BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE

Keira estaba en su habitación, pensando todavía en la forma en cómo podría resolver el problema del dinero que sí necesitaba para poder invertir en la bolsa de valores, cuando escuchó ruido afuera en el corredor, se asomo y vio que eran Grace, Camila y una sirvienta que la apoyaba, pues al parecer Camila se encontraba desvaneciéndose.

Como admiraba a Camila por la grandiosa forma en la que podía fingir, aún no comprendía por qué no estudiaba actuación. Se hacía actriz de tercera y conseguía un patrocinador con mucho dinero y dejaba de dar por c…

No, eso era sueño, demasiado. Esta chica era mala por nacimiento; seguro que su verdadera madre era igual de mala o su padre tenía sangre de psicópata.

Porque no encontraba otra explicación a la conducta tan perversa de Camila en su otra vida y lo repetitiva que se estaba volviendo en esta.

En los barrios bajos donde creció, conoció gente mala, pero eran así por necesidad de sobrevivir; era la selva del más fuerte. ¿Aquí con quién tiene que competir Camila? Solo tenía que tratarla bien cuando llegó la primera vez, no hacerle nada y listo, todo hubiera estado bien, pero se dedicó a hacerle la vida imposible hasta destruirla y lograr que su hermano la asesinara.

Era mejor de pensar en cosas que ya no tenían remedio ni respuestas lógicas, que hagan lo que quieran; al final vivirán en la calle; de eso ella se encargará.

Keira regresó a su habitación sin importarle el circo que se desarrollaba fuera de habitación.

—Date prisa y ayuda a Camy, que no ves que se siente muy mal; ayúdala a que se recueste en su cama, y llama al médico. Grace estaba regañando a la muchacha del servicio.

—Mama, no te preocupes tanto, ya se me pasara solo es un fuerte dolor de cabeza.

—¿Cómo es que se pasara? Sí, es todo por culpa de esa arrabalera.

—No la culpes, aún no sé realmente porque Martina no responde a mis llamadas.

—Sabes que es por lo que ella hizo; no sabemos qué tanto habrá dicho para que la familia Kendall ahora no quiera ni hablar con nosotros. Esa niña siempre ha sido tu amiga desde la primaria y, mira ahora, no se comunica contigo. Me duele tanto el corazón por ti.

Estaban las dos consolándose mutuamente cuando Luck entró en la habitación de Camy.

—Todo está decidido. El día de la fiesta de mayoría de edad de Camila también estará presente Keila, y será presentada oficialmente como la hija menor de la familia Cox, la hija biológica perdida. Así que prepara todo, para que las dos tengas unos hermosos vestidos y luzcas a la altura del evento. Invitaré a muchos empresarios, gente rica y personajes de la política con hijos en edades casaderas para ver si encuentro un hombre adecuado para Kiara que me traiga beneficios para mi empresa. Y no quiero escándalos, Grace o pagarás las consecuencias.

—Graces estaba furiosa, al saber que esa chica tendría que usar ropa elegante el día de la gran fiesta que había estado preparando por meses especialmente para su hija Camy; no podía dejar que opacara a la estrella principal. Tendría que planear algo, pero que lo notara Luck no sería capaz de golpearla hasta casi matarla.

—Mamá, no podemos permitir que esa muerta de hambre se presente bellamente vestida a mi fiesta; todos la estarán viendo a ella y no a mí; me robara la atención de todos, eso sería horrible, me moriría si eso pasa.

—Hija, te comprendo, ya pensaré en algo, no te preocupes.

Graces, se levantó de donde se encontraba sentada y fue a golpear en la puerta de Keira. Estaba tan enojada que no podía quedarse callada en un momento como este.

—¿Qué quieres, Graces, estoy estudiando y no tengo tiempo para tus tonterías? De inmediato al abrir la puerta, Keira le dijo estas palabras a Grace. La cual al escucharlas se puso aún más enojada.

—¿Aún quieres provocar a la familia Kendall después de lo que has hecho? ¿Crees que es justo que tu pobre hermana pague por tus pecados, y ya no pueda hablar con su amada amiga por tu culpa?

Keira sonrió. —“¿Provocar? Yo no los conozco. ¿No fue Camila quien los provocó?

Camila al escuchar la discusión salió de su habitación. Su cara se puso roja. “Martina y yo somos buenas amigas", dijo con agravio. “Nunca hemos discutido. No sé por qué hiciste tanto alboroto después de haberla conocido una vez…

—¡Qué impenitente! Después de escuchar las palabras de Camila, Grace levantó la mano para abofetear a Keira. Inesperadamente, Keira la agarró con fuerza de la muñeca y le apartó la mano. Grace casi fue derribada por la inercia.

—¿Quieres golpearme sin saber la verdad?¿Me trajiste de vuelta para golpearme?

Keira miró a Grace con enojo. Su madre biológica era peor que una extraña.

Estas palabras trajeron el tema de nuevo a su pasado. Para ese momento ya se encontraba ahí también Luck.

—Me ignoraste durante 18 años. Te acordaste de traerme a casa, pero ni siquiera te explicaste por qué tenía que regresar. Cuando me trajiste a casa, me golpeaste y regañaste. Incluso si me acusaron, inmediatamente me atacaste. ¿De verdad son mis padres?

Kiara pensó que ya no tenía sentimientos por ellos, pero en este momento, todavía explotó incontrolablemente.

—“¿No tienen ninguna explicación para lo que pasó en ese entonces?” Keira miró a Camila con frialdad.

—“¿Qué tenemos que explicarte?” Luck no esperaba que Keira, aparentemente poco competente e inteligente, tuviera realmente la ambición de luchar. ¡Ya era suficiente que la acogieran y la cuidaran!

—“Hija real, hija falsa". "¿Quién es real y quién es falsa?” Keira miró fijamente a Luck. “Todos en Internet dicen que soy real, pero esta hija mayor de la familia Cox está difundiendo rumores de que soy la hija adoptiva”.

—“Ah, por cierto, casi lo olvido. Dijeron que yo había provocado a Martina. Ella se apresuró a regañarme cuando escuchó que yo era una hija adoptiva”. Keira caminó hacia el sofá dentro de su habitación y se sentó cómodamente. “No hice nada malo. ¿Puedo sentarme ahora? Como paciente que acaba de ser dada de alta, no puedo permanecer de pie por mucho tiempo; no olviden que fui arrojada por las escaleras”.

Luck y Graces se sentían un poco culpables por lo que le sucedió por eso, pero habían criado a Camila durante muchos años y estaban acostumbrados a eso. Tampoco estaban dispuestos a admitir que tenían una hija que había crecido en los barrios bajos.