Prólogo
Cuando sentí que su mano acariciaba mi pelo, cómo lo había hecho hacía más de una semana.
NovelToon tiene autorización de Carmen Zambrano Fernández para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Don Samuel
Cambiando las flores de papá, lloraba como siempre, pero sentí unos sollozos más fuertes que los míos. Era detrás de unos árboles y no podía ver nada solo escuchar el llanto y Luego las frases.
--Ya no tengo nada mi María, finalmente me despojaron de todo, nadie le dará trabajo a un hombre viejo como yo. Solo me queda morirme. Ya no tengo Porqué vivir. Solo quería verte una vez más, arreglar tu tumba. Y partir de éste mundo. Mi vida junto a tí fue la mejor. Gracias por darme la oportunidad de amarme....
Y seguía llorando....
Me levanté y fuí a ver. Era un hombre de unos cincuenta años, delgado y alto, que estaba tirado sobre una tumba. De igual forma como yo lo hacía. No me había visto, hasta que le hablé.
--Siempre hay esperanza en la vida...le dije. Perdón pero lo escuché, estaba detrás de los árboles. No debe pensar así.
--No señorita, ésta mujer enterrada aquí era lo único que me mantenía en pie. La conocí hace diez años atrás, era una mujer muy dulce que había sufrido mucho maltrato de parte de su familia. Era viuda y nos conocimos fortuitamente, ella necesitaba un jardinero y yo me ofrecí. Aunque sabía que no tenía ninguna oportunidad, me fui enamorando como un adolescente de ella. Pero no podía ni siquiera pensar mirarla a sus ojos. Ella era una señora y yo un hombre que había estado preso y nadie le daba trabajo por desconfianza. Habia cumplido una sentencia de años por asesinato. Nunca le oculte nada. Y ocurrió el milagro. Ella un día tomó mis manos y me dijo gracias. Iba tres veces a la semana a arreglar su jardín, un día fuí y no me salió a abrir.
Llevaba seis meses así ...me pereció extraño y comencé a llamarla. Cuando no me respondió toqué en su casa y solo escuchaba levemente un quejido. Entré por una ventana y la vi a ahí tirada en la escalera.
Estuvo una semana hospitalizada. Aunque su familia lo supo sus hijos no vinieron a verla. Vivían lejos de ella y tenían su vida propia. Después que llegó a su casa, entre la señora que le ayudaba en los quehaceres domésticos y yo la atendimos. Nunca más volvió a caminar. Pero eso a mí no me importó. Un año más tarde nos casamos, yo le pedí con separación de bienes. Para que nadie dijera que nuestro matrimonio fue por interés. Ahora ella yace aquí. Y yo junto con ella. Mi corazón está aquí 💔. Yo sabía que cuando llegaran ellos me sacarían de la casa. Tenía mi bolso preparado. Salí con mi corazón destrozado y mi alma tranquila. Y ahora estoy aquí. No tengo a nadie y a nadie le hago falta. No tengo ni siquiera dónde vivir.
Reconozco que desde que me sucedió todo, jamás volví a sentir nada por nadie. Desconfiaba de todos. Pero éste hombre tocó mi corazón, sentía que estaba tan herido como yo. Por primera vez tuve una conexión con alguien que percibía el dolor.
--Pero yo si necesito a una persona que me ayude. Lo dije sin pensar. Habló mi corazón y no mi cabeza.
Estoy sola, y en mi pequeña parcela necesito que me ayuden a trabajar mi pequeño campito. No tengo mucho. Puedo alojarlo, en el galpón donde guardo el pasto. Arriba hay un cuarto que se puede arreglar y poner una cama. Puedo pagarle muy poquito, pero puedo compartir con usted un plato de comida. Yo lo entiendo, también estuve encarcelada...
Me miró y comenzó a llorar....me dió tanta pena. Se levantó y me tendió su mano. Samuel Sánchez mucho gusto señorita y claro que aceptó. Si a usted no le doy miedo, yo le serviré hasta que usted lo decida.
Vamos le dije. Tenemos mucho que hacer.
Así fue como Don Samuel llegó a mi vida, calladamente. Arreglamos todo y en un siantamen, quedó instalado. Mis perros de por sí como yo, eran desconfiados, lo amaron. Le dí todas las indicaciones y fue como si toda la vida hubiera vivido allí. Hasta ese momento no me había dado cuenta lo sola que estaba. Sentí que podía dormir tranquila y desde que se había ido papá, lo hice.
Al otro día comenzamos temprano, tomamos desayuno, arreglamos y alimentamos los animales y partimos al cementerio a ver a nuestros amados. Cuando ya nos íbamos. Apareció un hombre joven y le pregunto... Samuel Sánchez?
Quedó don Samuel muy perplejo sin saber que decir.
--Quien lo busca? Pregunto yo.
Soy un estafeta del Estudio Jurídico Abraham y Hermanos y necesito entregarle ésta citación para la lectura del testamento de la Señora María Real Fuica, Usted era su marido,?
--Si, pero nos casamos con separación de bienes y yo no pedí nada.
Pero usted debe comparecer. La lectura es en una semana más. Está aquí en éste sobre la dirección. Asista, por favor. Si usted no va el testamento no se puede leer.
Don Samuel me dijo no quiero nada.
-- Pero ella si lo quiso. Por algo lo nombró a usted.
Pero respetaré su decisión. Pero debería pensarlo.
Seguimos con nuestra rutina. Y cada día era conocernos un poco más. Cada día más afiatados, era como que lo conocía de toda la vida. Todos los días íbamos al cementerio.
La Lectura sería el lunes y hoy era viernes, día de preparación de la producción para llevar a la feria.
--Gabriela....(le había pedido que me dijera por mi nombre) He pensado que iría, solo si usted me acompaña.
Estaba comiendo y me atoré cuando escuché su pedido. Pero porqué? le pregunté
--Usted no los conoce. Son gente mala que le gusta humillar al pobre. Ellos se me tirarán cómo aves de rapiña. No quiero ir solo. Yo la tengo a usted solamente.
Me llegaron sus palabras y me dió pena. Pensar que estábamos igual, tan solos.
--Esta bien. Yo lo acompañaré.
--Ya nadie nos humillara. Que se preparen si creen que lo harán.
impactante y tiene de todo
felicitaciones escritora
Dios te bendiga y te permita seguir escribiendo historias tan lindas