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CONTIGO SÍ...

CONTIGO SÍ...

Status: En proceso
Genre:Juego del gato y el ratón / Amor-odio / Romance de oficina / La mimada del jefe / Polos opuestos enfrentados / Mujeriego enamorado
Popularitas:40.5k
Nilai: 4.8
nombre de autor: JHOHANNA PEREZ

La historia de los Moretti es una de pasión, drama y romance. Alessandro Moretti, el patriarca de la familia, siempre ha sido conocido por su carisma y su capacidad para atraer a las mujeres. Sin embargo, su verdadero karma no fue encontrar a una fiera indomable, sino tener dos hijos que heredaron sus genes promiscuos y su belleza innata.

Emilio Moretti, el hijo mayor de Alessandro, es el actual CEO de la compañía automotriz Moretti. A pesar de su éxito y su atractivo, Emilio ha estado huyendo de las relaciones estables y los compromisos serios con mujeres. Al igual que su padre, disfruta de aprovechar cada oportunidad que se le presenta de disfrutar de una guapa mujer.

Pero todo cambia cuando conoce a una colombiana llamada Susana. Susana es una mujer indiferente, rebelde e ingobernable que atrapa a Emilio con su personalidad única. A pesar de sus intentos de resistir, Emilio se encuentra cada vez más atraído por Susana y su forma de ser.

¿Podrá Emilio atrapar a la bella caleña?.

NovelToon tiene autorización de JHOHANNA PEREZ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Caleña talentosa...

—Sígame, licenciada. Por aquí queda la sala de juntas —indicó Brigitte con una sonrisa cordial mientras caminaban por el pasillo del piso presidencial—. Debo decirle que me le quito el sombrero. Es la primera vez, en los cuatro años que llevo en la compañía, que veo a una ejecutiva nueva enfrentarse de ese modo a mi jefe. Eso, casi que es un suicidio... y a usted no la vi temblando ni un poco.

—Ni lo verá, querida. Nací en el mes de los temblores… pocas cosas me asustan. Y a nuestro arrogante jefe, planeo bajarlo de su nube —respondió Susana con picardía.

Ambas rieron con complicidad mientras entraban a la moderna sala de juntas. Todo ya estaba preparado: carpetas por asiento, agua y café dispuestos, la pantalla digital encendida proyectando el logo de la compañía Moretti junto al título del nuevo proyecto.

Minutos después, las puertas se abrieron y entraron Emilio y Abdiel, ambos impecables con sus trajes italianos a medida. Detrás de ellos venía el grupo de ejecutivos y finalmente Alessandro Moretti, quien no se perdería por nada del mundo el choque de egos que se avecinaba. Él ya conocía ese fuego en los ojos de la caleña… y lo disfrutaba.

—Señoras y señores, buenos días. Agradezco la puntualidad que han tenido para asistir a esta reunión. Entre nosotros se encuentra hoy mi padre, mi mentor, y a quien le debo todo lo que sé sobre este negocio —hizo una breve pausa, asintiendo hacia donde Leonardo observaba con atención—. Su presencia aquí no es casualidad. Hoy daremos inicio a un proyecto que, aunque para mí resulta ambicioso… incluso fantasioso, decidí darle una oportunidad por una sola razón: su confianza en el criterio de la empresa de diseño gráfico liderada por el empresario colombiano Thiago.

Varias miradas se cruzaron en la mesa. Emilio prosiguió, sin ocultar su escepticismo.

—La licenciada colombiana Susana Montero está aquí por imposición de dicha empresa. En lo personal, creo que dentro de nuestra casa hay personal más calificado para desarrollar un proyecto de esta magnitud. Pero como ella es la creadora… y al parecer, la consentida del CEO colombiano, trabajaremos con ella. Así que, licenciada Montero… explíquenos en qué consiste su "proyecto de fantasía".

La provocación era evidente. Y el tono también.

Susana se obligó a respirar hondo, mantener la compostura y responder con profesionalismo, aunque el fuego en sus ojos amenazaba con encender toda la mesa de juntas. La colombiana respondió con voz firme:

—Buenos días a todos —comenzó con voz firme y segura, su acento colombiano envolviendo cada palabra—. Estoy de acuerdo con el señor Emilio Moretti en que seguramente esta prestigiosa compañía cuenta con personal muy calificado para liderar este tipo de proyectos.

Hizo una breve pausa. Miró directamente a Emilio y continuó:

—Pero también estoy convencida de que las cosas son de quien las merece. Y yo, señores, he hecho muchos méritos para ganarme el derecho de desarrollar mi propio proyecto. Es lo justo, ¿no creen?

Varios murmullos de aprobación se escucharon.

—Agradezco profundamente al señor Alessandro por su confianza. Prometo no defraudarla. Así que, sin más preámbulos, les presento la Colección Full Sport Cars.

