Desde pequeño he sido un experimento, tengo sangre especial....
Datos de la historia:
°Género apocalíptico y de ciencia ficción, con elementos de drama, romance y temas LGBT. Tiene una combinación de aventuras post-apocalípticas, conflictos interpersonales, y exploraciones sobre la supervivencia y la reconstrucción de la sociedad.
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Capítulo 4: Separación y Nuevas Alianzas
El amanecer trajo consigo una sensación de renovación, pero también de incertidumbre. El campamento ahora albergaba a más personas, y las tensiones empezaban a surgir. La integración de los nuevos sobrevivientes no estaba siendo fácil, y la escasez de recursos empeoraba la situación.
Nikko observaba cómo las conversaciones se volvían más acaloradas, especialmente cuando se trataba de la distribución de la comida y el agua. Era evidente que necesitaban más suministros, y pronto.
Aiko convocó a una reunión para discutir las opciones.
—No podemos seguir así —dijo Aiko, mirando a los rostros cansados a su alrededor—. Necesitamos dividirnos en grupos para buscar más suministros y explorar nuevas áreas de la isla.
La decisión no fue fácil, pero finalmente acordaron dividirse en tres equipos. Nikko lideraría uno de los equipos, llevando consigo a Hana, Kenji, y dos de los nuevos miembros: Yuki y Ren. Mientras se preparaban para partir, Nikko no pudo evitar notar la creciente cercanía entre Yuki y Ren. Habían pasado mucho tiempo juntos desde que llegaron al campamento, y había una conexión evidente entre ellos.
El grupo de Nikko se dirigió hacia el norte, adentrándose en una parte de la isla que aún no habían explorado. El terreno era difícil, y las condiciones no eran favorables, pero siguieron adelante con determinación.
Una noche, mientras acampaban cerca de un río, Nikko decidió que era un buen momento para un descanso prolongado. Todos estaban agotados y necesitaban recuperar fuerzas. Alrededor del fuego, compartieron historias y experiencias, tratando de mantener el ánimo en alto.
Fue durante esa noche que Nikko notó algo especial. Yuki y Ren se habían alejado un poco del grupo, susurrando y riendo juntos. Había una suavidad en sus gestos, una intimidad que era imposible ignorar. Nikko decidió darles espacio, entendiendo que en medio del caos, encontrar consuelo en otra persona era un regalo precioso.
Al día siguiente, el grupo continuó su exploración. Llegaron a una cueva que parecía ser un buen lugar para buscar suministros. Mientras investigaban el interior, encontraron algunas provisiones escondidas, probablemente dejadas por otros sobrevivientes.
La búsqueda fue productiva, pero la verdadera sorpresa llegó cuando Yuki y Ren anunciaron que habían encontrado un bote pequeño en la orilla, parcialmente oculto entre la vegetación. El hallazgo cambió todo. Con un bote, tendrían la oportunidad de explorar otras islas cercanas, tal vez incluso encontrar ayuda.
Esa noche, alrededor del fuego, Yuki y Ren finalmente hablaron con Nikko y el resto del grupo.
—Queremos decirles algo —comenzó Yuki, tomando la mano de Ren—. Ren y yo... hemos descubierto que sentimos algo muy especial el uno por el otro. En medio de toda esta locura, hemos encontrado amor, y eso nos da esperanza.
Nikko sonrió, sintiendo una calidez en su corazón. En medio del caos, el amor encontraba una forma de florecer.
—Me alegra escuchar eso —dijo Nikko—. Y también me alegra que encontremos motivos para seguir adelante, incluso en los momentos más oscuros.
El grupo decidió usar el bote para explorar la isla cercana al día siguiente. Sabían que las oportunidades eran limitadas, pero también entendían que quedarse en un solo lugar no era una opción.
Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Nikko miró el cielo estrellado, sintiendo una mezcla de esperanza y miedo. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero también sabía que no estaban solos. Y con el amor como su guía, tal vez, solo tal vez, encontrarían una manera de sobrevivir y prosperar.
A la mañana siguiente, el equipo se despertó temprano, la anticipación y el nerviosismo pesando en el aire. Se aseguraron de tener suficientes provisiones y herramientas antes de dirigirse a la playa donde habían encontrado el bote. El mar estaba en calma, y la promesa de nuevos horizontes les daba un renovado sentido de propósito.
Subieron al bote, con Nikko en el timón. Mientras remaban, el sonido rítmico de los remos golpeando el agua era casi meditativo. El viaje no fue largo, pero cada minuto parecía eterno mientras se acercaban a la isla cercana.
Finalmente, alcanzaron la orilla. Desembarcaron y comenzaron a explorar, moviéndose con cuidado entre la vegetación densa. La isla era diferente a la suya, con una topografía más accidentada y una sensación de misterio en el aire.
Mientras exploraban, encontraron signos de vida: huellas recientes, un campamento abandonado y algunas herramientas improvisadas. Parecía que otros habían estado allí no hace mucho.
—Debemos estar atentos —dijo Nikko—. No sabemos quiénes pueden estar aquí.
El grupo avanzó en silencio, comunicándose con gestos y susurros. Fue Ren quien encontró el primer indicio de algo significativo: una estructura escondida entre los árboles, cubierta de enredaderas. Parecía una vieja estación de investigación, tal vez abandonada hace años.
Entraron con cautela, encontrando equipos antiguos, documentos mohosos y algunos suministros valiosos. Pero lo más importante, encontraron mapas y registros que sugerían que la isla había sido utilizada para estudios biológicos.
—Esto podría ser una pista sobre el origen del virus —dijo Hana, examinando los documentos con interés—. Tal vez aquí podamos encontrar una manera de combatirlo.
Mientras revisaban los papeles, escucharon un ruido afuera. Salieron rápidamente, encontrándose cara a cara con otro grupo de sobrevivientes. La tensión era palpable, pero antes de que alguien pudiera reaccionar, una voz se alzó.
—¡Esperen! No queremos problemas. Somos como ustedes, solo estamos buscando una manera de sobrevivir.
La voz pertenecía a una joven llamada Akira, quien resultó ser la líder de su grupo. Después de una breve y tensa conversación, las dos partes se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que pensaban. Decidieron colaborar, compartiendo información y recursos.
Esa noche, alrededor de una fogata improvisada, los dos grupos se unieron. Las historias de lucha y supervivencia crearon un vínculo entre ellos, y las desconfianzas iniciales comenzaron a disiparse.
Mientras el fuego crepitaba, Nikko notó a Yuki y Ren sentados juntos, sus manos entrelazadas, hablando en voz baja con Akira. La conexión entre ellos era clara, y Nikko se alegró de ver que su relación se fortalecía aún más en este nuevo entorno.
Akira resultó ser una fuente invaluable de información. Su grupo había estado explorando la isla durante semanas y tenía un conocimiento profundo de sus recursos y peligros. También había encontrado referencias a una posible cura para el virus en los documentos que habían recuperado.
—Podría ser solo una pista falsa —advirtió Akira—, pero es lo mejor que tenemos.
La esperanza de una posible cura dio al grupo un nuevo propósito. Decidieron establecer un campamento conjunto en la isla y seguir investigando los documentos. Sabían que el camino sería largo y difícil, pero también sabían que, juntos, tenían una mejor oportunidad de sobrevivir y encontrar respuestas.
Esa noche, mientras Nikko se preparaba para dormir, sintió una mezcla de cansancio y determinación. La separación del grupo original había sido un riesgo, pero también había abierto nuevas oportunidades. Y con la fortaleza de nuevas alianzas y el amor que había encontrado en medio del caos, estaba listo para enfrentar cualquier desafío que viniera.