Devon (Editando)

~Aria~

Soy una maldita virgen que esta loca por su maldito vecino. Devon eres una enfermedad que me vuelve estúpida y calenturienta. Nada más pensar en mi plan y en como te tendré me hace hervir la sangre. Jamás ni en mil años hubiera imaginado llegar a estos extremos por un hombre.

Sé que puede ser peligroso y eso, es lo que más me tienta. Quiero adrenalina, ser la villana y la heroína. Soy una chica buena que tiene una mente que nadie imagina. Tantas cosas que me seducen, y me vuelven irreconocible cuando se trata de ti se cuelan en mis pensamientos.

Cierro los ojos mientras él se mete en mis sueños como cada noche y cada día. Imaginarlo entre mis sábanas, ser la dueña de su cuerpo, tocar tanto como sea posible, besar sus labios cuando quiera, meterme en su sistema hasta el lugar más recóndito; haciendo y deshaciendo mientras tomo tanto como doy...

Abro mis ojos, ufff esta espera se esta haciendo eterna.

Me levanto de la cama y tomo mi teléfono, marco a Angel para que tenga la casa de campo lista para mi llegada. Le informo lo que necesito y que cuando llegue espero no ver a nadie ya que quiero terminar mi libro en completa soledad. Esa casa es perfecta para mi plan, tendré privacidad y la seguridad de que nadie intervendrá.

Sonrió cuando me dice que todo se hará como digo, después de ponernos de acuerdo en todo le cuelgo.

¿Dios en qué me he convertido por este hombre?

Suspiro mientras un cosquilleo en mi estómago se hace presente por lo que voy a hacer. Me saco la ropa y entro en la ducha.

Estoy loca lo sé, dios, si tan solo él se girará a verme. Si tan solo...

Argggh no, ya dejo de darles tantas vueltas y termino mi ducha helada, para bajarme el calor que me subió al imaginarmelo.

Después de bajarme el calor me visto y me voy directo hacia el comedor, ya son las cuatro de la tarde y mi inspiración me esta volviendo loca.

Agarro mi notebook, que esta en suspensión, lo prendo, ingreso la clave y abro el documento en el cual voy a seguir escribiendo.

Suspiro y sigo con el borrador del tercer capítulo:

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— Amor, abre la puerta, hablemos... sabes que te amo solo a ti, lo sabes. –dice esa voz que tanto daño me ha hecho con su engaño, y que a la vez me ha abierto los ojos. Vuelve a tocar la puerta, ya que le quite las llaves de ésta cuando lo pillé infraganti, menos mal que lo hice o si no, ¿qué locura estaría haciendo ahora gracias a la maldita costumbre si él hubiera tenido las llaves?

Sí, ¡lo sé, lo sé!

El cuerpo puede ser un maldito traicionero a veces, aunque ahora sienta frío y mi cuerpo necesite del suyo, sé muy bien que es solo costumbre, necesidad. Porque el amor no daña ni traiciona, y yo lo que temo es quedar sola, aunque ahora ese temor lo encierro con siete mil llaves muy adentro en mi mente, porque debo ser fuerte.

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Después de un buen rato de escribir me detengo al terminar el capítulo, me lo pienso y comienzo a escribir algunas frases.

"Soy lágrimas secas en medio del vacío,

Soy tortura para mi alma triste...

Soy, soy tanto y no soy nada,

Soy una alma desesperada."

"Cuando el dolor es más fuerte

que la voluntad de vivir.

Cuando quieres olvidar

que tienes un Corazón para no sufrir."

Una lágrima corre por mi mejilla, esto es realmente sad.

Mi timbre suena y me levanto a abrir, no sin antes observar por la mirilla de la puerta, sonrió y abro.

—Hola Ángel.

— Hola Jefa, vine a dejarle parte de su encargo y...–no la dejo terminar ya que le comienzo a contar lo que sucedió con mi musa, en el gym y en elevador de mi edificio. Ella me mira con los ojos muy abiertos y luego me dice.

—No puedo creerlo, ¿enserio su musa la confundió con un chico jefa? jajajajjajja no puedo con eso. –la miro medio desencajada mientras la veo sentarse en el sofa. Si le conté no era para que se burlara de mí.

—No le veo el chiste. –la miro mal.

— Yo sí, yo sí jajajjajaja –sigue riéndose como maníaca – ay no puedo creer que su segunda casi interacción con el papasito fue un "lo siento muchacho" ajajajjaja

— Sigo sin verle el chiste.

— Ay, no se preocupe hermosa jefa, que yo le veo el chiste por las dos. –me suelta la muy... mala argggh mientras se ríe toda despatarrada en mi sofá.