—Este proyecto Full Sport Cars. Es una colección de autos deportivos de alta gama que busca romper con el paradigma de exclusividad que rodea a este tipo de vehículos.

En la pantalla comenzaron a proyectarse renders de diseños estilizados, modernos, potentes.

—La idea no es solo llegar a los compradores poderosos que históricamente han sido el blanco de estas líneas de lujo —explicó—. Queremos ofrecer opciones escalables, con modelos de entrada más accesibles para aquellos que sueñan con algún día conducir un vehículo de esta categoría. Queremos que el sueño de tener un auto deportivo Moretti no sea solo para unos pocos privilegiados, sino para todo aquel que lo aspire y trabaje por ello.

Alessandro asintió con interés, mientras Abdiel y otros ejecutivos tomaban notas.

—Se trata de una línea híbrida, con motores de alto rendimiento y una estética audaz. Trabajaremos con materiales sostenibles y ensamblajes optimizados que nos permitirán controlar costos sin perder calidad —continuó Susana, con soltura—. Pensamos en tres versiones: la edición de lujo, una versión media-alta, y una económica que mantenga el diseño y el ADN Moretti, pero que sea una puerta de entrada para nuevos mercados, especialmente en Latinoamérica.

Durante los siguientes minutos, Susana presentó los avances, las proyecciones de mercado, las estrategias de diseño, e incluso un posible calendario de producción. Brigitte intervino con precisión cada vez que el italiano imperfecto de la caleña tropezaba, aunque cada palabra de Susana cargaba esa pasión contagiosa que solo tienen quienes creen de verdad en su visión.

Cuando concluyó, el silencio fue absoluto por unos segundos. Luego, uno a uno, comenzaron a aplaudir.

Alessandro sonrió, impresionado. Sabía que esa caleña era muy talentosa y sería una pieza clave en la ejecución de ese prometedor proyecto, el nombre automotriz Moretti volvería a resonar haciendo eco el el mundo entero...

Emilio, con la mandíbula ligeramente apretada, disimuló la sorpresa y el impacto que le había causado esa presentación. Había algo en esa mujer… algo que no sabía si lo enfurecía o lo atraía.

—Wow… —susurró Abdiel, recostándose en su silla—. La colombiana no solo es brillante, sino que tiene un acento tan sexy que podría convertir una junta en un ritual erótico. Por Dios… creo que me enamoré.

Emilio no respondió. Miró la pantalla apagada, aún con el eco de la voz de Susana vibrando en su interior. Aquella mujer… le acababa de cambiar las reglas del juego.

Todos habían salido ya de la sala de juntas, incluso Susana, quien caminaba por los pasillos de la compañía con una sonrisa de satisfacción. Había soñado con ese momento durante años, y dar ese primer gran paso en tierras extranjeras era más que un logro: era un privilegio ganado con esfuerzo.

En la oficina del CEO, Abdiel se recostó contra el escritorio mientras observaba a su amigo.

—Oye, viejo... te quedaste ido. Dime la verdad, ¿también te sorprendió la caleña?

Emilio cerró la carpeta con brusquedad y respondió con tono serio:

—No lo negaré. Me sorprendió... pero solo por ahora. Veremos qué tan brillante profesional es cuando se enfrente a un verdadero reto. La pondré a prueba. Quiero ver cuánto le dura su altanería y esa rebeldía que tanto presume la indomable parlanchina.

Abdiel chasqueó la lengua, divertido.

—Creo que quieres jugar con fuego, galán. Cuidado, podrías quemarte.

Emilio sonrió con una mezcla de suficiencia y picardía.

—Tú sabes que no le tengo miedo al fuego. —Se puso de pie, ajustándose los puños de la camisa—. Vamos, quiero que presencies la cara de sorpresa de la parlanchina cuando le entregue su primer trabajo... y si no me fallan los cálculos, pasará la noche en vela para tenerlo listo mañana.

—Emilio, no seas cruel —replicó Abdiel—. Apenas acaba de llegar y ya la quieres hacer salir corriendo.

—Veremos qué tan brillante y eficiente es la gran diseñadora y financista excepcional —se burló el CEO mientras salía con paso decidido.

En el área de descanso, Susana compartía un café con Alessandro, quien no paraba de elogiar su presentación.

—Licenciada Montero, ha sido brillante. se lo dije, ¿no? Sabía que ibasa dejar huella.

Ella sonrió con modestia.

—Gracias, señor Alessandro. Aún queda mucho camino, pero este primer paso me motiva.

En ese instante, Emilio se les acercó.

—Hijo, ¿ya llevaste a la licenciada Montero a su oficina? —preguntó Alessandro.

