Impura

—EL FIN DE UNA VIDA, Y EL COMIENZO DE OTRA —

"Las traición ocurre en cualquier momento, lugar y cualquier ser sin importar, será el causante"

— Deberías... rendirte a ... este paso morirás — dijo la pura entre palabras por el cansancio de la pelea.

— Moriremos mejor dicho, pero de todos modos no importa si vivo o muero — respondió Romy poniendo sus manos en sus rodillas.

— No entiendo porque me siento sin energía tan pronto — susurró tratando de levantarse del suelo.

— yo tengo la respuesta a eso — Romy la volteo a ver con una mirada divertida - Pero, no te lo diré, deberías saberlo eres una guardiana después de todo.

— oh, quizás esté equivocada, y ni siquiera sepas nada — dijo burlona riéndose entre dientes.

— ¿A ti qué te importa? — la miro con molestia apretando sus nudillos.

— ¿Qué?, es obvio que no sabes controlarte tanto que necesitas a alguien contigo siempre, no hay mucha diferencia entre tú y nosotros — eso fue lo que acabo con el control de ella.

— ¡Silencio! —

Libero sus alas doradas volando en dirección a Romy empujándola a una pared, ambas cayendo al suelo.

La pura se levantó mirando a la impura con una mirada furiosa, ella al verla así corrió a las escaleras de ese cuarto.

Entró subiendo lo más rápido que podía las escaleras, escuchó un ruido abajo lo ignoró y siguió corriendo ya estaba en el segundo piso, pensaba en usar algo para atraparla aunque sea por unos minutos.

Vio una soga en una mesa, antes de que pudiera tomarlas sintió su presencia detrás de ella.

— Oh no —.

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— ¡No te escondas puro inútil, ven aquí! — Dijo viendo al puro escondido en el techo.

— Enserio crees que te librarás de mi tan fácil — dijo severa, su mirada parecía mostrar enojot.

Quería acercarse a él pero algo se estrello contra ella que hizo que rodará por el suelo del techo, se levantó no logrando ver mucho por el polvo que se esparció.

Cuando el polvo se disperso se encontró con una pura — ¿Otro? — dijo con la pura parada a unos pasos de ella — parece que es muy importante esa chica — se levantó del suelo sacudiéndose el polvo de la ropa.

— Dejen en paz a esos humanos, tú y tus compañeras — habló aquella pura con autoridad.

— ¿Y si no quiero? — dijo dando un paso hacia ella tratando de intimidar.

— Tendré que deshacerme de ti — dijo normalmente.

— Eso sería arriesgado, más estando aquí — dijo mientras de cruzaba de brazos mirando atentamente sus movimientos.

No es que se creyera fuerte, pero lo era, el derribar a alguien como ella es muy complicado, es obvio que esa pura debe de tener algo especial.

— No, no lo sería, la guerra nunca termino así que no importa que me deshaga de una simple impura — dijo con una cara sería — además de que no eres capas de controlarte —.

Río ladeó la cabeza sonriendo de lado — asombroso, no eres una tonta idiota como tu amigo de allá — señaló con la cabeza al puro detrás de la ella.

— Como sea — saco unas pulseras que brillaban de blanco — será mejor que vengas conmigo — dijo extendiendo las pulseras hacia ella.

— ¿Por qué haría eso? — alzó una ceja extrañada por esas pulseras.

— No tienes opción estás rodeada — observo el lugar no había donde correr.

— ¿De verdad? — camino lentamente atrás hasta llegar a la orilla.

La pura al notar esto saco un cuchillo igualmente blanco y apunto directo a su pecho.

— Aléjate de ahí — severa habló esperando que la impura le obedezca.

Río estuvo apunto de responderle pero, un ruido de vidrio rompiéndose la interrumpió.

Cuando miro abajo vio que Romy estaba con la mitad del cuerpo atravesando una ventana, frunció el ceño, quitándolo al mismo tiempo que una idea paso por su mente.

Llamó la atención de Romy tirando un pedazo de escombro, está miro arriba y la saludo con la mano, Río le envío una señal que rápidamente entendió, alzó su pulgar, después de eso unas manos desconocidas se colocaron en su cintura mientras una extraña expresión apareció en su rostro y al instante fue jalada dentro de la casa.

Río suspiró cerrando los ojos no pudiendo creer que Romy es su única esperanza para salir de allí vivas.

Regreso su vista a la pura que la seguía apuntando con el cuchillo, viéndola con precaución por la poca discreción que tenían.

— Me estás empezando a caer mal — habló luego de unos minutos de completo silencio.

La pura volteo los ojos — Deja de decir tonterías y acércate a mi — demandó con un poco de molestia en su voz.

— Uh, no, ya te conocí lo suficiente — dijo mientras una sonrisa se formaba en sus labios, la pura se quedó confundida.

— ¿Crees que me quedaría sin hacer nada e irme contigo? — se burló.

— Ya es hora de que me vaya, nos vemos luego — dijo para después lanzarse de espaldas del techo de la casa.

La pura corrió a la orilla mirando abajo viendo como caía pero algo terminó de romper la ventana, una chica con unas grandes alas salió por ahí girando para evitar lastimarse por los pedazos de vidrio, atrapó a Río en su espalda y ambas escaparon.

— Se fue — habló el puro detrás de ella.

— Si lo noté — Se alejo de la orilla, hizo un movimiento con las manos y un portal se abrió.

— Ve por Solene, los esperaré en la fábrica abandonada — mandó para después entrar al portal.

— Está bien —.

El puro entro a la casa por la ventana rota, camino buscando con la mirada a su compañera.

Paso unos minutos caminando hasta que se detuvo por un ruido, entro a una habitación y se encontró con ella amarrada encima de la cama tratando de desatarse.

—¿Y a ti que te paso? — se acercó a ella ayudándola.

— Esa impura me engaño y me amarró — dijo siendo soltada de las cuerdas.

— Pero parecías que ibas ganando, ¿cómo pudiste perder? — se río un poco

— No importa, vamos con Alyssa — ambos hicieron aparecer otro portal para atravesarlo.

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