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La Protegida Del Abuelo

La Protegida Del Abuelo

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños / Matrimonio arreglado / Amor eterno / Familias enemistadas
Popularitas:30.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Meche

Leoncio Almonte tenía apenas trece años cuando una fiebre alta lo condenó a vivir en la oscuridad. Desde entonces, el joven heredero aprendió a caminar entre las sombras, acompañado únicamente por la fortaleza de su abuelo, quien jamás dejó que la ceguera apagara su destino. Sin embargo, sería en esa oscuridad donde Leoncio descubriría la luz más pura: la ternura de Gara, la joven enfermera que visitaba la casa una vez a la semana.

El abuelo Almonte, sabio y protector, vio en ella más que una cuidadora; vio el corazón noble que podía entregarle a su nieto lo que la fortuna jamás lograría: amor sincero. Con su bendición, Leoncio y Gara se unieron en matrimonio, iniciando un romance tierno y esperanzador, donde cada gesto y palabra pintaban de colores el mundo apagado de Leoncio.

Pero la felicidad tuvo un precio. Tras la muerte del abuelo, la familia Almonte vio en Gara una amenaza para sus intereses. Acusada de un crimen que no cometió —la muerte del anciano y el robo de sus joyas—

NovelToon tiene autorización de Meche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Demonios dentro de la familia.

Renato, un desgraciado.

El día anterior había sido distinto. Leoncio, que tantas veces se había revolcado en su cama con pensamientos oscuros, sintió esa vez una calma que lo sorprendió. El cansancio de los días, las palabras de Gara y la esperanza que se había encendido en su corazón, lograron que durmiera como un niño. Su respiración fue tranquila, su cuerpo, aunque golpeado por la frustración de no poder ver, se permitió descansar. Al amanecer, los primeros rayos se filtraron por la ventana, y aunque él no los veía, percibió el calor sobre su piel, como un abrazo invisible.

Con paso firme, ayudado por su intuición, bajó las escaleras rumbo al comedor. Ese día notó algo inusual: el ambiente estaba cargado de aromas mezclados. Reconocía a cada miembro de la familia por su olor: el perfume penetrante de su madre, el leve tabaco de su padre, el exceso de loción barata de Renato y, por supuesto, la fragancia serena de su abuelo.

—Buenos días —saludó con voz clara mientras avanzaba hasta su asiento.

El murmullo se detuvo por un instante. Ulises, sentado en la cabecera, le observaba con un brillo especial en sus ojos cansados. Cuando Leoncio posó su mano sobre el hombro del anciano, este le sonrió con ternura.

—Buenos días, hijo. Veo que amaneces con una gran sonrisa—

Leoncio no pudo ocultar su felicidad. Era como si su abuelo siempre supiera leer su interior, incluso más que él mismo.

—Abuelo —dijo con un tono íntimo—, luego me gustaría que conversáramos un par de detalles—

En su pecho guardaba la intención clara: quería pedir que adelantaran la boda con Gara. La necesitaba a su lado, no como una promesa lejana, sino como una certeza inmediata.

Pero justo en ese instante, como una sombra indeseada, la voz de Renato irrumpió con su acostumbrada ironía:

—¿Piensas arruinarle la vida a esa joven tan hermosa?—

Leoncio frunció el ceño con rabia contenida. Renato era todo lo que despreciaba: un hombre vacío, perdido en los vicios de las apuestas, un vividor sin respeto por nada ni nadie. Cada palabra suya era veneno.

—¿Quién pidió tu opinión? —replicó Leoncio con enojo.

Renato se carcajeó, disfrutando el momento.

—Nadie me la pidió, pero la daré igual. Si quieren que la enfermera consiga mejorar su raza, yo podría hacerle el favor —dijo con sorna, provocando un murmullo malicioso entre algunos de los presentes.

El corazón de Leoncio estalló. Golpeó la mesa y se levantó de golpe.

—¡Eres un asqueroso! Solo te salvas de una paliza porque no puedo ver—

Renato no se intimidó, al contrario. Se inclinó hacia adelante, dejando escapar una carcajada que sonó como un insulto.

—¿Y cómo piensas hacerlo, sobrino? ¿A tientas? Si logras encontrarle el hueco, quizá entonces seas un hombre de verdad—

La burla fue demasiado. Las risas de algunos familiares se mezclaron, retumbando en los oídos de Leoncio como cuchillas. La humillación ardía en su pecho. Con furia desmedida, levantó el mantel de la mesa, lanzando platos, copas y cubiertos por los aires. El estrépito hizo callar a todos.

—¡Malditos mocosos! —bramó Renato, poniéndose de pie dispuesto a arremeter.

Pero Ulises, con autoridad que todavía imponía respeto, levantó su bastón.

—¡Basta! —tronó su voz grave—. ¡Les pido respeto en la mesa!—

El silencio volvió, aunque la tensión seguía latiendo. Ulises fijó sus ojos en su hijo, con firmeza inquebrantable.

—Se irán a morir de rabia, pero esta boda se dará. Como que me llamo Ulises Almonte—

Las palabras fueron como un martillazo. Renato apretó la mandíbula, pero no se atrevió a replicar.

Leoncio, con el corazón en llamas, no soportó un segundo más y abandonó el comedor. El sonido de sus pasos contra el suelo era un eco de su enojo. Ulises, con esfuerzo, se levantó y fue tras él.

—¡Leoncio, hijo, espérame! —llamó, apresurando el paso.

