Luego de una decepción amorosa Lila viaja a Londres buscando la contención de su padre pero en el camino encuentra algo más que solo amor y contención familia. Una nueva historia da comienzo en medio de toda su crisis sentimental.
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capítulo 24
La noche siguió avanzando entre copas, risas y pasos de baile. Las luces del lugar parpadeaban al ritmo de la música, y en medio de ese ambiente cargado de energía, Carla tomó la mano de Lila de pronto y dijo con una sonrisa pícara:
—Amiga, vamos al baño… necesito un retoque urgente.
—¡Pero si estás perfecta! —rió Lila, aunque no tuvo tiempo de protestar más. Carla ya la arrastraba lejos de Vladímir.
—Cinco minutos, chicos. No se escapen —añadió Carla con un guiño.
Los hombres asintieron con una sonrisa cómplice mientras las veían perderse entre la multitud.
En el baño, entre retoques de labios, brillo en los pómulos y carcajadas suaves, compartieron algunas anécdotas rápidas.
—Dios, ¿viste cómo te mira tu ruso? —dijo Carla mientras aplicaba rímel frente al espejo.
—¿Qué? —preguntó Lila, algo ruborizada.
—Como si fueras su desayuno, almuerzo y cena... y también el postre —se rió—. Me encanta cómo te transforma.
Lila se encogió de hombros, pero su sonrisa decía más que mil palabras.
—¿Y tú? —añadió—. Dimitri no puede quitarte los ojos de encima. Está clarísimo que le gustas.
—Agh… —resopló Carla—. Es intenso. Pero me gusta, no lo voy a negar.
Ambas salieron del baño riendo, acomodando sus vestidos, listas para volver con sus respectivos acompañantes. Pero apenas pusieron un pie fuera, dos hombres se les acercaron con sonrisas cargadas de intención.
—Hola, chicas… —dijo uno, visiblemente borracho— ¿Están solas?
Lila, que ya estaba acostumbrada a esas situaciones, sonrió con amabilidad.
—No, estamos acompañadas. Gracias chicos, pero debemos volver.
—Ey, ¿por qué tan rápido? Espera… ¡yo te conozco! —el segundo sujeto, aún más entonado que su amigo, la señaló—. Tú eres… ¡Lila! ¡La modelo! ¡Lila Fansini!
—Facchini —corrigió ella con tono educado, aunque ya algo incómoda—. Sí, soy yo. Pero tenemos que irnos.
—Espera… te vi en tu último desfile. ¡Estuviste espectacular! —insistió el tipo, tomándola del brazo—. ¿Te han dicho que pareces una diosa?
Carla, que ya veía las luces de alerta, dio un paso al frente.
—Suéltala. Ella ya te dijo que nos vamos.
—Ey, linda, ¿por qué tan agresiva? Solo queremos conocerlas… —replicó el primero, acercándose aún más.
La tensión subía rápido. Lila intentaba mantener la calma, pero el agarre del sujeto se volvía más firme, más invasivo.
Y entonces, como si respondieran a una alarma silenciosa, Vladímir y Dimitri aparecieron entre la multitud.
Vladímir fue directo hacia Lila, apartando al tipo con una mirada tan fría que helaba la piel. Dimitri, en cambio, fue pura energía.
—¿Están sordos o qué? ¡Te dijo que la soltaras!
El tipo lo miró con desdén y soltó una risa burlesca.
—¿Y tú quién eres? ¿El héroe de las zorras?
Silencio.
Ese comentario cayó como una bomba. Carla, sin pensarlo dos veces, le dio un puñetazo seco y certero en la cara. El hombre tropezó hacia atrás, completamente descolocado.
—¡Repítelo! Vamos, ¡te reto! —bufó Carla, con la respiración agitada y los ojos ardiendo de furia.
Dimitri la sujetó por la cintura rápidamente para evitar que le pegara otra vez.
—Tranquila… no valen la pena —dijo con una sonrisa que intentaba apaciguarla.
—¡Tranquila nada! ¡Voy a destrozarlo!
Los sujetos, al ver la situación fuera de control y la mirada letal de Dimitri, decidieron que ya no valía la pena. Se alejaron murmurando, mientras Carla acomodaba su vestido y peinaba su cabello como si nada hubiese pasado.
—¿Qué? Lo tenía todo bajo control —dijo, al notar que Dimitri la observaba con una mezcla de asombro y fascinación.
—Pude notarlo… tienes un buen gancho —respondió él, divertido.
—Bueno, mi papá quería un niño… y desafortunadamente, soy hija única. —Se encogió de hombros.
Lila, que había estado revisando su brazo, se acercó.
—¿Estás bien? ¿Tu mano?
Carla la miró, sacudiendo la mano como si fuera nada.
—Pff, está bien. ¿Viste cómo se fue llorando ese imbécil?
—Sí… por eso me metí entre tú y él. No sabes controlar tu carácter.
—Odio a ese tipo de idiotas. Se creen que porque somos mujeres no podemos defendernos. Que tenemos que sonreír y aguantar todo.
Dimitri no pudo evitar reírse suavemente. La miró otra vez, con más atención. No solo era hermosa. Era una fuerza de la naturaleza. Carla lo sorprendía con cada palabra, con cada reacción.
—Eres una caja de sorpresas, ¿lo sabías? —le dijo con una media sonrisa.
—Y tú estás muy mal si pensaste que una cita conmigo iba a ser tranquila —respondió ella, guiñándole un ojo.
Vladímir, por su parte, envolvió a Lila entre sus brazos.
—¿Estás bien?
—Sí. Gracias por llegar justo a tiempo —susurró ella, apoyando la frente en su pecho.
—Siempre voy a llegar a tiempo, princesa.
Dimitri miró a ambos, sonriendo también. Por una vez, no sintió necesidad de intervenir. Estaban bien. Se cuidaban.
—Bueno, ¿volvemos a la mesa o van a seguir peleando por ahí? —preguntó él, con ironía.
—Vamos —respondió Lila con una sonrisa—. Y de paso pedimos un poco de hielo para Carla. Aunque creo que más que nada se fracturó el ego del tipo.
—El ego y la nariz —añadió Vladímir entre risas.
Mientras regresaban al sector del bar, Carla volvió a tomar el brazo de Dimitri.
—Por cierto… gracias por no detenerme.
—¿Quién dijo que no lo intenté? —le susurró él al oído—. Pero me gustó ver esa parte de ti… tan real, tan fiera.
—Te estás volviendo peligroso, Dimitri.
—Y tú, irresistible —murmuró él, justo antes de besarla en la sien.
Y así, entre incidentes inesperados, miradas ardientes y corazones que empezaban a entrelazarse, la noche se volvió inolvidable.
dañó a su familia por un desliz que ni siquiera fue seguro.
Su madre se merecía eso por dañar todo.
Pero Lila no
Básicamente ellos dañaron la relación de sus hijos.
TODO.
Ella traicionó a su familia, y luego hizo escoger a sus hijos, más que nada el hecho de que el otro se enteró de la peor forma, no fue capaz de nada.
le segunda el padre al no ser fuerte y dejarla a tiempo, que dañó a sus hijos.
y para colmo ella se descarga con su hermano que no tiene culpa, no es obligación querer hablar con su madre
Que fastidio cuando dices algo y no cumplen, yo me largaba de ahí 🙄🙄
dos hermanos y ahora con quién. dioooooos que dilema