Dea Ashnot
Mi vida habia estado cuidadosamente planeada incluso antes de nacer, el destino estaba escrito para mi, una maldicion y una bendicion, como saber cual escoger, como saber cual era el camino correcto, a que destino me llevaría cada decision que tomara, ellos se llevaban cada parte de mi, haciendome pedazos y volviendome a unir como un rompecabezas.
Eran mi perdición y Mi salvacion, Mi silencio y mis gritos, Mi destino y mi verdad.
Cuando llegara la hora de escoger, a quien escogería?
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Hola mis queridos lectores, esta es la segunda parte de mi novela, La luna sangrada del Rey Alfa, la historia de la hija de Azula y Alec. Espero que la disfruten❤️
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4. Valiente
Senti como su cuerpo se pego al mio y su mano se anclo en mi cintura posesivamente pegandome mas a el, los ojos de Logan se abrieron en sorpresa y hizo una reverencia exagerada de despedida y literalmente salio corriendo, fui jalada por el brazo lejos de todo la diversion vergonzosamente, me senti como una niña pequeña siendo atrapada haciendo una travesura por sus padres, fue humillante y vergonzoso, porque tenía que llegar justo en este momento, acaso no tenia malditos deberes con su manada, que coño hacia aqui.
Llegamos afuera y la brisa me golpeo refrescandome, no me habia dado cuenta del calor que hacia afuera hasta que salimos y la brisa me golpeo, mire hacia al frente observando a Rhys junto a Eliam mirandome seriamente, joder La diosa los cria y ellos se juntan, llegamos al frente de ellos y Azuma me solto quedando en el medio de ellos, intente mantenerme lo mas serena posible, intentando no caerme de bruces mientras sentia que todo daba vueltas, no queria darles el gusto, no ahora, no hoy, hoy era mi dia, porque tenian que arruinarlo.
- Que coño haces aqui Dea?.- La voz estridente de Rhys sono en mis oidos como un maldito pitido insoportable y lo mire a los ojos, su mirada gelida en cualquier otro momento me hubiera asustado, pero hoy no, hoy me sentia astuta, libre, poderosa como nisiquiera mis malditos poderes de diosa me hacian sentir.
- Pues que crees tu? Disfrutando.- Su mandibula se desencajo, era obvio que jamas hubiera esperado una respuesta como esa de mi.
- Que dijiste?.- Sus voz se volvio cruda y exigente, el maldito rey Alfa asomaba su gelida seriedad y eso en vez de asustarme me hizo reir.
- Me estaba divirtiendo Rhys, hasta que llego azuma y la diversion se acabo.- Hice una mueca de fastidio y escuche a Azuma gruñir detras de mi.
- Diversion?? ese maldito estaba apunto de tocarte.- Azuma me volteo hacia el tomándome de las muñecas y acercó su cara a la mia, tan peligroso, ojos llameantes de furia y desenfreno.- Querias que te tocara?.- Azuma gruño molesto en mi rostro, un susurro que fácilmente podia parecer un grito.
- Solo íbamos a bailar cual es el maldito problema, tampoco es que íbamos a follar ahi en medio de todos.- Si, esa fue la frase mas estupida que pude decir en ese momento, fue como prender un interruptor cuando todos gruñeron fuerte haciendo que todo el que estaba cerca volteara hacia nosotros, verguenza, vergüenza.
- No vuelvas a repetir esas malditas palabras nunca en tu vida Pequeña diosa, si no quieres que ese maldito niñato no pueda volver a ver la luz del dia.- Lo mire desafiante, porque tenía que ser tan irracional.
- Cual es el maldito problema, el no hizo nada, solo íbamos a bailar.- la valentia crecia cada vez mas en mi, por que no me dejaban en paz, estaba a nada de convertirme en la maldita reina alfa del norte, porque tenían que seguir tratándome como una niñata que no sabia cuidar de si misma, esta era mi vida, porque tenian que meterse.- A demas porque tienen que meterse, acaso yo digo algo cuando ustedes se follan lobas a diestra y siniestra.- Si las miradas matarán ya yo estuviera muerta, la mirada de Azuma se oscureció con furia y apretó mis muñecas.
- Que acabas de decir?
- Basta.- el grito de Rhys se escucho en todo el lugar furioso, se pego a mi espalda y lo escuche susurrar en mi oido.- Como vuelvas a pronunciar esas malditas palabras voy a castigarte Dea, voy subir ese maldito vestido que llevas y golpear tu redondo trasero hasta que quede completamente rojo y me supliques que pare.
Todo mi cuerpo tembló, una sensación que jamás habia experimentado se instalo en mi pecho, mis piernas temblaron como gelatina y mi mente se nublo con cada palabra que salió de su boca, me quedé en blanco, incapaz de decir nada, era posible que solo unas palabras pudieran hacerme sentir de la manera en la que me sentia, al parecer si era posible.
Rhys se alejo de mi espalda y azuma me jalo de la cintura pegandome a el.
- Buscalas y llévalas a casa, nosotros nos vamos.
- Dale.
Escuche las voces de Rhys y Eliam lejanas mientras toda la adrenalina que tenia en mi cuerpo iba subiendo como espuma, Azuma me cargo en sus brazos y cerré los ojos molesta, escuchando el sonido de sus pasos en la tierra, escuche la puerta de un auto abrirse cuando Azuma me deposito en el asiento del auto, me acomodo en el asiento y el se sento a mi lado, cuando la puerta del otro lado se abrio y Rhys se subio, mire hacia al frente viendo a Shira sentando en el lado del conductor, me eche hacia delante observandolo con una sonrisa
- Hola Shira.- El volteo hacia a mi con una media sonrisa juguetona.
- Hola princesa.- Me rei observandolo.
- Cuando vas a dejar de llamarme princesa shira, nos conocemos hace años.
- Cuando seas reina entonces te llamare Reina.- una carcajada salio de mi sin poder controlarlo y lo vi sonreir mientras manejaba.
- No tonto, puedes llamarme Dea, despues de todo somos amigos no?.- Shira se quedo en silencio con una sonrisa plasmada en el rostro, senti como Azuma y Rhys me tomaron de los brazos pegandome al asiento de nuevo.
- Estas muy sociable hoy no?.- Azuma me miro serio y rei.
- Yo siempre he sido sociable.
- Si, recuerdame cuando?.- rei incapaz de aguantar la risa.
- Cuando ustedes no están en el medio con sus culos hostinados arruinando la diversion.- La carcajada que solto Shira desencadeno la mia, Azuma gruño molesto y me jalo hacia el.
- Cállate la maldita boca Shira.- La voz furiosa de Rhys hizo que Shira se callara de inmediato.
- Como ordene mi rey.- El silencio volvio a reinar en el auto hasta que Azuma hablo.
- Hoy estas muy valiente no? vamos a ver si todavia te sientes valiente cuando lleguemos a casa.- su mirada llena de promesas oscuras hizo que todo mi cuerpo se tensara de anticipación.
Talvez no fue tan buena idea ir a esa maldita fiesta.