iddo

Llega la mañana, y con ella la vuelta a mi hogar, me preparo y voy saliendo de la habitación, recorro el pasillo hasta la escalera esperando cruzarme con aquella chica, en el fondo sabiendo que eso sería imposible.

Llego abajo, ya está Vicenzo despidiendo a otras personas que se quedaron luego de la fiesta, me despido quedamos en ponernos en contacto para terminar algunas cosas y subo a mi auto.

En el camino a mi casa pensaba en esa chica. Su miedo era algo que me incomodaba y no sé por qué me despertaba curiosidad. No tenía por qué importarme, no la conocía, y lo que hacía Vicenzo Leggio con sus empleados no era de mi incumbencia. Sin embargo no dejaba de importarme.

Pasaron los días, no tuve más que un contacto telefónico con Vicenzo, no he vuelto a su casa luego de la fiesta. Me mantuve ocupado con Cosimo, mi amigo y mano derecha. Aparte de los negocios en los que estaba asociado, tenía los míos propios, y de ellos también debía ocuparme.

- Qué te tiene tan distraído?.- Me pregunta Cosimo casi queriendo burlarme.

- Nada, solo estoy ocupado con estos papeles, quiero dejar todo terminado, para que puedan archivar y mandar lo que se necesite a contabilidad.

- Seguro será eso? No será una niña chiquilla? Casi una invitación a la cárcel?.- Me dice entre risas.

- De qué hablas, Cosimo? Tú y tus ganas de hablar puras pavadas, por qué con tanta mujer que me busca y que tengo, voy a estar pensando en una niña? Por que es eso, una niña. No todos somos pervertidos.

Le respondo al borde del enojo, no quise darle el gusto para no darle la razón, pero si, pensaba en esa niña, no como una fijación sexual, si no porque me apenaba su situación. No llegué a descubrirla a fondo, pero por lo poco que ví, no era buena. Cosimo sabía de esto porque el día que llegué de la fiesta, nos reunimos por trabajo y termine contando lo que había pasado entre ella y Graviano, la situación del hielo y luego el verla en la lavandería golpeada, y lo curioso y raro que se me hacía que ella siendo menor este trabajando en la casa de Leggio, quien realmente era un tipo muy correcto en cuanto a su vida tanto la prolija, como la delictiva. No lo entendía.

- Ya hombre no te enojes! Que era solo una broma! Yo sé que solo te preocupas por qué además de mafioso y empresario, tienes un corazón de oro jajajaj.- Me dice entre risas, pero no pude más que reírme.

- Es que es raro, no es raro?

- Pues si pero, quizás aparte de la mafia le va la explotación infantil jaja no se que decirte.

- Pero por qué golpearla? Por qué tenerla de esa forma? Y el miedo de esa chica Cosimo, casi la violan y ella me pedía disculpas a mi, no podía creerlo!

- No te metas viejo, no es tu problema, la mente en los negocios. Cada hogar es un mundo, no necesitas saber qué pasa ahí, no es tu problema.

Y por más que quería hacerle caso, realmente no podía. Esos ojos tristes, me perseguían en la noche desde aquella tarde en la lavandería.

Pasaron dos semanas, me toca ir hoy a la casa de Vicenzo, llego otro cargamento de droga, vamos a hacer la prueba para verificar su pureza, lo hacemos siempre estando los tres presentes para evitar problemas luego.

Estos días he estado ocupado en el trabajo, pero me he hecho un tiempo por las noches para salir con Cosimo, fuimos a un bar y terminamos con la compañía de dos bellas mujeres. Me fui a un hotel con una de ellas, no me gusta traerlas a mi casa, se separar las cosas. Y si bien en lo que a mi rol como mafioso soy un sádico, separándome de eso soy todo un caballero con las mujeres, así sean de una noche, podría decir que soy un mujeriego, pero soy soltero no le debo nada a nadie. Y por la vida que llevo no sé si realmente me interesa meter a una mujer en esto, arrastrarla a vivir mi vida, a ponerla en riesgo y a que sea una debilidad para mi, por eso mejor solo por el momento.

Llego a la casa de Vicenzo, realmente es muy lejos, pero una vez estás en el lugar entiendes por qué está tan alejado. Yo vivo en una gran casa en Roma, Italia. Tengo otra propiedad en Sicilia, pero intento ir lo menos posible, ya que por obvias razones, hay ciertos lugares que están vinculados a la mafia, y mejor mantener las formas. Es por eso que muchos aparte de nuestro "trabajo", tenemos otro que podemos liquidar en blanco para las autoridades.

Mi padre fue el Don en su momento, cayó en una emboscada, al ser hijo único ascendí a su lugar, no sin antes ganármelo. Muchos me creían demasiado joven, tuve que ganarme mi respeto y mi posición en la organización, no solo la gané por derecho de sangre, si no por mi trabajo. He matado, torturado, he sido verdugo de mucha gente, pero no civiles y niños, esa es mi única regla. El padre de Cosimo era su consigliere, asesoraba a mi padre en decisiones importantes, así nos conocimos con Cosimo, y hoy él ocupa el mismo puesto que su padre para mí. Soy el Don, de una de las organizaciones más grandes que comprende la mafia italiana, y si bien siempre hay roces, estamos en paz por el momento, así es más fácil hacer negocios y ocuparnos de las mafias de otros países.

Vicenzo forma parte de una organización de la mafia, no es de las grandes, pero están bien posicionados en cuanto a contactos y capital económico, aunque no tienen tantos soldados. En cuanto a soldados, capital y contactos, creo ser el que está en mejor posición, aunque me sorprendió el negocio que me propuso Vicenzo. Era muy redondo, listo para cerrar, solo necesitaba un poco más de capital, y alguna ayuda en la aduana, de eso me encargaba, Graviano se encargaba del traslado por mar. A veces unirse sirve, los tres nos beneficiamos de este acuerdo.