Con su corazón destrozado, sus ilusiones rotas y una profunda tristeza, observando cómo poco a poco su vida se acaba cómo consecuencias de las acciones del hombre que ella una vez amó, Cecil terminará diendo condenada a muerte. Sin embargo, distinto a lo que se creyó, Cecil obtuvo la oportunidad de volver al pasado, antes de que su trágico destino se cumpliera. ¿Es posible evitar lo que ya está escrito? ¿Podrá cambiar su futuro?
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Capítulo 24
Varias semanas habían pasado, semanas de angustia y búsqueda incansable, pero seguían sin noticias de Cecil. Gareth, demacrado por la preocupación y la falta de sueño, se encontró con Lysander durante una de sus patrullas de búsqueda. La diferencia entre ambos era evidente: mientras Lysander lucía bien, su rostro no mostraba el menor signo de angustia, Gareth parecía consumido por la preocupación.
Gareth no dudó en cuestionar el aparente estado de ánimo de Lysander.
- ¿Si tanto amabas a Cecil, por qué no te ves afectado? ¿Por qué no te consume la incertidumbre como a mí?
- Tengo una esposa, Gareth. No puedo permitirme que me vean afectado por Cecil. Además, tu estado es devastador porque no pudiste proteger a Cecil. Yo la estoy buscando de forma discreta - su mirada se endureció -. Cuando la encuentre, sé que Cecil volverá conmigo, porque conmigo estará a salvo. Se dará cuenta de con quién le conviene estar.
- Si descubro que estas involucrado en su desaparición, no dudare en acabar contigo.
- A mi no me vas a culpar por tú incompetencia, la secuestraron el día de su boda, porque no enviaste guardias de tu Ducado a protegerla, la dejaste sola.
- La voy a encontrar, no la dejaré de buscar.
- Me alegra escuchar eso, así demostrarás tu valor. Lo siento no tengo tiempo para perder contigo, tengo asuntos urgentes que resolver.
Sin decir más, Lysander se dio la vuelta y se marchó, dejando a Gareth solo con su dolor, su culpa y una renovada determinación de encontrar a Cecil y descubrir la verdad detrás de su desaparición, sin importar el costo.
El "asunto urgente" que Lysander tenía que tratar no era otro que Cecil. A pesar de su fría fachada ante Gareth, la inquietud lo carcomía. La había visto durmiendo junto a Max, una imagen que lo había conmovido más de lo que quería admitir. La necesidad de hablar con ella, de controlar la narrativa de lo que sabía y de reafirmar su propio control, era imperativa. No podía esperar más semanas.
Esta vez, su necesidad de discreción era aún mayor, ya que, si alguien llegaba a seguirlo, todos sus planes podrían terminarse, cuando llego al lugar de cautiverio de Cecil, la encontró jugando con Max, sentada en el suelo, riendo suavemente. La escena, inesperada, lo detuvo por un instante.
- Me alegra saber que te adaptaste a este lugar – la voz de Lysander detuvo en seco a Cecil, se puso de pie, su expresión volviéndose seria al verlo.
- Pensé que nunca te atreverías a darme la cara – menciona Cecil con seriedad, mientras Max se acerca a ella, y toma su mano.
- ¿Desde cuándo sabes que te trajeron aquí porque yo lo ordene?
- Desde que me pasaron a la habitación, se preocupan en atenderme, dime que captor haría eso, si no hubiera algún sentimiento amoroso de su parte – Lysander sonríe.
- Es lo que me gusta de ti, lo astuta que eres, necesitamos hablar a solas – mira a Max que se aferraba a Cecil.
- Maximiliano se un buen niño y ve a jugar en su habitación – dice Lysander con tranquilidad.
- No puedo dejar sola a Cecil – responde Max, su voz pequeña pero determinada.
- Me agrada tu valentía, pero es una conversación de adultos, que no debes escuchar – insiste Lysander -, Cecil no quieres que Max se preocupe, verdad… - Cecil se agacha y sonríe.
- Max ve a la habitación, pronto iré a verte, te lo prometo.
- Esta bien Cecil, te espero en el cuarto - el niño soltó la mano de Cecil y se dirigió a la habitación contigua, dejando a Cecil y Lysander solos en la opulenta prisión.