El joven no se detuvo hasta llegar a su habitación. Cerró la puerta de golpe y, lleno de frustración, tomó la lámpara de noche y la arrojó contra el suelo. El estruendo fue un desahogo, aunque no calmó el dolor.

—¡Basta, Leoncio! —dijo Ulises, entrando al cuarto—. No solucionas nada así—

Leoncio estaba de pie, respirando agitado. Sus manos temblaban, odiaba sentirse impotente.

—¡Todos son unos demonios! —exclamó con voz desgarrada—. ¡Los odio con mi vida!—

Se dejó caer sobre la cama, hundiendo el rostro entre las manos. Ulises, conmovido, se acercó y puso una mano sobre su hombro.

—Hijo, debes aprender a enfrentar la vida. Ellos siempre serán así, no cambiarán. Pero tú puedes hacerlo. Tú eres distinto, Leoncio—

El muchacho respiró con fuerza, tratando de calmar el temblor en su pecho.

—No necesito una gran boda, abuelo. No quiero nada de esto. Me iré a vivir con Gara a su casa. Quiero estar con ella, lejos de todo este veneno—

Ulises lo abrazó con fuerza, sintiendo en ese contacto el peso de la injusticia que su nieto cargaba.

—Eres un gran hombre, Leoncio. No mereces vivir así—

De pronto, un dolor agudo cruzó el pecho del anciano. Era un recordatorio cruel: los años y las dolencias no le daban tregua. Cada vez esos dolores eran más frecuentes, y en el fondo temía no estar presente para proteger a su nieto en un futuro cercano.

Con un esfuerzo, tragó saliva y habló con firmeza:

—Vamos al registro. Busquemos a Gara. Ella aceptará casarse contigo ya mismo—

Leoncio alzó el rostro, sorprendido.

—¿Ahora mismo?—

—Sí —afirmó Ulises, con determinación—. No quiero esperar más. Temo que… —calló un instante, llevándose una mano al pecho, disimulando el dolor—. Temo que el tiempo me juegue una mala pasada. Quiero verlos unidos, hijo. Quiero asegurarme de que ella será tu compañera, tu fuerza cuando yo ya no pueda estar—

Las palabras se clavaron en el corazón de Leoncio como un mandato sagrado. Sintió un nudo en la garganta, una mezcla de gratitud y miedo.

—Gracias, abuelo —murmuró con voz entrecortada—. No sabes lo que esto significa para mí—

Ulises acarició su cabeza, como lo hacía cuando era niño.

—Sí lo sé, hijo. Más de lo que imaginas—

Ambos permanecieron en silencio unos segundos. Afuera, la casa seguía llena de murmullos, intrigas y resentimientos. Pero dentro de esa habitación, solo había un abuelo y un nieto dispuestos a luchar contra el mundo.

La decisión estaba tomada. Esa misma mañana, buscarían a Gara.

Y en ese instante, Leoncio comprendió que, aunque la oscuridad cubría sus ojos, la verdadera luz estaba en su corazón, y esa luz llevaba el nombre de ella.

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Maria Mongelos
Aun se aman, deberían de hablar y sacar todo ese dolor que tienen y darse otra oportunidad
Maria Mongelos
Ojalá pronto Gara te cuente todo lo que pasó
Carolina Alvarado Alvarado
hay Dios q emoción q ya se reencontraton y ahora vamos a ver q va a pasar con Leoncio y Gara hay ella muere por ese hombre y el muere por ella 👏👏👏👏👏muy bellos capitulo espero con ansias más capitulos siiii por favor /Pray//Pray//Pray//Pray//Pray/
Martha Ordoñez
bonita la historia bendiciones
Gilma Graciano
cada capítulo es mejor qué el anterior autora muchas gracias actualiza pronto por favor 🙏
Celinda Piña
que emoción ☺️ esto está de infarto 😱
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
en el sigue intacto el amor que te tiene .
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
lo pensaba porque nunca la viste con su esposo .
Yura Ran
🤭🤭🤭🤭🤭😂😂😂😂👌🥰
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
así es siempre . aparece el que menos uno quiere
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
leoncio ,marca tu terreno
mariela
Leoncio definitivamente sacar ese rencor el haber descubierto que Gara estaba viva y ocultó su hijo todavía no lo puede asimilar se siente engañado traicionado pero igual sigue enamorado Gara la estás pasando bien mal esperastes mucho tiempo para decidir llamar a Leoncio y mira las consecuencias el tiene mucha rabia veremos qué sucede después de ese abrazo.
Celina Saucedo: Ya que saquen todo lo que traen y se sigan amando, ya sin obstáculos
total 1 replies
patry
se siguen amando hablan y recuperen el tiempo perdido
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺: si , deben sanar sus heridas.
total 1 replies
Gilma Graciano
autora que tortura esperar hasta qué puedas actualizar tu novela está excelente
Gilma Graciano
hermoso capitulo gracias autora por esta estupenda novela
Martha Ordoñez
gracias por subir más capitulos bendiciones
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
ah leoncio , toda acción tiene su porque. ella tuvo su motivo se que te dolió y mucho
Celina Saucedo: Leoncio, Elle hizo lo que el abuelo le pidió
total 1 replies
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
amarrarlo Gara , esa man no se mueve de ahí
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
siii , aprovechen el momentob🫢
Sisx Yessi
Que lindos, al menos están hablando tranquilos.☺️
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