Son tantas las lágrimas que he derramado en mi vida, que mi corazón se volvió de piedra. No me juzguen, soy Marina y ésta es mi historia.
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La niña con suerte
El Sol me daba de lleno en la cara, mis perros estaban tan cómodos como yo, que ni siquiera me pidieron salir. Me levanté y miré si no habían hecho una gracia. Pero no, todo estaba perfecto.
Fue lejos la mejor noche de mi vida. Creo que no me moví, pensaba , si me muevo despertaré y estaré de nuevo allá, en lo oscuro.
Me fuí a ver al Señor, estaba durmiendo aún. Arreglé el fuego y pronto la tetera empezó a hervir, quedaba pan y preparé café. Lo desperté y me fijé por primera vez que sus ojos eran verdes. Cómo uno de los míos.
--Hola señor, tome su pastilla.
--Me levantaré, y tomaremos desayuno en la mesa.
--Conmigo?
--Si, que tiene? Quiero que me cuentes un poco de tí. Estoy intrigado.
No entendí que significa esa palabra. Supongo que se dió cuenta.
--No sabes que significa Intrigado? Que estoy interesado en tu vida, me produce curiosidad saber de ti.
Se pudo levantar y fue a su dormitorio, salió rumbo al baño. Lo hacía con dificultad, pero ya podía hacerlo solo.
Demoró y salió bañado.
--Tu te bañaste? me preguntó
--Pa que? me bañé anoche.
--Se dice para que....y el cuerpo en la noche transpira y hay que asearlo. Nuestro cuerpo es un templo y hay cuidarlo. Y la regla principal es limpiarlo. El estar limpio ayuda a sentirse bien.
--Todos los días????? no hace mal.?
--No mi niña. Eso se llama limpieza corporal.
--Asi que entra al baño y asea tu cuerpo. Saca ropa del mismo cajón y te cambias.
Lo hice y sinceramente lo disfruté. Toda yo olía rico.
Tomamos desayuno en silencio, nada de preguntas aún, estaba nerviosa, no sabía que contarle. Nunca he mentido y no quiero hacerlo, es raro porque nunca nadie me ha preguntado nada acerca de mi vida.
--Primero me presentaré mi nombre es Raymundo Silas Ward y el tuyo?
No le iba a decir, como me llamaba ella.
Permanecí en silencio con mi cabeza abajo.
--Niña yo no te haré nada, solo son preguntas soy un viejo y vivo escondido aquí evitando al mundo, difícil sería si alguien llegara aquí preguntando por tí. Así que dime tú nombre.
--No tengo....ella solía llamarme con un nombre feo y la gente en el pueblo me llamaba como usted.. Niña.
--Quien es ella?
--Ivonne, la mujer que me parió
--Tu mamá....
-- No. ella es la mujer que me parió. Así me decía, yo no te tuve, yo te pari con rabia y dolor.
--Como te llamaba Ivonne?
No quería decirle, ese era mi pasado. Ahora estaba tan bien así.
--Dime pequeña, era un nombre chistoso?
--No...
Finalmente lo dije, quería olvidarlo pero me di valor y lo pronuncié.
--Garrapata, así me llamaba.
Mis lágrimas afloraron sin pedirlas. Después de un largo silencio, me dijo ...
--Ese no es un nombre, es un bicho que chupa sangre en los animales y es horrible.
Un silencio frío reinó por instantes
--Pero hay una solución, si no tienes nombre.
--Eres una niña con suerte.
--Porque?
--Tienes la posibilidad de elegir el tuyo.
--Pocas personas pueden hacerlo. O crees que a mí me gusta el mío?....lo detesto. Me hubiera gustado llamarme Howard, como el que descubrió la tumba de Tutankamón.
--Quien?
--Despues te contaré de él.
Se levantó y buscó un libro y me lo pasó .
--Aqui hay muchos nombres hermosos de mujeres , puedes elegir.
Nuevamente bajé la vista y no quise contarle.
--No sabes leer?
Tosió un poco y sentía su mirada. Yo no quería llorar.
--Realmente niña, estás tocada por la mano de Dios.
