René y Antón, podría decirse que nacieron uno para el otro. pero por decisiones personales, se separaron por un corto periodo de tiempo, el la amo desde que ella estaba dentro del vientre de su madre, es solo que nunca lo dijo ante todos y ella lo amo y sin dudarlo se lo dijo en cuanto lo descubrió, ambos hicieron promesas, pero el fue el primero en romperla, por lo que ella decidió hacer lo mismo, ¿sera que en verdad su destino siempre fue amarse?
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CAPÍTULO 4
RENÉ
Vi a Grecia abrazar fuertemente a mi padre y luego sentarse junto a los suyos, quienes también la abrazaron fuerte. Dimitri y mi papá siempre han competido por el amor de Grecia, pero mi papá es el favorito de todos y siempre gana.
—Hola a todos —Saludé a mi hermana y a Dimitri y corrí a los brazos de mi papá.
—¿Cómo estás, el papá más guapo del mundo? —pregunté y él rió.
—Bien, princesa. Pero ustedes, ¿por qué llegan tarde? —Indagó mi papá.
—Pues, los papás de Juan José nos invitaron a comer, por eso llegamos tarde —respondí mientras le daba un beso en la mejilla a mi mamá, antes de que comenzara a discutir porque solo le doy cariño a mi papá.
—Y cuando vendrá ese muchacho a hablar seriamente conmigo? —preguntó mi papá y yo puse una carita de "hay, por favor".
—Papá, ya conoces a Juan José —respondí un poco apenada y volví a abrazarlo.
—Sí, lo conozco, pero como tu amigo, no como tu novio —respondió mi papá, y es que todos asumen que somos novios.
Y la verdad, a Juan José y a mí nos conviene, así sus papás no sospechan que sea gay y a mí dejan de preguntarme por el idiota de Antón. Bueno, casi todos dejaron de verme al lado de Antón, menos Grecia, quien sigue empeñada en eso.
—Después de la graduación vendrá a cenar, ¿lo olvidas? —le recordé a mi papá.
—Eso lo había olvidado, pero mejor cuéntennos, ¿ya escogieron universidad? ¿Grecia? —le preguntó mi papá a Grecia. La veo ponerse nerviosa y es Dimitri quien responde.
—Grecia decidió ir a Rusia. Su hermano ya formalizó su inscripción —responde Dimitri y yo siento como si algo cayera sobre mí.
—Dijiste que aún no lo habías decidido? —La cuestioné molesta.
—No quería que te pusieras mal, perdón —se disculpa Grecia.
—Princesa, pero no hay por qué enojarte, puedes ir a Rusia con Grecia, nosotros te apoyaríamos —mi papá.
—No quiero irme a Rusia, el frío y yo no nos llevamos —me levanté y corrí escaleras arriba hasta encerrarme en mi habitación a llorar.
Ella se irá. Al igual que él lo hizo y me olvidará. Como él lo hizo, no puedo creer que no me lo dijera, se supone que somos casi hermanas y otra vez me mintió.
TOC TOC.
—Princesa, ábrele la puerta a mamá ¿sí? —pide mi mamá y yo me levanto con pesar, abro la puerta y vuelvo a la cama a llorar.
—Mi niñita linda, no llores, ven acá —mi mamá entra a mi cama y me consuela.
—Por qué se tiene que ir, también se va a olvidar de mí —hablé en medio del llanto mientras mi mamá acaricia mi cabello.
—Ay, mi niña, si lo dices por Antón, no sé qué decirte. Él se fue y se olvidó de todos aquí, a veces llama, pero solamente para saludar. Tu hermana sí habla con él a diario, pero con Grecia estoy segura de que será diferente. Ella te adora y seguro te llamará cada tarde y podrán pasar las vacaciones juntas —me consuela mi mamá.
—Yo quiero a mi amiga de siempre, no quiero llamadas de unos minutos o verla solo en vacaciones —respondí.
—Mi niña, podrías ir con ella. Tu padre y yo no nos oponemos, lo sabes —mi mamá.
—No, en Rusia hace demasiado frío y sabes que no lo tolero. No soy buena con el frío y sufriría mucho para adaptarme. Yo me quedaré aquí con ustedes —respondí, limpiando mis lágrimas. Aunque soy poco tolerante al frío, la verdadera razón por la que no voy a Rusia se llama Antón Kuznetsov.
—¿Segura? —preguntó mi mamá.
—Sí, además aquí está Juan José. No estaré sola —respondí, fingiendo la mejor sonrisa del mundo para que mi mamá estuviera tranquila.
—Bueno, se nota que tú y ese muchacho se quieren mucho —dijo mi mamá, terminando de limpiar los últimos rastros de mis lágrimas.
—Sí —respondí—, si supera que no nos queremos de la forma que ella piensa.
—Bueno, voy a bajar a hablar con tu hermana y Grecia, quien se puso triste con tu reacción —mi mamá me dio un beso y se fue. Yo tomé mi celular y llamé al único que podría entenderme, Juan José.
📱—Hola, pequeña. No creí que extrañaras a tu novio falso tan rápido —respondió con total naturalidad y logró que yo sonriera un poco.
📱—¿Me invitas un helado después de la cena? —pregunté un poco desanimada.
📱—Hasta dos, ¿qué te pasa? —preguntó, y una lágrima volvió a escapar de mis ojos.
📱—Grecia se va a Rusia, va a estudiar con su hermano allá —respondí, con mis ojos llenos de lágrimas.
📱—Paso por ti después de la cena y nos comeremos toda la heladería si es necesario. Tú naciste para sonreír siempre, no me gusta que llores. Te lo he dicho, señorita. Esta noche no te regreso a tu casa hasta que no vea una sonrisa sincera en tu rostro —dijo Juan José.
📱—Gracias, novio falso, por eso te amo —respondí mientras limpiaba las lágrimas que se me habían escapado.
📱Yo también te amo. Eres la novia falsa que cualquier hombre desearía. Te veo en unas horas. Te amo —Juan José finalizó la llamada y yo suspiré con pesar.
Espero que mi mamá tenga razón y Grecia, cuando se vaya, no me olvide como él lo hizo. Pensé que siempre estaríamos juntos y ahora puedo ver que no es así. Ellos estarán en Rusia y yo aquí con Juan José, el único que sé que nunca me va a dejar sola.
Aún recuerdo cuando estuvo de novio con un universitario y yo tuve un pequeño accidente en la cancha de la secundaria. Él dejó plantado a ese chico porque decía que nuestra amistad es más importante que cualquier novio o novia. No fue nada grave, pero él me acompañó siempre. Ahí fue donde mis padres lo conocieron, ya que estuve tres días en casa sin salir. Él venía todos los días, antes y después de clases, a visitarme y yo siempre terminaba riendo. Ahora Grecia se va y supongo que al final seremos solo él y yo.