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The Dark Sky: El Trono De Oro

The Dark Sky: El Trono De Oro

Status: Terminada
Genre:Acción / Aventura / Completas / Demonios / Ángeles / Venganza de la protagonista / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:1.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Acxel_Sanz

Después de un año de lo sucedido todo sufrió un cambio. Emily tratará de detener una inminente guerra entre ambos mundos, pero antes tiene que revelar secretos que le dirán quién es en verdad, pero no será la única que buscará respuestas en esta lucha.

NovelToon tiene autorización de Acxel_Sanz para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 3 - Los Templari

Después del evento Erick se dirigió a la ciudad B donde caminó rumbo a aquel bosque que se encontraba cercado y con letreros de no pasar. Al llegar se sentó a la orilla del río y mientras miraba su reflejo empezó a recordar a Emily junto al pequeño momento que paso con ella.

Erick soltó un suspiro y se tiró sobre el césped mientras a su memoria le llegaba un recuerdo.

*Inicio de flashback*

— ¿por qué te vas? — Decía su madre con confusión.

— Debo de seguir mi destino — Respondía él sin mirarle.

— ¿Pero hijo? —

— Ya tomé la decisión mamá —

— Déjalo ir, es un hecho que todo el poder le absorbió el cerebro — Decía Rose.

Erick tomó sus cosas y salió de casa para dirigirse al tribunal que sería su nuevo hogar.

*Fin del Flashback*

Erick se despertó después del flashback y ya había anochecido, checo su móvil y tenía varias llamadas perdidas de su asistente, pero no les dio importancia. Erick se levantó y decidió caminar más al fondo del bosque, pero sin previo aviso apareció alguien.

— Presidente — Dijo el hombre.

— General Rid — Respondió Erick.

— ¿Paseando a la luz de la luna? — Dijo con sarcasmo Rid.

— Respirando aire fresco — Respondió con sarcasmo Erick — ¿Qué hace aquí? — Agregó.

— Escuché que había salido a dar un paseo y los rumores dicen que este lugar es su favorito — Respondió Rid mientras miraba el río.

— Eso no responde a mi pregunta — Dijo Erick.

— Únicamente quería decirle que ya están listas las armas — Respondió Rid.

— Perfecto... quiero que la mitad las guarden en los almacenes y lo restante se les sea entregado a los compradores — Ordenó Erick.

— Como diga señor presidente —

— He notado que últimamente nos han pedido más armas — Susurró Erick.

— Es porque tienen un toque... especial — Respondió Rid con una sonrisa.

Erick siguió caminando mientras que el general Rid se quedó parado frente al río, observándolo tranquilamente.

Al día siguiente la chica se alistaba para salir del monasterio. La misión era fácil: entrar y salir con el objetivo. Mientras ella se vestía en su habitación, sacó de por debajo de su cama un pequeño baúl donde contenía varios libros y pergaminos robados de la biblioteca del monasterio y algunos otros que provenían del Vaticano. Ella se limitó a leer sólo un libro de pasta vieja donde venía la leyenda de un castillo pérdido en la profunda oscuridad y dentro de este se encontraba un trono bañado en oro esperando a su rey.

Ella leía con sumo interés cada página, cada palabra, cada oración tratando de descifrar el paradero de la entrada a aquel castillo, pero fue interrumpida por golpes en su puerta avisando que ya era hora de partir.

Por otra parte, el general Rid era llevado en helicóptero a la zona de entrega. Durante el trayecto, él tenía un flashback de la conversación que sostuvo con Erick unas horas atrás.

*Inicio del Flashback*

— ¿Usted no irá señor presidente? — Preguntaba Rid.

— No... tengo cosas que hacer aquí y más aparte confío que tú harás que todo salga bien — Le respondió.

— ¿Tiene en cuenta que nunca hemos hecho tratos con ellos? — Dijo Rid con seriedad.

— Lo sé, pero la voz siempre corre — Respondió.

*Fin del Flashback*

«Nunca entenderé a los mortales » se decía para sus adentros.

El helicóptero que llevaba a Rid había aterrizado ya. Al bajar fue escoltado por varios soldados, pero eran de un escuadrón especial y secreto. Tanto escolta como él entraron a un gran almacén donde se encontró con un hombre alto y delgado, cabello negro, piel pálida, llevaba gafas oscuras y parecía tener un acento ruso.

— Todo está listo — Decía el hombre.

— Fuera están las armas, pero primero se debe pagar — Respondió Rid.

El hombre chasqueo los dedos y tres hombres enmascarados aparecieron con dos bolsas negras cada uno, las dejaron sobre una enorme mesa y los hombres de Rid empezaron a inspeccionar con detalle las bolsas.

— Al parecer está todo completo — Dijo Rid y dio la señal para traer el cargamento — Tengan en cuenta que estas armas son... diferentes a las que están acostumbrados — Agregó.

Las armas fueron entregadas en enormes cajas blindadas y posteriormente subidas a un camión militar.

En las alturas se encontraba aquella chica observando todo, pero sin perder de vista su objetivo principal.

— Cuando de mi señal quiero que ataquen y recuerden no vamos por las armas — Mencionó la chica mientras seguía espiando a los hombres de abajo.

Rid saco de un maletín un arma y se la entrego a aquel hombre que empezó a revisarla, pero algo llamó la atención de aquella chica. El arma por momentos brillaba y producía una energía que sólo ella podía percibir

— Cambio de planes, el objetivo B son las armas — Agregó ella seguido de la señal.

El escuadrón salió de su escondite y cayeron sobre aquellos hombres. Ambas partes no perdieron tiempo y abrieron fuego, pero al final aquel grupo de invasores lograron terminar con sus rivales, aunque sólo faltaba uno.

— ¿Quienes son ustedes? — Pregunto con intriga Rid.

— No importa quienes somos — Contestó la chica.

Rid al verla sintió una vibra muy familiar, pero no podía ver quién era ya que llevaba una máscara.

— Insisto, quiero saber a quien voy a matar — Respondió Rid con una sonrisa — La cazadora... ya veo, entonces los rumores eran ciertos — Agregó con voz baja.

— Basta de charla — Dijo la chica.

Ambos estaban mirándose fijamente, a punto de atacar; pero de pronto una explosión se hizo presente y varios militares rodearon a los presentes.

— Me gustaría quedarme a charlar, pero ya mandaron por mi — Dijo Rid mientras reía burlonamente.

Rid desapareció entre los soldados que apuntaban a la chica y a su escuadrón. Dentro de los escombros apareció Erick que era escoltado por más hombres armados.

— Con que era cierto, la “Novus Dies Evangelizationis” existe — Dijo sorprendido — Y la gran cazadora de demonios “Lexa” es real — Agregó

— Presidente pensé que nunca salía de su cueva — Agregó burlonamente.

— Existen cosas más importantes, pero ustedes ya me hartaron — Respondió Erick.

— Lamentó causarle eso señor presidente — Dijo con sarcasmo.

— Los podría matar aquí mismo, pero antes quiero que les des un mensaje a su santidad: Si quiere saber que es lo que hago... que haga cita y con gusto le atenderé, bueno... si llega vivo —.

Erick junto a los demás soldados salieron dejando al escuadrón en el lugar sin armas y sin el general Rid, pero había algo dentro de Lexa que le decía que estaba a punto de descubrir el camino al famoso trono de oro.

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