Elizabeth Mc Carthy es una mujer de tan solo 18 años, llegó a New York sola, procedente de Irlanda.
Es pelirroja, de fuerte carácter y con mucha decisión.
Es el año de 1840, las caravanas de aventureros comenzaban a salir en busca de fortuna, hacia el lejano Oeste.
Las circunstancias obligaron a Elizabeth Mc Carthy, a embarcarse en ésta aventura. A través de ella va a pasar por tantas vicisitudes y acontecimientos que la van a obligar a echar mano de toda su fortaleza de espíritu y carácter para poder lograr su sueño.
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24-LA PRIMERA VEZ.
Al marcharse Clark, las dos hermanas comenzaron a reír. Uff, casi nos descubre, dijo Petra.
Más bien ya se dio cuenta. Exclamó Liz.
Tú crees?.
Sí. Está tratando de dejarnos el camino libre. Afirmó Elizabeth.
Bueno, si es así, tendremos que agradecerle.
Las chicas se recostaron y Elizabeth preguntó. Cómo vez que aceptemos quedarnos aquí en los alrededores de Laramie?.
Me parece una idea para considerar, contestó Petra, mientras entrelazaba sus dedos con los de Liz.
Yo también lo veo así. Mañana deberíamos pedir información y tomamos una decisión
De acuerdo, exclamó Petra.
Mientras hablaban, sus cuerpos y sus rostros se acercaban cada vez más, hasta rozarse, Liz soltó la mano de Petra y llevó la suya hasta el rostro de su amada y comenzó a acariciar sus mejillas y la comisura de los labios, y acercó su boca a la de Petra y la comenzó a besar muy suavemente, Petra no opuso resistencia, y aceptó la dulce y candente boca de Elizabeth. Sus bustos se tocaron uno contra el otro y se fundieron en un ardiente abrazo sin separar sus bocas. El beso se alargó y las manos fueron dirigidas lentamente a los senos de Petra, que comenzó a gemir y Liz interrumpió el beso para decirle muy suavemente, sin gemidos.
Petra entendió y jaló la cabeza de Liz por la nuca y volvió a apretar su boca contra la de Elizabeth y continuaron con sus besos y caricias cada vez más atrevidas y cada vez más candentes. Solo se estaban acariciando sobre la ropa. Se tocaban los senos y metían la mano debajo de la falda y se tocaban su intimidad encima de la ropa interior, y de repente se dio el clímax. Apretaron sus cuerpos con toda la fuerza que tenían y sintieron que tocaban el cielo. Al terminar, las dos sonreían felices y así abrazadas se quedaron dormidas.
Cuando despertaron, ya había amanecido, Liz dio un beso suave y tierno a Petra y también se despertó.
Buenos días, mi amor. Dijo Elizabeth muy suavemente.
Petra contestó con una sonrisa de felicidad. Solo se dieron un beso y se levantaron.
En ese momento Magda despertó y las llamó, Liz, Petra, están ahí?.
Si Magda, aquí estamos.
Tienen un poco de agua?.
Toda la que gustes. Y Petra le acercó un vaso con agua y Magdalena lo bebió rápido, más por favor Hermana.
Y volvió a beberlo con rapidez y ya se sintió mejor.
Como está mi Bebé?.
Parece que bien. Mas tarde va a venir el Doctor a revisar, ahora te voy a preparar un caldo, dijo Petra.
Cómo te sientes?, preguntó Elizabeth.
Muy cansada y me duele el vientre.
Pronto estarás bien.
Gracias hermanas.
Gracias de qué?, preguntó Liz.
Por cuidarnos y estar aquí, desde la muerte de Johan. Gracias a ustedes, mi Bebé y yo estamos aquí.
No te preocupes, siempre contarás con nosotras.
Lo sé, pero en Oregon yo tengo que seguir mi camino, tengo que forjarme un futuro para mí bebé y lo voy a lograr. Se que lo voy a lograr.
