Los hijos menores de Luriel y Anahí deberán enfrentar el peso de sus decisiones, aunque eso signifique destrozar sus corazones para proteger a su gente. El amor tal vez, no pueda cambiarlo todo.
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Tienes que irte
La cena estaba desarrollándose de maravilla, estaban sentados en forma intercalada de hombres y mujeres, pero fue meramente casual, cada uno se fue sentando con su pareja y Araí quedó ubicada entre Luriel e Iván, pero eso no le sorprendía a nadie porque todos sabían que ella era la consentida de ambos. Luriel porque ella era su hija pequeña e Iván porque desde el secuestro se había profundizado el lazo entre ambos, realmente era la hermanita menor que hubiera querido tener toda su vida.
Mientras que estaban terminando de cocinar, Irupé trenzó todos los cabellos, así que cada una de las mujeres ostentaban flores en su cabeza y realmente estaban muy bellas, incluyendo Vicky que estaba completamente avergonzada ante el aluvión de piropos que había recibido. Estaba sentada entre Adrián y Lucho, así que conversaba tranquilamente con Lucho la mayoría del tiempo y escuchaba atentamente cuando Lucho hablaba con Adrián y ambos se acercaban a ella mientras lo hacían. Realmente era un hombre muy atractivo el hermano de Camila y tenía una manera de hablar pausada que la empujaba a mirar su boca mientras lo hacía.
Era atento, y realmente se emocionó cuando le sirvió la limonada, pero luego un dejo de desilusión apareció cuando también le sirvió a Irupé que estaba del otro lado de Adrián.
Dame tu opinión masculina... – dijo Irupé sonriéndole a Adrián y lo vio asentir - ¿Qué te parecen las flores que eligió Vicky para su cabello?
Adrián se giró a mirarla y la contempló con detenimiento por unos segundos y cuando ella lo miró un poco asustada, simplemente le sonrió mientras que se veía reflejado en esos grandes lentes que usaba. Luego se volvió a girar hacia Irupé y le comentó un poco más bajo el volumen.
No tengo idea de flores, pero creo que van perfectas con ella... – como Irupé levantó las cejas como dando a entender que no le entendía, agregó – sencillas, nada ostentosas, pero cálidamente dulces...
Eres muy observador... – le palmeó el brazo con cariño – se llaman petunias y significan el deseo que al otro se le cumplan sus propios deseos... la suelen usar esas jóvenes que son solidarias y comprometidas con los demás...
Muy lindo significado... – le sonrió y no pudo evitar volver a mirar a Vicky que reía a las carcajadas con Lucho
Había otro par de ojos que no se desviaban de la parejita que estaban con un ataque de risa y eso no pasó desapercibido para Iván que miraba a Araí.
Araí... ARAÏ... – dijo más fuerte para llamarle la atención y cuando por fin se giró hacia él, agregó - ¿estas bien? – la vio asentir confundida – deberías sentarte junto a los más jóvenes... nosotros somos muy viejos y te aburrimos...
Estoy en el medio de mis dos hombres preferidos... – le contestó con una sonrisa encantadora – aunque no me hablen... no los cambiaría por nadie...
¿Por qué te pusiste flores? – la miraba con una sonrisa suspicaz
Porque todas tienen flores... para sus parejas... – agregó con un poco más de pesar – yo las uso para mi papá...
Es la primera vez que te veo esas flores... – sonrió mientras miraba las margaritas en la cabeza de su cuñada – ¿qué significan?
Inocencia... – no lo miraba
Me parece muy apropiado... – le sonrió cuando lo miró – luego de verte con los secuestradores, no voy a poner jamás en duda que sabes manejar cualquier situación... eres inocentemente valiente.
Que todos me protejan y me mimen no quiere decir que yo no pueda defenderme sola... – le contesto con una sonrisa difícil de interpretar
Estoy totalmente seguro que puedes defenderte sola... – le acotó rápidamente – pero eso no quita que tus hombres preferidos no nos preocupemos...
Le señaló hacia Luriel y ella se giró a verlo. Su padre la miraba con dulzura...
Me gusta... – dijo acercándose a ella – aunque tómense un poco de tiempo todavía...
No sé de qué hablas papá... – se había ruborizado completamente
Vi cuando Lucho te señaló las margaritas... - la vio pestañear más rápido y palidecer al verse descubierta – fue él el que quiso esperar a que volvieras... estaba preocupado que te pudiera pasar algo...
