Si supieras que una sola llamada puede cambiar tu vida por completo ¿Contestarías?
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Capítulo 4 RECUERDOS
Lorena Lancaster
Despierto como cada día, mí madre ya no está en casa porque vive trabajando, se va temprano y llega muy tarde para seguir trabajando aquí. Las dos somos bastante ordenadas así que jamás tenemos que asear demasiado.
Veo mí rostro en el espejo y las ojeras están muy marcadas. Otra vez las pesadillas de aquel día me acompañan, otro día más sabiendo que no me he recuperado y que nada ha cambiado aún; si tan solo mí novio me ayudara pero ni eso.
Hace años yo era una adolescente como todas, estudiando en un lugar público así como todos los de mí edad. Se que mí rostro es lindo pero mí cuerpo es otra cosa, algo que me repetían una y otra vez día tras día.
Los apodos hirientes, las crueles burlas, las comparaciones con animales. Todo aquello me acompañaba, ni por pena tenía una tarjeta de San Valentín pero mí corazón aún albergaba sentimientos y muchos anhelos.
Soñaba que algún día un atractivo príncipe azul me diría que era hermosa, se casaría conmigo y viviríamos felices por siempre; algo que jamás pasó. Mis compañeras ya habían tenido novios y algunas relaciones mientras que yo aún no había ni recibido mí primer beso.
Era solitaria y hasta comía apartada de los demás para no ser objeto de burlas, decían que podría hasta vaciar el lugar y muchas cosas más de mí.
Finalmente un chico nuevo se acercó a mí para ser mí amigo, automáticamente mis ojos se posaron en él aunque mí timidez no me permitía declararle mis sentimientos ni decirle nada más.
Él me besó un día sin siquiera esperarlo causando que yo sintiera que era el príncipe de cuentos que tanto anhelaba, aunque estaba lejos de serlo.
Creí amarlo tanto que pocas semanas después de algunos besos que no eran una maravilla me pidió la prueba de amor o más bien la de desamor. Yo estaba más que segura de amarlo con mí alma entera y que un felices por siempre estaba a la vuelta de la esquina que accedí.
Estábamos en su cuarto dónde apagó todas las luces y cerró las cortinas pero aún se lograba ver absolutamente todo, no con total detalle pero si bien ya que era muy temprano en un día soleado. Quitó mí blusa y yo quedé en sostén lo cual fue vergonzoso.
No hubo palabras bonitas ni muchas caricias, nada. Él cerraba los ojos con fuerza pero ni así conseguía concentrarse. Cuando yo estuve en ropa interior todo se detuvo abruptamente y el se levantó pidiéndome que me cubra.
Prendió la luz y lo vi muy enojado
-No puedo hacer esto maldita sea. ¿Sabes lo que es estar contigo?
-¿Que quieres decir?
-Si tan solo adelgazaras, ahora no pude cumplir la puta apuesta porque me das asco, ni pensando en Brittany se me para si estoy contigo
-¿Que apuesta?
-Nadie quiere estar contigo, ¿Piensas que podría acostarme con alguien como tú? Eres muy ingenua si piensas eso. Vístete y vete, olvida esto
Jamás me sentí más humillada en la vida. Dejé de comer y me cuidé más pero aún seguí teniendo sobrepeso y el corazón destrozado. Fui objeto de burlas aún peores y el idiota que me desnudó quedó como un campeón por el gran sacrificio que hizo.
Nadie más se me acercó mientras culminé mis estudios. Entré a la universidad aún virgen y además dónde quien no es becado es porque nada en dinero no tendría posibilidades de nada. Las chicas preciosas, vestidas a la moda, autos de lujo, cuerpos perfectos y por otro lado yo gorda y pobre aunque inteligente.
Actualmente mí novio en meses jamás intentó llegar más allá conmigo aunque yo si lo deseo, si al menos me tocara podría estar más feliz pero ni eso.
La confianza en mí intelecto está intacta pero en mí cuerpo por el subsuelo. Siento tantos deseos pero a la vez tanto miedo de que él tampoco sea capaz de estar conmigo por mí cuerpo que no se que hacer.
Suspiro por milésima vez, me maquillo y me pongo a terminar un trabajo de la universidad para después comenzar mí rutina diaria y agotadora.