— No te cuento nada más. –le gruño frustrada.

— Esta bien, esta bien... deje que me calme... ahora sí. ¿Y qué hizo? ¿acaso no vio esas pompas y la delantera que usted se gasta jefecita?

— Ya, no hablemos más de eso. –corto el tema sin contarle nada mas. Me observo mi delantera como dice Ángel y no son tan grandes, son solo normales. Y mis pompas gracias al ejercicio físico estan en su lugar. ¿Porqué me confundió con un muchacho?

— Ok, ok ya me calme. Ya que no quiere contarme más, y sé, que no le sacaré mas, hablemos de su trabajo. ¿Me dijo que tiene algo nuevo y quería que yo lo leyera? –doy un suspiro porque otra vez casi me voy hacia el mundo donde mi muso y yo somos felices. Me levanto de donde estoy sentada para ir en busca de lo que llevo escrito de Cada Latido De Mi Corazón.

— Lee... –le paso mi notebook abierto en donde tengo abierto el documento con esa nueva novela.

— ¡Oh joder! –arqueo una de mis cejas en confusión cuando sigue diciendo lo mismo– esto pinta muy bien, no sabía que también escribía poemas. Se le da genial.

Y así se queda sin habla hasta que termina de leer lo que llevo de ese libro. Luego mira entre el notebook y yo.

— ¿Será un solo libro? Porque jodido infierno, esto es mas suave de lo que acostumbra, pero se le da igual. ¡Me encanta!

— ¿Tú crees que...

— No, no y no, nunca vuelva atrás, a esa inseguridad. Sabe muy bien el talento que tiene, y lo demuestra muy bien cuando saca un nuevo libro. Como le dije, es mas suave, pero las emociones revolotean por todos lados. Es para enamorarse, odiar y llorar. ¿Se lo mostró a Jessi?

— No todavía, no me voy ir con prisa, porque este no es igual a los otros.

—Entiendo. –me dice volviendo a releer lo que hay allí escrito. Luego la veo clickear algo y comienza a leer en voz alta. Y yo comienzo a recordar cada palabra seguida por su voz de esa novela que abandoné hace mucho"—Él me ama Consuelo, yo... Yo nno puedo dejarlo... Hermanas él me...—no pudo volver a hablar porque la garganta se le cerro ahogando un gemido de dolor. Sus costillas dolían, ni que decir de otras partes de su cuerpo.

—Piedad, cariño, mírame—pidió suplicante su hermana menor Alma que la miraba mientras ayudaba a Consuelo la segunda hermana a limpiar y calmar a su hermana mayor. Sin olvidar el susto que se llevaron cuando una llamada anónima había sido hecha a la casa, donde todas ellas vivían desde niñas. La llamada suplicaba que fueran a ayudar a su hermana, porque era seguro que Piedad no iba a pedirles ayuda. Ahora al verla temblorosa y golpeada, mientras las demás hermanas la observaban desde una distancia prudente, a la vez que empacan las pertenencias de su hermana mayor, porque ni locas la dejarían otra vez a expensas del cretino de su novio con el que convivía hacia dos años. Y eso era si el hombre salía con vida de lo que le esperaba por lo que dedujeron le estaba haciendo a su hermana desde hace tiempo— El Amor No Deja Marcas En La Piel, Ni Huellas De Terror En El Corazón hermanita."

— ¿Dónde estaba ese documento? Ya ni me acordaba. –me acerco a mirar.

—Al cerrar la pestaña de su nueva novela jefa, lo ví en el escritorio y por curiosidad lo abrí. Su nombre me llamo la atención. –le sonrió porque es muy curiosa, cosa que no me importa. Le tengo confianza.

— Esta es una novela, que como dije apenas recordaba. Tengo varias así, que comienzo y no termino. Siempre digo, ya las terminaré, pero ya ves, aquí estoy casi sin recordar esta.

— Es muy triste esta novela jefa, ¿de qué iba a tratar?

— De una chica especial, que estaba comprometida desde el momento de nacer, pero ella huyo muy enamorada con el equivocado, solo para encontrar en el lugar incorrecto al indicado. Es una novela sobrenatural, va de ángeles y cosas así.

Pasamos la tarde hablando de varias novelas que veo tengo en carpetas que ni recordaba. Todas con potencial, y también hablamos cosas que tenemos que finiquitar lo antes posible, mientras mi plan va agarrando forma en mi mente.

Una vez Angel se va, me acerco a la ventana, desde allí solo veo edificios y mas edificios. Extraño respirar aire puro, pero ya llegará el momento.

Sí, ya llegará.

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