Una dama multimillonaria odiada por muchos y amada por pocos, envidiada por su poder y dinero así como su belleza, debería vivir muy feliz en la vida ¿No?
Al contrario de lo esperado, Shue Leilei es perseguida por muchos enemigos, con tantos accidentes que solo la apuntaban, tuvo que considerar la orden de su padre.
-¡No quiero un guardaespaldas! o mejor lo pensaré ¡Quiero al más feo, sí ese!
Resulta que el guardaespaldas más feo, tenía los ojos más hermosos que jamás haya visto.
Con una maestra loca y algo psicópata, el pobre guardaespaldas se vio obligado a cumplir todos sus caprichos, pero él, un hombre de corazón oscuro y sentimientos muertos ¿Cómo logró conquistar a la loca Presiente?
¿Qué tiene de especial?
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Perseguidos 2.
Cansado y exhausto, el tipo se derrumbó en el suelo, con las manos temblorosas, dejo la linterna a un lado y se descubrió la herida en el abdomen.
Para su sorpresa, la piel alrededor de la herida ya se había vuelto morada y azul, estaba inflamada y sangraba con más intensidad que antes. Ya había perdido mucha sangre, también tenía una herida de bala en el hombro, la sangre que perdía era mucha y la lluvia solo le deterioraba las heridas.
-Ya no puedo seguir.- Murmuró con pesadez, quitándose la mochila impermeable que cargaba sobre su espalda, la apretó con fuerza entre sus brazos.
Esa mochila era exactamente lo que esas personas buscaban, pero que, sin embargo, él no podía entregarles, incluso si le costaba la vida.
Él se esforzó por ponerse de pie, y aunque sus piernas ya no querían cooperar, lo logró, tomó la linterna en su otra mano y avanzó con lentitud, escuchando cada vez más cerca los ladridos de los perros.
Mientras caminaba, un trueno retumbó, iluminando en la distancia una pequeña cabaña destartalada de madera, parecía muy dañada y abandonada, por lo que apresuró el paso para esconderse dentro de ella.
Sus pasos de repente se detuvieron y sus ojos se abrieron de golpe, una mano se posó lentamente sobre su hombro izquierdo seguido de una voz familiar -Hermano Da...
Shen Da se volvió con una expresión seria, encontrándose con su viejo compañero y exlíder de escuadrón, sus manos temblaron una vez más -Hermano Lanxi...- Llamó con incredulidad, al ver el rostro de su viejo compañero, no pudo evitar sentirse nostálgico y preocupado.
-Dejemos los saludos para después.- Le dijo Feng Lanxi con frialdad, apoyándolo por el brazo izquierdo, apresuró el paso hasta la cabaña.
-Hermano Feng ¿Cómo es que me encontraste tan rápido?- Preguntó con curiosidad Shen Da, un poco más relajado. Con Feng Lanxi aquí, sabía que la situación era un poco más favorable para él.
-Recibí tu señal de ayuda esta tarde, salí de mi lugar de trabajo poco después de que llegará. Gracias a que dejaste activa tu ubicación, pude encontrarte rápidamente.- Explico Feng Lanxi con frialdad, mostrando el móvil con forma de ladrillo.
-Pensé que moriría sin poder entregarte esto, Hermano Feng, mis fuerzas ya están al límite y no creo poder salir de está.- Dijo Shen Da con una expresión extremamente seria, entregando la mochila en sus brazos a Feng Lanxi.
-Lleva esto al Presidente de la Corporación Shue, no permitas que el Comandante Shue lo obtenga...- La voz del hombre se volvió cada vez más débil, casi podía sentir como la herida en su abdomen hervía, era como si su carne se estuviese pudriendo.
-Hermano Shen, tú vendrás conmigo y lo entregarás personalmente.- Dijo Feng Lanxi con firmeza, sin embargo, los ladridos de los perros sonaban tan cerca que tuvo que ponerse de pie.
-No salgas hasta que venga por ti, tampoco tienes permitido morirte.- Le ordenó a Shen Da con un tono frío antes de salir sosteniendo su arma.
Shen Da apretó su herida, tratando de evitar que la sangre continuará saliendo, un dolor punzante vino desde sus extremidades, haciendo que su expresión cambiará -El veneno ya está haciendo efecto...- Murmuró para sí mismo, bajando la mirada hacia la herida tenuemente iluminada por la linterna en su regazo.
La sangre roja carmesí se volvió negra y emitía un ligero olor a podrido, su rostro se puso más pálido y una gran bocanada de sangre negra salió de su boca. Sabía que el cuchillo con el que fue apuñalado tenía algo, pero nunca esperado que el veneno tardará tanto en hacer efecto.
Al menos le dio el tiempo suficiente para reunirse con su único compañero vivo antes de morir.
Sus ojos miraron con alivio la puerta de la cabaña y sus brazos relajaron su agarre sobre la mochila que cargaba. Soltando un suspiro largo y cansado, sus brazos soltaron en su totalidad la mochila y la luz en sus ojos se desvaneció por completo.
El palpitar de su corazón se detuvo y la sangre negra que salía de su abdomen disminuyó. Poco a poco, la sangre se desvaneció del rostro de Shen Da.
Fuera de la cabaña, Feng Lanxi pasó la navaja por el cuello de uno de los soldados y lo lanzó al suelo si piedad, lo miró con frialdad por unos segundos antes de volver su mirada inmediatamente hacia la cabaña.
Sus pies se movieron involuntariamente hacia la cabaña, al llegar, abrió la puerta de una patada, llamando la atención de los soldados que registraban los alrededores junto a los perros. Todos corrieron hacia la dirección de la cabaña.
Feng Lanxi miró inexpresivamente a su último compañero en el suelo, con los ojos muy abiertos y sin vida, sus puños se apretaron con fuerza y dos venas palpitaron en su frente, mostrando su furia.
Él se puso en cuclillas delante de Shen Da y le cerró con cuidado los ojos, luego tomó la mochila y la colgó sobre su hombro antes de lanzar cuatro bombas de larga distancia en el suelo. Quitó el collar del cuello de su compañero antes de correr hacia la ventana de la cabaña y salir de un saltó.
En cuestión de minutos, más de 20 soldados entraron en la cabaña, fuera, los perros ladraban con ferocidad hacia el interior.
-Señor, el veneno hizo efecto, sin embargo, no está la mochila.- Dijo uno de los soldados que se acercó a inspeccionar. El líder del grupo entró en la cabaña y se puso en cuchillas delante de Shen Da con una expresión horrible en su rostro.
-Él escondió la mochila en algún lugar ¡Búsquenla inmediatamente!- Gritó con frialdad.
-¡Sí, Señor!- Respondieron los otros.
En ese momento, cuatro bombas explotaron al mismo tiempo, la cabaña exploto en pedazos y los soldados en el interior con ella.
Cuatro perros y cuatro soldados en el exterior fueron empujados hacia atrás por la explosión.
Aturdidos y en shock, los hombres vieron como la cabaña se convertía en nada bajo las fuertes llamas provocadas por la explosión.