Anabel

Después de que se fueran las visitas, Maria cambió su encantadora sonrisa por una cara de odio intenso - Maldita desgraciada analfabeta¿Cómo te has atrevido?

Le dio una bofetada que a la pobre Anabel la pilló por sorpresa, iba a seguir golpeándola, pero la chica le agarró con fuerza la muñeca - Ni se le ocurra volver a ponerme una mano encima o me olvidaré de que es mi suegra..

Anabel era una chica de campo, acostumbrada al trabajo duro y obviamente tenía mucha fuerza.

María-Te vas a enterar maldita, ya verás cuando se entere mi hijo.

Anabel - No he dicho nada que sea mentira, además me lo he guardado todo, podría decir mucho más, pero no lo he hecho.

María hizo llamar al doctor para que le pusiera una venda en la muñeca y poder exagerarlo todo.

El doctor se despidió y María volvió a enfrentarse a su nuera - Podría denunciarte ahora mismo por atacarme y refundirte en la cárcel, pero por evitarle un escándalo a mi hijo, todavía no haré nada.

Anabel - Usted y yo sabemos perfectamente que esa venda es un adorno, yo no le ataqué, solo me defendí, porque una cosa es que me humille y me insulte continuamente y que me mantenga encerrada en esta casa y otra muy distinta que me pegue.

María - Analfabeta estúpida ese doctor que acaba de salir me haría un informe médico encantado. Además, yo soy una dama y tú una simple campesina salvaje ¿A quién crees que van a creer?

Anabel - Haga lo que le dé la gana, ya que su conciencia y su moral están tan podridas, yo ya no tengo nada que perder.

Anabel subió a encerrarse en su habitación, estaba muy triste porque ama con toda su alma a Fran y esto los iba a distanciar para siempre , el cree ciegamente a su madre y la iba a odiar al saber que la ha golpeado aunque sea mentira.

Ella había grabado todo con uno de los teléfonos que tenía escondido entre unas flores del jarrón.

Afortunadamente ella también tenía una prueba física de que su suegra la había golpeado, la marca de su mano estaba plasmada en su mejilla , incluso estaba apareciendo un surco verdoso en la zona de la ojera .

Después de hablar con su madre, Fran la llamó a ella furioso - ¿ Cómo carajos te atreves a humillar a mi madre delante de sus amigas? Y no contenta con eso, encima le causas una lesión, ella es una dama, no una maldita salvaje como tú, pero esto no quedará así.

Anabel acercó su mejilla a la pantalla - Esta salvaje solo se defendía de esa gran dama que tienes por madre, ¿O es que además de humillarme e insultarme entre todos, también tengo el deber de dejaros pegarme como os plazca? Si es así dímelo para que lo sepa la próxima vez.

Esta vez fue ella la que cortó la llamada , el volvió a llamar unas diez veces , pero ella lo ignoró.

Ahora las cosas se pondrían muy feas, tenía que darse prisa en dejar todo listo, antes de que vuelva Fran.

A la mañana siguiente todas salieron de casa, entonces ella recuperó el móvil que había puesto a grabar y comprobó que el vídeo se veía con nitidez.

Tenía que aprovechar que no están para salir de casa, solo había un problema, no tenía dinero y todo quedaba muy lejos de allí. No deseaba involucrar más a Alejandro, si lo descubrían perdería su trabajo y acabaría en serios problemas.

Solo podía contar con Matilde, la llamó para pedirle ayuda- Matilde, necesito ir a comisaria a hacerme un documento de identidad, porque no puedo realizar ningún trámite sin él. Pero no tengo dinero, ni siquiera para el taxi.

Matilde - No te preocupes, tú pide un taxi y le muestras la ubicación que te acabo de mandar, vienes aquí y yo te acompaño a hacer todo lo que tengas que hacer. Tu tranquila, todo será muy rápido.

Anabel hizo todo lo que le dijo, y en diez minutos estaba ante una enorme y majestuosa mansión. Esperó nerviosa a que apareciera su amiga, pero en su lugar fue un vigilante, quien se acercó a pagar al taxista- ¿Eres Anabel? Matilde te espera, sígueme.

Un apuesto hombre miraba por la ventana en el momento en que vio a una bellísima mujer bajar de un taxi, estaba intrigado por saber quién es. Llamó a una de sus criadas - Ve y averigua quién es la mujer que acaba de llegar en un taxi ¡Ya!

Anabel entró por la puerta del servicio, donde estaba Matilde, que corrió a abrazarla - Por fin llegas, no tengo mucho tiempo, mi jefe es un hombre malhumorado, solo me ha dado dos horas libres. Vámonos, ya nos pondremos al día por el camino.

Las dos salieron con prisas y se fueron en uno de los coches de la casa, que siempre estaba disponible para el servicio - Matilde le dijo al chófer- Vamos primero a comisaría, por favor, mi prima tiene que renovar el documento de identidad.

Mirando a Anabel , le dijo - Cuéntame, todo lo que ha pasado desde que me fui.

Anabel le contó todo con lujo de detalles y su amiga estaba muy orgullosa de su valentía. Con su documento en la mano, se abrió una cuenta bancaria online y después fue a firmar un contrato con una de las empresas que habían intentado contactar con ella muchísimas veces, sin éxito. Gracias a eso, ella pudo poner sus condiciones y solicitar mucho más de lo que ofrecían en un principio, cuanto más se negaba, más subían el precio. De modo que podría mantenerse a sí misma durante una buena temporada, sin preocupaciones, tan solo con el generoso anticipo que le habían entregado.

Aún tenían algo de tiempo, se sentaron en una terraza a tomarse un café juntas.

Y mientras ellas disfrutaban de su ratito de libertad, el jefe de Matilde estaba furioso, porque su criada no supo decirle quién era la misteriosa mujer que había entrado en su casa.

Giovanni Moretti , revisaba personalmente las cámaras de seguridad para verla de cerca - Ti ho già, bella donna . ( Ya te tengo , bella mujer )

El italiano era un hombre maniático y con gustos excéntricos , no sé relacionaba con nadie y rara vez encontraba a alguien que llamara su atención como lo hizo Anabel .