Obligada A Casarme Para Sobrevivir

Lía, mientras caminaba por los enormes pasillos del salón de baile con aquel vestido de color blanco, la chica miró a los lados en busca de su pareja.

Lía quería visitar a John, su prometido antes de la boda, quería que fuera el primero en verla con su hermoso vestido blanco. La alegría se notaba en su rostro. 

—A amor, no podemos hacer esto ahora, es una boda —dijo una voz femenina.

Lía se detuvo de golpe algo avergonzada, quizás había interrumpido a alguien en sus momentos íntimos, pero antes de darse la vuelta sintió un presentimiento.

_ No me interesa, esa chica me da lástima —dijo el hombre orgulloso de sus palabras.

Aquella voz era familiar, lía deseaba con todas sus fuerzas que aquella voz no fuera de John. Armándose de valor, abrió la puerta descubriendo a su prometido besando y haciendo cosas indebidas con una de sus propias primas de ella.

_¿John? —dijo Lia, temblorosa de la voz.

_¡Lía! No es lo que parece -exclamo- John sorprendido apartando a la chica

Lía exhaló para no perder los estribos, sonriendo con calidez.

_... para que me quedara este vestido, llevo una semana entera sin comer —dijo ella—, así que iré a un restaurante y comeré una hamburguesa familiar con un bote de helado, quizás.

_ Lía!, ¿qué estás diciendo?—dijo John acercándose—. Podemos estar juntos si olvidamos este asunto

_ no

dijo ella casi al borde de las lágrimas pero se mantenía firme

_ Y voy a llorar 2 o 3 horas porque tengo que hablarle a mi familia para avisarles que la boda se cancela, pues a tus invitados, les vas a llamar tú.

Ella se giró apartando a John de un empujón, mirándolo de reojo

_ Ah, y no esperes que hable cosas bonitas de ti, y tampoco esperes que te regrese el anillo porque te ayude a pagarlo y voy a venderlo para hacer una cena con mi familia —dijo ella— pequeña, porque es para lo que alcanza.

Acercándose a la salida, observó de reojo a la pareja que estaba sin palabras. John no sabía qué decir y la chica a su lado intentaba consolarlo.

_ Para cuando todo haya terminado, voy a vender todos los adornos que pusiste en el salón de baile, y voy a comprender que la mejor idea fue haberme separado de ti —dijo ella—.

Lía salió del salón comenzando a llorar después de que se había dado la vuelta tapando su boca para evitar hacer ruido. Ese fue el día en que ella rompió el compromiso que tanto había soñado. 

....... ...

Zenith abrió los ojos de golpe y se sentó sobre de la cama, respirando de manera agitada. A pesar de que había dejado su vida atrás, los recuerdos de ese día seguían atormentándola en busca de herirla mentalmente. Se cubrió el rostro con ambas manos, escuchando cómo la puerta se abría en ese momento. 

_¿lady zenith? - dijo Flora.

_ ah, buenos días, Flora, lo siento, soñé algo extraño, ni siquiera recuerdo que es. 

Flora observó a zenith manteniéndose en silencio. Últimamente, se comportaba extraño y eso hacía sentir ansiosa a Flora. No le gustaba ver mal a zenith así que lo único que podía hacer era apoyarla de forma incondicional. 

_ Hoy es la fiesta de primavera, espero de verdad que le vaya muy bien —dijo Flora emocionada cambiando de tema.

Zenith se conmovió por los esfuerzos de Flora por animarla. En ese momento recordó que guila había escogido un vestido para ella, así que se puso de pie y se acercó al armario sacando aquel vestido. Era incluso más horrible ahora que ella misma lo veía. 

_ Lady zenith ¿enserió se pondrá eso?

_ No, vayamos a comprar uno —dijo sonriendo.

.........

_ ¡Lady zenith!, hay muchos vestidos hermosos! ¿Cómo sabremos cuál le quede mejor? —dijo Flora preocupada.

_ Uh, tranquila, lo sabremos pronto.

Zenith tampoco sabía qué escoger. En su otra vida casi nunca usó vestidos, buscaba un vestido corto, pues no quería tropezar o algo por el estilo y ser la burla de todos en el baile, pero no encontraba nada que se ajustara a sus ideales. 

_ Pero, ¿qué vemos aquí? —dijo alguien desde el fondo del local.

Entre los maniquíes salió un hombre alto de cabello rubio atado con una coleta. El hombre miró de arriba a abajo a zenith

_ Es la primera vez que veo a una chica tan singular como tú.

_¿Cómo yo?, eso me intriga, quizás ha visto incluso mejores que yo.

_ Oh, Nono, mi vida, eres la única mujer en el imperio con el cabello, así, ¿no es verdad? Lady zenith Calypso. 

Zenith tragó algo de saliva; al parecer aquel hombre ya la conocía. Manteniendo una actitud calmada, sonrió de manera ligera. 

_ Vengo en busca de un vestido, corto. La verdad es que no sé bailar muy bien y no quiero tropezar y causarle vergüenza a mi acompañante de baile. 

_ comprendo, buscas un vestido que se ajuste a tu comodidad y falta de conocimiento en el baile. 

_ Así es. 

El hombre se quedó en silencio para después caminar hasta el almacén saliendo con un vestido

_ Es mi mejor obra más reciente y si usted busca algo así, entonces este vestido es el indicado —dijo orgulloso el hombre.

_ Ah, ¿sí? Es hermoso, ¿cuánto cuesta?

_ Por ser usted, se lo daré a un precio especial. Me cae bien y siento que es una señorita muy singular.

_ Entonces no me queda más que decir, gracias.

_¡lady zenith! Ese vestido es hermoso, tiene gemas de color negro en los listones -dijo Flora sorprendida - es la primera vez que veo un vestido así. 

La chica tocó la tela del vestido notando que era seda por su suavidad, zenith se preguntaba si en su otra vida hubiera lucido bien en un vestido así. 

_ Bien, me convenció, me lo llevaré.

_ Perfecto, mi Lady, enseguida se lo empacaré.

_ Gracias, - sonrió ella de forma dulce.