- ¿Cuánto tiempo más planes tenerme encerrada aquí? No te das cuenta de lo que has hecho al traerme aquí, me secuestraste y no quiero imaginarme a cuantas personas más.
- Cecil – Lysander intenta acercarse a ella.
- No te atrevas a ponerme ni un dedo encima, que no sabes de lo que soy capaz.
- Claro que lo sé, por eso te amo, no podía seguir alejado de ti. Entiende que no podía permitir que te cases con Gareth, si vuelves a usar un vestido blanco para un matrimonio será conmigo.
- En verdad estas loco, no pienso casarme contigo.
- Lo harás, por eso estas en este lugar.
- Prefiero la muerte, antes de que estar a tu lado.
- Sabia que estarías molesta, no debes preocuparte, borrare tus recuerdos y volverás amarme. Volverás a estar a mi lado, me miraras con ternura como en el pasado, te lo aseguro. Te contare lo que sucede, ya sabias que estoy extrayendo el maná de las personas del reino Ironpeak, pero si solo lo extraía, estaba desperdiciando esa magia, así que con ayuda de la torre de magos, encontramos la manera de transferirlo, he creado en secreto un ejercito de magos, que están preparándose, pronto estaremos listos, nadie nos volverá amenazar.
- Lysander detente, todo esto terminara mal, te lo aseguro, por favor para, vas a terminar destruyéndonos.
- No, todo lo hago para proteger a nuestro reino, porque mi plan contigo es sencillo, te borraremos tus recuerdos, dejaremos algunos, porque somos capaz de seleccionarlos, dejaremos tu aprendizaje de etiqueta, baile, conocimientos del imperio, nuestros momentos de amor en la juventud, borraremos lo indispensable, a Gareth, tu familia, a Orlaith, será como si nunca hubieran existido, mientras te adaptas a tu nueva vida, permanecerás aquí, te prometo que cuando vuelvas aparecer en el reino, volverás a mi lado, como la reina, ese siempre ha sido tu lugar.
- Lysander ¿me amas? - la voz de Cecil tembló al hacer la pregunta, buscando una chispa de cordura en los ojos del hombre que la tenía cautiva.
- Eres la única mujer que amo – Lysander se acerca a ella y acaricia su mejilla.
- Entonces porque quieres destruirme.
- No mi amor, no quiero destruirte, quiero que vuelvas a mí. Puedo ver que ahora me tienes miedo, pero pronto tus ojos me mirarán solo a mí, tus labios – pasa sus dedos por los labios de Cecil -, volverán a ser míos, nos casaremos, y formaremos un hogar. Como regalo te puedes quedar con Max si lo deseas.
- Él no es un objeto que puedas regalar - replicó Cecil con furia.
- Entonces, en vez de que lo adoptemos como hijo, quieres que siga experimentando con él..., veraz Max es especial, al principio lo trajimos para extraer su maná, pero es sorprendente no importa cuando hagamos de extraer vuelve, no desaparece.
- Eres un monstruo, él es un niño, que extraña a sus padres.
- No te preocupes, nos encargaremos de él, cambiaremos su color de cabello de verde pasara, a otro color, y borrare todos sus recuerdos, tu serás su madre. No importa si no aceptas, cuando despiertes, ya no recordaras nada de esto, y te contaré una lamentable historia de Max y estoy seguro que volverás a tratarlo con cariño.
- Yo no aceptó nada de esto.
- Cecil puedo complacer muchos de tus deseos, pero esto no, no es tu decisión, agárrenla - dos imponentes magos entraron en la habitación, sus rostros impasibles.
- No, no se acerquen - gritó Cecil, retrocediendo.
Luchó con todas sus fuerzas, pataleando y forcejeando cuando los magos la sujetaron, pero eran demasiado fuertes. Sus manos se aferraron a sus brazos, sus uñas arañando la tela de sus túnicas, pero no pudo zafarse de su agarre. Fue arrastrada fuera de la habitación, su resistencia inútil contra la fuerza combinada de los hombres y la magia que los imbuía.
Lysander es un enfermoooo
Amo esta historia!! y Garret es todo lo q esta bien! 🤭