Estas equivocado... – bajó la vista a sus manos nerviosas – no tengo ningún interés...
Bien... – le sonrió – quiero que estudies... después de eso... puedes hacer la vida que quieras...
¿Y si me quedo en la ciudad? – lo estaba desafiando
Solo te voy a pedir que vengas periódicamente a vernos... – la abrazó y le dio un beso en la cabeza – o de lo contrario voy a tener que ir yo... – comenzó a reír
¿Alguna vez saliste de la aldea o del pueblo? – la curiosidad era genuina
Si... cuando tuve la pelea de caciques... – le sonrió
¿Nunca quisiste salir por mamá? – miraba a su madre mientras preguntaba
Ella siempre me facilitó todo... – sonrió emocionado cuando miró a Anahí que hablaba con Camila y Karai – siempre volvía a este lugar... y luego de parir a tus hermanos jamás volvió a irse... no tengo nada fuera de la aldea que me interese...
¿Y cuál podría ser un motivo para que salieras? – lo miraba embelesada
Que estén en peligro o me necesiten cualquiera de las personas que amo... – dijo sinceramente y le sonrió – hasta ahora todos mis hijos están a mi lado... y eso implica que mis futuros nietos también lo van a estar...
Pero si yo me quedo en la ciudad, mis hijos van a estar conmigo... – le sonrió desafiante
Y yo los voy a visitar... – comenzó a enumerar – ellos pueden venir aquí... los podemos cuidar cuando necesiten tú y tu marido... – le acaricio la mejilla – tu preocúpate por ser feliz... yo voy a encontrar la manera de estar cerca...
Te quiero papá... – la emoción la había embargado completamente
Lo sé... – le dio otro beso en la frente – soy muy afortunado... mis 5 hijos me aman un poquito menos de lo que yo los amo a ustedes...
Araí volvió a prestar atención al resto de los comensales, solo para encontrar la mirada de Lucho fija en ella y por unos cuantos segundos quedaron así... suspendidos en el aquí y el ahora...
Lucho hizo un real esfuerzo para correr su atención hacia Vicky que lo miraba un poco asustada.
Es una niña, amigo – dijo en un susurro
Créeme que lo sé y que soy plenamente consciente... – la miró con angustia – es la hermana de mi amigo... si su edad no fuera ya un impedimento enorme...
Es muy bella... todas son bellas en esta familia – sonrió con una mueca de pesar
Parece que no te has visto en el espejo... – le sonrió con dulzura – estas hermosa... y te brillan los ojitos de una manera muy rara hoy... – se acercó un poquito más para murmurarle – cuando volvamos a la ciudad... te voy a llevar a una óptica... – la vio avergonzarse – es hora de tener unos lentes más sexys...
No hace la diferencia un lente... – comenzó a reír por la ocurrencia de su amigo
Es cierto... – le volvió a susurrar – el juez no deja de mirarte... – la vio sonrojarse – ya veo porque te brillan los ojitos... en este caso no te voy a poner en sobre aviso...
No te imagines lo que no es... – se apresuró a desmentirlo – lo tuyo si es preocupante...
Tanto que no me voy a quedar... – dijo volviendo a mirar a Araí – le voy a decir a Pitá que hubo un problema familiar y que tengo que regresar...
¿Estás seguro? – le dio ternura el gesto
Ya lo notaste tú... – comenzó a hablar en susurros otra vez – creo que el cacique también...
¿Te dijo algo? – estaba asustada de pronto
No... solo me cubrió cuando Araí se enojó porque la estaba esperando... – como la amiga lo miraba sin entender, le aclaró con paciencia – ella se fue a buscar las flores y yo me preocupe y le dije al cacique que esperáramos hasta que volviera, cuando volvió me reclamo que ya no era una niña para que la cuidara y yo solo pude decir que solo lo acompañe al cacique... y él dijo que era cierto.
¿Por qué crees que hizo eso? – dirigió su mirada al cacique y lo encontró charlando y riendo, al parecer no les prestaba mucha atención a ellos.
Supongo que para no avergonzarme delante de ella... – suspiró mirándola y luego bajó la vista
Coincido en que tienes que irte... – le puso una mano sobre el brazo – lo siento...