Mila es secuestrada, tiene solo 18 años y su hermana hará hasta lo imposible por salvarla
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Ponerse en riesgo
Mi mente estaba hecho un caos, me estaba dejando llevar por los impulsos, sin pensar en las consecuencias.
Yo mismo me he metido en un gran problema que ahora no sé como salir. No pensaba acostarme con este imbécil.
Todavía me queda algo de dignidad. Así que debo pensar rápido para salir de este cuarto de previsiones lo antes posible, o terminaré siendo una más que pasa por la cama de este asqueroso.
_______ Vamos, pequeña. Comprobamos si eres Virgen o no.
Solo sentir el aliento del hombre cerca de mi cuerpo quería vomitar. Forcé una leve sonrisa e intenté alejarme de él.
_____ ¿Quieres verme bailar? ____ suavemente mis labios abrieron para decir esas palabras.
______ No... ___ Fue cortante su respuesta.
_______ Lo que quiero ahora es que subas al escritorio y te vayas quitando cada prenda de tu cuerpo y abras esas hermosas piernas.
En ese momento es cuando sentí un inmenso miedo. ¿Estaba preparada para algo así? Esa pregunta se apoderó de mi mente.
La respuesta era, no. No estaba preparada para acostarme con este maldito.
______ ¿Qué pasa muñeca? ¿Te asustaste?
Coloca su mano en mi cuello y ejerce un poco de fuerza, como si intentara amenazarme.
______ Por qué debería estar asustada con algo como abrir mis piernas delante de un hombre como tú... ¿A eso he venido a eso?
Acaricié el mentón del sujeto, mientras él soltaba mi cuello. Al parecer mis palabras hicieron efecto y bajó un poco la guardia.
______ Sube ya a esa mesa. Quiero verte totalmente desnuda.
Me separé de él, no podía evitar que mi cuerpo temblara de miedo. ¿Podría entregarme a este maldito? No tenía salida si quería salir con vida.
Observé cada movimiento de afuera mientras entre a trabajar, no era cualquier bar nocturno. Las reglas que esa mujer nos dijo eran más que una prueba para saber que aquí se cocina algo muy sucio.
_______ ¡Vamos, nena! ¡Vamos, sube ya a esa mesa! ___ El maldito me apresura.
Subí a la mesa, comencé a bailar. Necesitaba ganar un poco de tiempo y esperar que suceda un milagro que me salve de esta.
Los minutos pasaron y logré distraer al hombre con mi baile, puso un poco de música y tomó asiento frente al escritorio. Entre su mano derecha traía una copa de vino, al parecer disfruto de la función.
Fui moviendo sensualmente cada parte de mi cuerpo al ritmo de la música, fui quitando cada prenda de mi cuerpo, hasta quedar en un conjunto de lencería muy pequeño que llevaba debajo del traje.
Bajé del escritorio sin dejar de mover mi cuerpo. Al llegar a él, tomé la botella de vino que se encontraba sobre la mesa a su lado derecho.
Comencé a vaciarla sobre mi piel, lo comencé hacer del cuello y que fuera cayendo por mis pechos, vientre, hasta pasar por mi entrepierna.
El hombre sonrió, el shock que le estaba dando le gustó, bailé delante de él por un largo tiempo. Todo lo estaba improvisando, sin saber que pasaría después.
Al dar una vuelta, miró una esposas justo a unos pasos de mí. De inmediato, una idea pasó por mi mente, podría ser mi oportunidad de escapar de todo esto.
Me alejé sin dejar de bailar, tomé las esposas y volví acercarme a él. Di la media vuelta, quité de su mano la copa de vino y me incliné un poco detrás de él.
Con un tono de voz sexy, le susurró al oído.
______ Dejate llevar por mí. Te aseguro que te va a gustar.
La expresión en la cara del hombre cambio, volviéndose seria e inexpresiva. Continúe arriesgandome, y fui tomando sus manos para colocarlas detrás de su espalda.
Al comienzo se resistió, pero, qué hombre no cae en las redes de una hermosa mujer. Todo hombre desea jugar.
Logré ponerle las esposas, no solo en las manos sino también en los pies.
Me estaba arriesgando demasiado, cualquier pequeño error me iba a costar la vida. Quizás logre escapar de la muerte en la casa de la tía de María. ¿Pero, podré hacerlo ahora?
Me senté en las piernas del sujeto, saque mi lengua y la pasé por su rostro. El hombre estaba excitado hasta no más poder conmigo.
Le quité la corbata y solté los primeros botones de su camisa. Acarició su torso, y voy bajando hasta soltar el cinturón, desabrocho el botón de su pantalón y voy metiendo mi mano en su parte íntima.
Ya lo tenía comiendo de mi mano, al segundo después me levanté de sus piernas y fui a traer un juguete sexual.
Era una bola de plástico duro, el cual se metía en la boca y se abrochaba de atrás. Era la primera vez en mi vida que veía algo como esto, así que lo usaría a mi favor.
_____ ¿Te está gustando el juego?
El hombre movió la cabeza como respuesta, que no.
_____ En juego a penas está comenzando. ___ Comenté metiendo mi mano por debajo de su pantalón y apretando su dizque hombría.
Porque para ser hombre le faltaba mucho. Clavé sin piedad las uñas de mi mano, haciendo que su cara se vuelva roja del dolor.
_____ Tengo unas cuantas preguntas que hacerte. Espero que puedas colaborar con tus respuestas, de otra manera no saldrás con vida de esta habitación.
El hombre abre enormemente los ojos. Solté con asco su pedacito de hombría.
_____ El juego será así... Tienes una sola oportunidad de contestar correctamente. Pequeño error de tu parte, y te irás quedando con lo poquito que tienes en medio de tus piernas.
No esperé que el hombre fuera tan cobarde, no aguantó nada y se vomito, fue una escena asquerosa. Para evitar que se muera antes de que me diga algo, tuve que quitarle la bola de la boca.