Dios?? de nuevo él... pensé
-- Quiero hacerte un ofrecimiento, puedo enseñarte a leer.
-- Cuando esté un poco mejor, ahora apenas abro los ojos aún.
--Que piensas?
Estaba soñando o era verdad, pero no todo podía ser tan bueno. Que quería el hombre a cambio?
--Yo.....
Me daba pena preguntar.
--Te preguntas como me pagarás?
--Tengo una lista interminable de cosas con las que puedes retribuirme
--Lavar, odio hacerlo
--Hacer pan, te quedó rico
--Cosechar verduras y frutas del huerto y preparar las conservas, para el invierno.
--Pescar en la laguna y salar y una infinidad de cosas más.
--Crees que puedes hacerlo?
--Siii.. contesté rápido, aunque muchas cosas de las que habló no sabía que eran.
--Pero primero que todo debemos buscar un nombre para tí.
--Te nombrare varios y tú decidirás.
Pero no es necesario que lo elijas de inmediato,
tómate tu tiempo. Ese nombre te acompañará toda tu vida. Es una difícil decisión
--Podemos empezar?
--Por supuesto... empecemos con nombres que recuerde con A .
--Ana, Amalia, Analía.....
Fueron pasando los días íbamos en la letra L
--Libertad, Lara, Laura....
Aún no me decidía.
--Sigamos con la M.. María, Marta, Marina.. perdón, ese no ....
--Marina? es hermoso Marina....Ma ri na, suena bonito.
--Porque ese nombre no ?
--No me hagas caso...si te gusta. Tu eliges
--Acuérdate que ese será tu nombre de por vida.
Ya podía movilizarse bien, aunque le costaba.
Le pregunté porqué lo encontré así, en ese pozo, todo herido, también le conté de los hombres que pasaron por mi lado y lo que dijeron.
--Ellos eran!!! infelices bastardos...en tres días más. Hubiera estado muerto.
--Tengo una deuda contigo niña.
--Estoy vivo gracias a tí.
--Te preguntas porqué me lastimaron? Porqué querían oro.
--Usted tiene oro?
-- Yo no sé cómo es. Muchos hablan de esa piedra. Una vez escuché que a Ivonne le pagaron con unos aros de oro. Pero los escondió nunca los vi.
-No conoces el oro?
Se paró y fue a su dormitorio. Volvió con una caja.
La abrió y sacó de adentro una piedra grande y me la pasó. La tomé en mis manos pesaba bastante y era rara, pero nada bonita.
--No le veo nada especial. Le dije
Se sonrió y me explicó.
--La que tienes en tus manos es una piedra de oro en estado natural, así la encontré.
--Abre tus manos.
--Y ésto es oro ya trabajado.
Lo miré y era hermoso, brillaba al sol era amarillo.
--Esto es un lingote de oro de medio kilo.
Sacó de la caja un cascabel de fierros redondos. -- --Dame tu mano.
La tomó y probó uno de los dedos en el cascabel.
Se paró y partió para afuera. Lo seguí y Vi que entró a una pieza. Lo sentía que algo metía ruido pero no sabía que era. Cómo a las seis me llamó.
--Niña... entra...
Se veía como un cuarto de trabajo, habían muchas herramientas y el estaba sentado en un banco con una máquina encima.
--Dame tu mano... y me puso una argolla en mi dedo izquierdo era amarillo como el lingote que me mostró. No me entró mi dedo hasta abajo.
me lo saco y lo puso en la máquina y con su pie que lo movía daba vueltas la argolla.
Después de varios intentos, por fin me entró.
--Mañana decidirás tu nombre. Vuelve adentro y prepara algo rico para cenar. Cuando esté listo me llamas.
Cenamos, él estaba raro, habló poco. Los perros también sentían su estado. Lo olfatearon y movieron su cola.
--Ve a acostarte niña, mañana será un día especial para tí. Descansa.
Me metí a mi cama y me arrope mirando la luna, se veía grande e imponente. También sentí tristeza. El hombre estaba triste, pero no sabía el motivo. Estaba tan cómoda que por nada del mundo cambiaría éste momento.
Pero mañana sería un mejor día.