Secretos De Una Poción

al amanecer, Judy ya estaba despierta, con su vestido perfectamente planchado y su cabello recogido en un peinado impecable. el frasco que le habia dado el mago descansaba sobre la mesa, junto a una pequeña maceta con tierra húmeda y una semilla que ella misma habia traido del jardin. queria impresionar al duque mostrando “su interes por la magia natural”, algo que le pareciera digno de conversación.

el comedor estaba en silencio, solo se escuchaban los pasos ocasionales de las criadas que comenzaban su jornada. Judy se sento derecha, con las manos sobre el regazo, ensayando mentalmente lo que diria cuando el duque bajara.

pero, para su sorpresa, la primera en aparecer no fue él, sino ella.

Ursula entro caminando tranquila, con su cabello recogido a medias, una camisa blanca y unas botas que claramente habian visto mejores dias. traia un par de frascos en la mano y un cuaderno bajo el brazo.

Judy la miro de arriba abajo, intentando mantener la sonrisa. no podia negar que era hermosa, tenia una belleza natural y una energia que llenaba la habitacion, pero su aspecto era tan… informal. nada que ver con las damas refinadas de la nobleza.

Ursula: buenos días ¿Quién es usted?

Judy: buenos días.. soy Judy Jones, una invitada en la mansión.

Ursula: que bien.. que bueno verla temprano

Judy: si, no suelo dormir mucho. me gusta aprovechar la calma de la mañana.

Ursula: a mi tambien el duque aun no baja, salio temprano al establo, creo.

[asi que no estaba con ella ahora]

Judy: ya veo, entonces lo esperare

mientras Ursula comia la manzana y revisaba sus notas sin preocuparse demasiado por la etiqueta, judy la observaba disimuladamente. se dio cuenta de que su encanto no estaba en los modales ni en la ropa, sino en esa energia tranquila y genuina que desprendia.

[no parece una duquesa, ni una dama de corte jajaja]

sin embargo, Judy no se rendiria. apoyó suavemente el frasco sobre la mesa, y dijo con fingida curiosidad:

Judy: estoy experimentando con una flor especial, crece con ayuda de la magia. quizas el duque quiera verla cuando llegue.

Ursula levanto la vista, interesada, y sonrio.

Ursula: ¿en serio? eso suena fascinante, me encantaria verla

Judy sonrió con suficiencia y dijo con voz decidida..

Judy: bien, te mostrare..

Ursula levantó la vista de sus notas y frunció el ceño, advirtiéndole con calma pero firme..

Ursula: no lo uses ahora, no sabes cómo reaccionará la tierra.. eso puede salir mal..

Antes de que Judy pudiera replicar, el joven asistente, Jones, entro en la habitación. Miró el frasco y luego a Judy con aire preocupado:

Asistente: hermana creo que deberías escuchar a la señorita Ursula

Ursula: de verdad.. guarda ese frasco..

pero Judy, orgullosa y decidida a que su experimento destacara, ignoró la advertencia.

[No dejaré que ella luzca más que yo]

y con un movimiento rápido vertió solo la mitad del frasco sobre la planta.

al principio, todo parecía ir bien. la planta creció a un ritmo sorprendente, extendiendo hojas y tallos como si absorbiera toda la energia de la habitación. pero de repente, sin aviso, la tierra explotó en un destello de luz y humo, lanzando la maceta y fragmentos por todos lados.

el duque, que acababa de entrar por la puerta del comedor, vio la explosión y gritó con desesperación..

Duque: ¡ursula! ¿¡qué hiciste!?

corrió hacia donde Judy yacía en el suelo, cubierta de polvo y tierra. la levantó con cuidado, su rostro lleno de preocupación:

Duque: señorita Jones, ¿cómo está?

Judy gimió ligeramente, asustada, mientras el duque la sujetaba con firmeza.

Ursula, de pie a unos pasos, lo miró. su rostro estaba teñido de dolor, los ojos brillaban y sus labios temblaban apenas. No dijo una sola palabra.. no era necesario. Su expresión reflejaba decepción, tristeza y un silencio que pesaba más que cualquier grito. Había confiado en que él la entendería… que no tendría prejuicios con ella.. le habia contado lo que habia vivido antes.. y en un instante, todo parecía roto. pero ella ya no lo miraba. Con pasos lentos y firmes, salió del comedor, dejando tras de sí un silencio pesado y un aire cargado de reproche silencioso.

Asistente: señor, la señorita Ursula intento impedir que mi hermana usara ese frasco, pero Judy no la escucho..

Duque: ¿Qué?

El duque parpadeó y sintió un nudo en el pecho. Su corazón se oprimió mientras recordaba el rostro de Ursula, comprendiendo de golpe lo que había hecho. La había juzgado sin saber, tal como muchas veces habían juzgado a Ursula antes. Recordó las historias que ella le había contado sobre su vida, sobre cómo siempre la criticaban, cómo atacaba primero para protegerse, cómo nadie entendía su forma de actuar.

El duque se quedó allí, mirando como desaparecía. Su pecho ardía, y una mezcla de culpa y arrepentimiento lo paralizaba. Sabía que había fallado en algo tan simple y tan importante.. comprenderla, confiar en ella y verla como realmente era. Mientras sostenía a Judy, que ahora respiraba con dificultad pero no gravemente herida, su mente no podía dejar de pensar en el rostro de Ursula, en esa mirada de dolor que nunca olvidaría.

[maldita sea… tal como le hicieron a ella… tal como me contó… y yo… la juzgue antes de entenderla…]

Jones, a su lado, continuo explicando lo sucedido, mientras el duque apenas podía escuchar, atrapado entre la preocupación por Judy y la culpa que le quemaba por dentro. Sabía que debía arreglarlo, debía acercarse a Ursula, pero por ahora, ella se había alejado, y el duque comprendió que había perdido más que un instante.. había lastimado a alguien que recién estaba aprendiendo a confiar..

El silencio del comedor se hizo pesado, solo roto por la respiración de Judy y el leve crepitar de la tierra humeante de la planta, mientras el duque permanecía inmóvil, con el corazón apretado y la sensación de haber fallado de la manera más humana y dolorosa posible.

Duque: Jones, manda a llamar a un doctor inmediatamente y lleva a tu hermana de regreso a su casa.

Judy intentó hablar, abrir la boca para defenderse, tartamudeando y con los ojos llenos de sorpresa..

Judy: pero… yo… yo solo quería…

Asistente: ¡Judy! si hubieras escuchado a la señorita Ursula, nada de esto hubiera pasado. nadie estaría herido ni habría peligro. ¿acaso no entiendes lo que significa confiar en alguien que sabe lo que hace?

esas palabras resonaron en el comedor como un golpe seco. el duque sintió un escalofrío recorrer su espalda. cada frase de Jones era como un recordatorio de su propio error.. había juzgado a Ursula sin saber, había dudado de su criterio, y ahora la había visto dolida y alejarse de él.

miró a Judy, luego al asistente y finalmente hacia la puerta por donde Ursula había salido, y su pecho se oprimió aún más.

[maldita sea…]

mientras el asistente ayudaba a Judy a levantarse y llevarla hacia la salida, el duque permanecía allí, inmóvil, observando cómo la situación se desarrollaba. su mente no podía dejar de imaginar el rostro dolido de Ursula, la tristeza contenida en sus ojos, y cada segundo lejos de ella le parecía una eternidad.