Seguro Que Sería Solo Temporal?

de acuerdo Carlos no solo puede seguirme a casa sino que puede pasar a tomar una copa.

eso es hablar corroboró él será mejor que te centre en el trabajo antes de que Víctor te eche.

le lanzó una última mirada antes de regresar a su puesto

Carlos se marchó poco después. no se detuvo ante el astril sino que le lanzó un beso con los dedos sobre los labios.

nos vemos luego dijo antes de salir del local.

estaba impaciente punto quería que acabara de una vez. sentía los nervios a flor de piel. por supuesto el resto de la noche transcurrió con celeridad. solo hubo un inconveniente

casi a punto de cerrar sonó su teléfono móvil anunciando un mensaje de texto. era belleza y contenía la misma basura.

***lo siento, perdóname. te amo. y sé que tú también me amas. así que no hagas nada estúpido y despide al abogado***.

fue a borrar el mensaje, pero decidió guardarlo punto se lo mostraría a Carlos. quizá consiguiera convencerlo de que la ayudara..

al cruzar el aparcamiento lo encontró apoyado contra el coche de alquiler. no pudo evitar quedarse maravillada otra vez de lo apuesto que era.

sintió que en su interior se abría un abismo de añoranza y deseo punto haber estado con él la noche anterior había sido más que lo que alguna vez había imaginado que sería hacer el amor con un hombre.

amor? la palabra la sacudió y la detuvo en seco. no. hirguió los hombros. el amor era una ilusión: había descubierto eso de la forma más dura. lo que Carlos y ellas habían compartido había sido sexo, un sexo estupendo pero sexo al fin y al cabo. y con total sinceridad quería volverlo a compartir con él.

Hola saludo él sacandola sin saberlo de sus pensamientos-qué haces ahí de pie! se hirvió y avanzó hacia ella-te encuentras bien?

sí respondió ella obligándose a avanzar otra vez estoy bien Yo estaba pensando.

dónde está Víctor?

creía que siempre te acompañaba hasta el coche-la suavidad de sus ojos se había visto sustituida por una expresión señuda

él está ocupado con el papeleo. iba a acompañarme aquí hasta que le dije que tú me esperabas, sonrió y abrió la puerta del coche. creo que me iré a casa añadió sentándose detrás del volante antes de mirarlo, vas a venir?

Carlos gimió

esa es una pregunta insinuante y yo no necesito insinuaciones.

algo cohibida por el doble significado involuntario de las palabras se ruborizó punto se sintió tonta y mojigata. sin saber cómo responder arrancó el coche, puso la marcha atrás y comenzó a retroceder de la plaza.

riendo en voz baja Carlos fue a su coche. Luisa lo vio entrar mientras pasaba a su lado y salía a la calle.

justo cuando bajaba después de aparcar ante su casa, él se puso detrás de ella. el diablo

te advierto, no?-pregunto contoneándose delante de él en dirección a la entrada del edificio.

Oh, Luisa no tienes idea de lo que me haces le susurró al oído.

el corazón de ella apareció saltarse un latido la respiración se le entrecortó junto dentro del vestíbulo la mano le tembló por lo que le costó introducir la llave en la cerradura.

-quieres que lo haga por ti? la expresión de Carlo era sombría pero en su voz había diversión.

no, gracias dijo ella con dientes apretados, apuñalando la cerradura con la llave girando el pomo y cruzando el vestíbulo hacia el ascensor.

agradeció el silencio de Carlos hasta que la puerta se cerraron y los aislaron en el ascensor

estás enfadada conmigo?

sintiendo la calidez por dentro le lanzó una mirada callante.

intentas que me enfade? su intención de sonar dura fue un completo fracaso

el ascensor se detuvo con una leve sacudida las puertas se abrieron y Carlos salió volviéndose para ofrecerle una mano.

quieres venir? su expresión era absolutamente risueña

ignorando la mano extendida y con la cabeza erguida Luisa pasó a su lado.

a ver si creces Paniagua.

