Minji, una joven de la era moderna, luchó sola para alcanzar sus sueños, a menudo en un camino lleno de sacrificios y soledad. A los 33 años, un giro inesperado la lleva a perder su vida, solo para reencarnar en un mundo de novela romántica como Azusa, una niña que es el centro de amor y cuidado, de sus padres, algo que Minji nunca conoció. Ahora, rodeada de lo que siempre soñó, ¿será capaz de adaptarse a esta nueva vida o se dejará consumir por la trama que la rodea? Un futuro incierto se abre ante ella, y, con su peculiar forma de ser, Azusa podría reescribir la historia de una manera inesperada.
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Capítulo 21
Capítulo 21
Ya me había cruzado con tres de los objetivos de la protagonista, pero la verdad es que no me convenía involucrarme ni por lejos con el ultimo que faltaba, el mago. Ese tipo tenía fama de loco y sanguinario. Se decía que era el maestro más joven de la Torre de Magos, pero las malas lenguas aseguraban que él había llegado a esa posición, asesinado a su sucesor para conseguir el puesto. Bueno, no pensemos en ese sujeto, momento de seguir con la cabeza en mis planes.
Esa noche iba camino al mercado nocturno con Sir Bastian y Lina. Estábamos charlando tranquilamente, hablando de cualquier cosa, como si fuera un día normal. A mí, personalmente, me encantaba este mercado. Podías encontrar de todo y la atmósfera era genial. Además, ya me conocían, así que siempre me guardaban los mejores ingredientes.
De repente, algo me hizo detenerme en seco. Al mirar al frente, vi a Evelin. ¿Qué diablos hace aquí, sola a esta hora? No debería estar por aquí, menos a esta hora de la noche. La vi caminar entre la multitud, con su cara de... bueno, su cara de nada, como siempre. ¿De qué va con su cara tan inexpresiva? ¿No se supone que las protagonistas deben tener más... qué sé yo, emoción?
Estaba tan absorta en mis pensamientos que casi no me di cuenta de lo que estaba por pasar, hasta que una lámpara se encendió en mi mente, este es el mercado donde se encuentra por primera vez con el mago ¡No puede ser! ¿En serio? ¿Aquí? ¿Ahora? ¿Con este tipo?
Evelin era presa de unos estafadores. No solían ir nobles al mercado nocturno. Por eso esa chica fue presa fácil, además de cara de nada ingenua... Vi como se acercaban a ella esos hombres con malas intensiones, sin dudarlo dije
—Lo siento, esta vez no me involucro. Lina, vayamos rápido para otro sitio—
Lina me miró confundida, como si no entendiera nada, pero me hizo caso. Decidí dar un paso atrás, girándome para ir por otro lado. Pero, claro, como siempre, la vida no me da respiro.
De repente, sin más, choqué con alguien.
—¡Ay, ¿qué diablos?!—Miré al frente y vi a un hombre alto, de ojos rojos y cabello blanco. Llevaba una capucha, lo que no me permitió ver mucho más.
—¡Oye, ten cuidado por dónde vas!— le dije con las manos en las caderas, como una taza de café que está a punto de explotar. Este tipo ni siquiera mira por dónde camina.
Me miró con total indiferencia. —Mocosa, tú giraste y me golpeaste— dijo, con una actitud de superioridad que me hizo arder de rabia. "
—¿Quién se pega así a la gente?— lancé sin medir consecuencia y seguí no pude evitar soltar algo en defensa propia. —¿Acaso eres un pervertido?— Lo dije sin pensar.
Sir Bastian, que había estado detrás de mí, se movió rápidamente para ponerse a mi lado, listo para desenfundar su espada. Pero algo extraño sucedió. ¿Por qué no se mueve Bastian? Tampoco podía moverme, como si algo me lo impidiera. El tipo me miró de arriba a abajo, como si estuviera evaluando si soy un peligro o no. —pensé que tenías magia— dijo, frunciendo el ceño. —Pero solo eres rara. Dile a tu caballerito que mantenga el arma en su funda si no quiere perder alguna parte de su cuerpo.—
Lina, que estaba justo a mi lado, se puso en una posición protectora frente a mí. —No le haga nada a mi señorita—, dijo con firmeza.
Yo estaba totalmente aturdida. ¿Qué diablos había hecho para cruzarme con este mago? además ¿por qué no me di cuenta antes de insultarlo que era maldito mago? ¿Por qué me tiene que tocar siempre a mí la mala suerte?
El mago levantó una ceja al verme tan distraída, pero no dijo nada. Con una expresión molesta en su rostro, empecé a salir del embrollo lo más rápido que pude.
—Perdón, señor, fui muy descuidada—, le dije mientras tomaba a Lina y a Sir Bastian del brazo. —Vamos, seguro este señor tiene mucho que hacer. Que tenga buen día, y no es para nada un pervertido.—
Sin esperar a que dijera algo más, empecé a correr. No puedo creer que esté haciendo esto. Corrí tan rápido como pude, chocando con medio mundo, hasta perderme en el tumulto.
Al final, llegamos a un puesto de pescado, conocido por todos en el mercado. La señora que lo atendía era una mujer mayor muy simpática, que siempre me ayudaba con lo que necesitaba.
—Niña, ¿estás bien?—, me preguntó al verme entrar corriendo.
—No, madame Mariela, solo mala suerte—, le respondí, sentándome sin fuerzas. —Déjame descansar un segundo, por favor.—
—Por supuesto, mi niña, toma asiento. Espera, te traeré un vaso de agua—, dijo mientras se levantaba para ir a la parte de atrás.
Me quedé allí, pensando en todo lo que había ocurrido. ¿Por qué tengo tanta mala suerte? ¡¿Cómo pude cruzarme con ese mago, y encima acusarlo de pervertido?! Esto era un desastre total. Logré que los cuatro protagonistas me odien... ¿Qué demonios debería hacer? No quiero terminar sin cabeza o exiliada por el odio de alguno de estos sujetos....