—No, padre, pero justamente vengo a hacerlo… y a dejarle su primer trabajo. Tal vez tarde más de lo que espera en terminarlo.

—Bueno, entonces me retiro. Tu madre me espera —dijo Alessandro con una sonrisa para Susana—. No dudes en consultarme cualquier duda que tengas.

—Lo haré, señor Moretti. Gracias de nuevo.

—Siga por ese pasillo, a la derecha está su oficina —indicó Emilio sin emoción.

Susana caminó delante, mientras Emilio, con aire distraído, la seguía con la mirada, sin perder detalle del vaivén elegante de su andar.

Cuando llegaron, él abrió la puerta con un ademán seco.

—Esta es la oficina que ocupará durante su corta estadía en mi compañía. Así que disfrútela al máximo.

La caleña no disimuló su sorpresa: el espacio era amplio, moderno, con toques de color y arte que reflejaban justo su estilo. Tenía vista a la ciudad, estanterías decoradas con buen gusto y una pequeña cafetera personal sobre una repisa. Parecía como si alguien se hubiese tomado el trabajo de decorarla pensando en ella.

—Muchas gracias. Es una oficina muy bonita y cómoda —comentó con sinceridad.

Emilio alzó los hombros con indiferencia.

—No hacen falta sus agradecimientos. Es solo una oficina. Hay cosas mejores.

Ella lo miró con gesto de desaprobación.

—Parece que usted disfruta estropeando los buenos momentos, ¿verdad? Quizás para un hombre que vive rodeado de lujos excéntricos esto no sea gran cosa… pero para una mujer como yo, que ama el diseño y el buen gusto, este espacio sí es motivo de agradecimiento.

—Si usted lo dice —respondió Emilio, ignorando deliberadamente su entusiasmo—. Mi tiempo es valioso como para perderlo en tonterías. Así que tome nota.

Sacó una hoja con especificaciones y se la extendió sin mirarla.

—Quiero para mañana a las siete. Corrijo: lo necesito con urgencia mañana a las siete de la mañana, no de la noche. Puntual —remarcó con arrogancia—. Un informe financiero detallado, con los costos exactos de ensamble y embalaje de cinco mil autos del modelo que planteó en su proyecto. Ni un minuto más, ni un minuto menos. De ese informe dependerá su primer salario en esta compañía. Así que, está en sus manos.

Susana lo miró directamente a los ojos, sin titubear. Su voz salió segura y firme:

—A esa hora lo tendrá, jefe. No le daré el gusto de dejarme sin sueldo.

Emilio arqueó una ceja, intrigado por su seguridad.

—Amanecerá y veremos, licenciada Montero —dijo antes de girarse y marcharse sin más palabra.

Susana quedó en medio de su nueva oficina respirando pausadamente. Sabía que no sería fácil, pero algo en ella se encendía con cada provocación.

“Te demostraré que me subestimaste, Moretti”, se dijo mientras encendía su computadora y abría sus documentos contables.

El verdadero reto apenas comenzaba...

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Ana Navarro
Lo que das recibes cariño
Ana Navarro
El pez por su boca muere
Nairobis Cardozo Portillo
Emilio tu arrogancia e idiotez te están alejando de. Susi
Ana Navarro
Honor a quien honor merece
Ana Navarro
Las dos cosas mi Amigo
Ana Navarro
Hasta el Abuelo llegó en espíritu
Ana Navarro
Ah caray!! cual es el mes de los temblores?
Ana Navarro
Estoy comenzando a comprobar que quien te hace enojar te domina y ni cuenta te das de que te dominan, jajaja
Ana Navarro
Me encantas Leo!!! Berrinches a mí no, jajaja
Ana Navarro
Ya tiene bien afilado el colmillo Abuelo
Ana Navarro
Para comenzar enciende un par de.corazones
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
lo que es perfecto para unos no lo es para otros
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
otro taquique más Dios, no estas pegando una retoño
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
hay mi niño lindo Danatelli ya te saco. encaja y vos no ayudas, por Dios así no se puede
Betza07🇻🇪✌🏼
Emilio xq es tan estúpido??? Lo mujeriego se le olvidó al conocer a la caleña, la tuvo solo para él y no hizo pero es nada y ahora anda ardido x no avanzar 🤨 se le van a comer el mandado 😒
Ana Elena Jiménez
ay , Emilio te veo grave,si no cambias creo que esa joya la lucirá otro
Ana Elena Jiménez
jajajaja jajajajajaja
Anonymous
Hay escritora yo quiero es q se encienda el fuego
Rocio Veronica Azca Albornoz
emilio es un idiota hace las cosas al revés en vez de ser atento cordial con Susana se porta de una manera tosca huraño prepotente
norielis hurtado
Hola escritora me gusta mucho la novela, pero me gustaría que actualizaras más seguido 👍
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