él soltó una carcajada. no paró de reír mientras cruzaba el salón y llegaba a la cocina donde Luisa se detuvo giró en redondo y plantó las manos en su cadera.

quieres una copa o no? demandó tratando de controlar el tono de su voz.

sí señora aceptó él obedientemente

Luis se movió la cabeza.

eres todo un personaje Carlos, el seño fingido yo paso a una sonrisa reluciente.

fue hacia ella mientras le quitaba la chaqueta y la dejaba en el respaldo de la silla. se detuvo ante Luisa le quitó el chal de los hombros y lo colocó sobre su chaqueta. le alzó la cabeza con la mano y le frotó los labios entreabierto con el dedo pulgar.

eso piensas, eh? dijo con voz sexy. bueno pues yo también creo que eres todos un personaje alguien especial.

los sentidos de luisas empezaron a volverse loca junto los labios le hormigaban por el contacto, anhelaba el sabor de la boca de Carlos sobre la suya. todo su cuerpo lo ansiaba junto El hombre del reverbero de su cabeza. Carlo.

se sacudió momentáneamente antes de cualquier otra cosa debían hablar, discutir la sugerencia que en ese momento lamentaba que alguna vez hubiera pasado por su cabeza, por no decir habérsela menciona.

Eh .. una copa, al apartarse de él para ir a la nevera tenía el corazón, qué te apetece? cerveza, vino o algo más fuerte.

qué vas a beber tú? sonrío.

bueno como casi nunca tomo cerveza ni cosas más fuertes me declino por una copa de vino abrió la puerta de la nevera y sacó una botella de vino blanco de California, qué te sirve a ti Carlos?

tiene algún tinto? estaba demasiado cerca de ella mirando por encima de su hombro.

sí en el estante que hay en el extremo de la encimera, suspiro aliviada cuando se alejó de ella.

llevaron las copas al salón, Luisa le indicó que se sentara mientras ella se descansaba y se acurrucaba en el rincón del sofá. El pulso se le aceleró al ver que él elegía ocupar el otro rincón.

Carlos bebió un sorbo de su copa, dime exactamente qué tenías en mente

ella dejó la copa junto al sofá porque las manos volvían a temblarle.

lo hice Carlo te pedí que te casaras conmigo

él enarcó una ceja.

Luisa dime que tenías en mente repitió de forma más concisa. pensaba en un matrimonio de conveniencia o en uno puramente platónico?

Oh,no, expuso al momento yo ni soñaría con pedirte algo as. había pensado como parecía que nos llevábamos tan bien que podríamos estar juntos durante unos cuatro o seis meses.

vivir juntos trabajar juntos compartir la misma cama durante medio año? y luego seguir nuestros repetidos caminos sin rencores? preguntó él.

ella sintió que el rostro se le encendía y deseó apartar la mirada de los ojos directo de él pero respondió

sí

Carlos guardó silencio unos momentos como si quisiera penetrarle el arma. contuvo el aliento.

de acuerdo trato hecho sonriendo al sol la copa en señal de brindis silencioso.

sorprendida Luis se le devolvió El brindis con su propia copa

Gracias dijo de forma casi inaudible y tragó un sorbo de vino

con la copa prácticamente vacía en su mano izquierda Carlos se deslizó por el sofá hacia ella.

extendió la mano derecha.

lo sellamos con un apretón?

qué haces mareada de alivio Luisa dejó la copa a un lado y apoyó la palma de la mano a la de él. La estrecharon y luego con un leve tirón la acercó a él murmurando:

un apretón y un beso. eso sellará de verdad el trato.

. después de tender el brazo hacia ella para dejar la copa junto a la suya la tomó en los brazos y le capturó la boca con un beso ardiente. desde luego que él lo sé yo punto no le importó si estaba flotando o mareada... no mientras él descendiera ese fuego en sus entraña con El beso que le daba.