Tenia un matrimonio "feliz", pero mi vida y todo lo que me rodeaba se fue de cabeza al conocer a Salvatore, una historia de amor, pasión desbordante, deseos reprimidos, conocí el cielo y también el infierno al despertar de mi realidad.
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Bebé Capone
Estaba de camino para la cita, sabía que no amaba a Daniel, que me repudiaba, verle la felicidad por el bebé, que probablemente no era suyo, me daba lástima.
- ¿Cesaron las náuseas?- pregunta
- Algo- respondo cortante
- Lamento haberte hablado como te hable, me irrite porque cogiste mis cosas- dice en tono tranquilo
Yo decido seguir en silencio, esas disculpas eran tan repetitivas, comenzaban a aburrirme, no lo sentía realmente.
- ¿No tienes nada por decir?- pregunta
- No, nada - contesto
Daniel pone su mano en mi inexistente vientre, ¿Qué pasaría en esa ecografía?, Cómo voy a ocultar semanas.
- Estoy emocionado, por fin nuestro bebé está con nosotros, espero que todo esté en orden- dice emocionado
Llegamos a la clínica, yo apresuré el paso, Daniel me agarra de la mano, yo intento zafarme de su agarre, pero él me sostiene con fuerza, su mirada desafiante me intimida
- Compórtate Gio- me reprende
Subimos al ascensor, yo quería que el tiempo pasara rápido, Daniel tararea una canción, sin soltar mi mano
- ¿Será posible saber su sexo hoy?- me pregunta
- Daniel, son pocas semanas, no tengo panza, creo que no es posible- respondo exasperada
- ¿Y?, la tecnología es muy avanzada, aunque mi instinto de papá me dice que será una hermosa niña- dice entusiasmado
El timbre del ascensor nos anuncia la llegada del piso, él se apresura al consultorio
- Necesito un baño, ya lo alcanzo- le informo
- ¿Quiere que te acompañe?- pregunta
- No es necesario- afirmó
No entendía que quería estar lo más lejos posible de él, que odiaba que tomara mi mano, entro al baño y comienzo a llorar sin poder detenerme, solo por esta vez, desearía no estar embarazada, para irme muy lejos, muy lejos de Daniel
- ¿Está bien?- me sorprenden al otro lado de la puerta
Limpio mis lágrimas, debo fingir, debía volver con Daniel, así que salgo, para mi sorpresa era la doctora que llevaba mi tratamiento de fertilidad
- Señora Romano, que bueno verla de nuevo- saluda Efusivamente
- Doctora Walter, ¿Cómo está?- respondo
- Bien, ¿Pero usted está bien?- pregunta
- Algo, si- respondo cortante mientras me lavo las manos
- Ya iba a encontrarme con usted y su esposo, la felicito, por fin estamos esperando ese bebé por el que trabajamos todos estos años- dice orgullosa
Ella también llevaría mi embarazo, ¿De verdad?, aquí la tenía, era una señal del cielo
- ¿Daniel también se ha sometido a exámenes de fertilidad?- pregunto directamente
Puedo ver la incomodidad en su rostro, porque fui solo yo el conejillo de indias
- ¿Por qué la pregunta?- dice preocupada
- Porque le fui infiel a mi esposo y oh sorpresa ahora estoy embarazada, que cree doctora, ¿Esté bebé es de Daniel?- la cuestiono
Su rostro es ilegible, podía ver miedo y preocupación, se gira, incapaz de verme a los ojos
- Dígame doctora, sabe que va a pasarme a mi y a mi bebé donde él se entere de que no es su hijo, yo nunca fui la del problema y usted lo sabía - le encaro
- Lo sospeché, se lo recomendé, que también se hiciera un examen, pero sé negó, sus hermanos tenían hijos, muchos, no le insistí más y como usted también se adjudicó ese problema por ser hija única, no intervení más- me suelta
Ella tenía razón, la única culpable fui yo, yo fui quien fue infiel, nadie más es culpable.
- Lo siento, usted no es culpable de nada, fui yo quien lleva las consecuencias de actos que son solo míos, solo estoy asustada, Daniel se dará cuenta de que no es su hijo- le digo mientras limpio mis lágrimas
- ¿Lleva las cuentas el señor Romano?- pregunta
- Las lleva, si hago las cuentas de mi última regla, debo tener unas 8 semanas, Daniel cuenta con que son 6 - respondo
- ¿Gio, estás ahí?- Daniel hablaba detrás de la puerta, haciendo que la doctora y yo nos sobresaltemos
- Ya salgo- respondo
- Vaya primero, ya nos vemos- me ordena
Salgo rápidamente, Daniel me observa atento
- ¿Estás bien?- pregunta curioso
- Náuseas, me llegaron sorpresivamente- miento
- La doctora ya viene- me informa
-Pueden pasar, la doctora los espera- informa la secretaria
Mi cuerpo empieza a temblar, tenía miedo, Daniel se enterará de que este bebé no es suyo.
- Señor y señora Romano- saluda la doctora como si nada
Daniel sonríe esperanzado, estaba emocionado
- Por fin dio resultados el tratamiento, estamos felices, queremos saber cómo está nuestro bebé- informa
- ¿Cómo se encuentra Señora Romano?- me pregunta tranquilamente
- Muchas náuseas- responde Daniel
Lo observo, quería intervenir en todo, no tenía voz ni voto en nada, era frustrante
- Vamos siéntese Señora Romano- me invita la doctora
Me ayuda a sentar en la camilla, realmente no entendía nada, mis nervios no me dejaban pensar en absolutamente nada
- Vamos a hacer una ecografía- informa
- Muero por ver mi bebé- dice ilusionado Daniel
La doctora pone un gel frío en mi vientre y pone algo, nos enseña la pantalla y podemos ver una pequeña silueta, Daniel grababa todo, no quería perderse nada.
- Sé ve grande- comenta Daniel
Mi corazón latía muy fuerte, me aferraba fuerte de la camilla
- 6 semanas señor Romano- suelta casualmente
Siento como me quedo sin fuerzas, podía respirar tranquila
- Lo sabía- sonríe ampliamente
Podía ser esté bebé de Daniel, o realmente me estaba ayudando
- El bebé está perfectamente Señora Romano- Me sonríe
Daniel no quitaba la mirada de la pantalla, aunque estaba muy pequeño, ahora podíamos escuchar su corazón
Sonrío tranquila, ahora Podía disfrutar mi momento, las lágrimas salían, saber que mi bebé estaba bien, no necesitaba nada más.
- Voy a darle algunas recomendaciones, para que las tenga presentes, debe tomarse algunas vitaminas que ayudarán a que el feto crezca sano y fuerte - me dice
- ¿Sé puede saber el sexo?- pregunta Daniel
- Aún es pronto para saber, señor Romano- sonríe la doctora
Daniel me ayuda a ponerme de nuevo de pie, su teléfono suena
- Debo atender esto- señala el teléfono y se sale del consultorio
- ¿De verdad tengo 6 semanas?- pregunto ansiosa
La doctora toma asiento y me mira atenta
- El feto está de 8 semanas, según tus cuentas, saca las conclusiones- responde
Este bebé era sin duda de Salvatore, mi ventaja es que la doctora Walter ahora estaba de mi lado.
Tienes q alejarte lo más lejos posible