Entre Dos Mundos: El Encanto De La Mitad Y Mitad

La batalla alcanzó un punto devastador. Melissa, en un arranque de desesperación, junto todo el poder que le quedaba e invocó un antiguo conjuro prohibido. La oscuridad envolvió la casa, y el aire se llenó de una energía siniestra. El clon de Melissa se desvaneció, absorbiendo su fuerza para el hechizo final.

Liz, sintiendo el peligro inminente, intentó usar el cristal para desactivar el hechizo, pero Melissa lo destruyó con un ataque preciso.

"¡Melissa, no!"—gritó Liz, desesperada.

"Es demasiado tarde, Liz."—respondió Melissa con voz temblorosa.-"Esto debe terminar ahora."

La barrera se rompió, y una onda expansiva de energía oscura se extendió desde la casa, arrasando todo a su paso.

Sirius fue el primero en caer, su cuerpo quedó inmóvil tras recibir el impacto de un estruendoso golpe de Aldric. Basil, herido gravemente, intentó proteger a Liz, pero Melissa lo atravesó con una lanza de sombras, susurrando una despedida cruel.

"Es tu fin, jajaja"- Dijo Melissa.

Kai y Demian, viendo a los demás caer, redoblaron sus esfuerzos contra Brenn, pero esté, potenciado por la energía oscura, los derribó uno a uno, dejándolos inconscientes en el suelo.

Liz, debilitada y sin esperanza, se enfrentó a Melissa en un último intento desesperado por detenerla.

"Melissa, por favor..." -imploró Liz.-" No tiene que ser así."

"Ya no hay vuelta atrás." -respondió Melissa, con lágrimas en los ojos.

Sus palabras de reconciliación se ahogaron en el caos, y Melissa, con lágrimas de furia y tristeza, lanzó el hechizo final. Una explosión de sombras consumió a Liz, dejándola tirada de manera inerte en el suelo.

Melissa, de pie en el centro de la devastación, miró a su alrededor, su victoria teñida de amargura. El precio de la venganza había sido demasiado alto, con los ojos llenos de lágrimas y el corazón hecho pedazos, cayó de rodillas, abrazando el cuerpo de Liz, consciente de que había perdido mucho más de lo que había ganado, pues no sentía más que dolor. De pronto la oscuridad envolvió el campo de batalla, dejando solo silencio y desolación.

Pero ese no era el final, fue tanto el poder demoníaco y el uso de un conjuro prohibido realizado por Melissa qué provocó qué el aire se tornara helado de manera abrupta. De repente, un sonido fuerte y espeluznante retumba, resonando desde las profundidades de la tierra. El suelo empezo a temblar ligeramente, y aun costado de Melissa, el aire se empezó a distorsionar como si estuviera siendo absorbido hacia un punto invisible. Una fisura empezó a formarse en el suelo, irradiando una luz rojiza y siniestra. A medida que la fisura se abría, un hedor sulfuroso se esparcia, llenando el aire con una mezcla de azufre y descomposición. La luz rojiza comenzó a intensificarse, proyectando sombras danzantes en el suelo, para ese momento la fisura ya se había convertido en un portal humeante y turbulento. Desde esta abertura, manos esqueléticas y garras afiladas emergían, aferrándose a los bordes del portal, como si algo estuviera luchando por salir.

El demonio con el que la familia de Melissa hizo el pactó, comenzaba a materializarse, su forma primero era confusa. En un principio se veía la silueta oscura, pero poco a poco se fue definiendo: era una figura alta y retorcida, con extremidades alargadas y musculosas. La piel del demonio era de un tono amarillo oscuro, cubierta de cicatrices y protuberancias que brillan con un fulgor infernal. Tenia cuernos grandes en su frente, que se curvában hacia atrás con una precisión abominable. Sus ojos, eran dos abismos incandescentes, que se abrían lentamente, revelando un brillo rojizo penetrante que parecía que te devoraria con la luz a su alrededor. El rostro del demonio era una máscara de malevolencia, con dientes afilados como cuchillos que sobresalian de su gigantesca boca. Mientras la criatura salía completamente del portal, una capa de humo negro y espeso lo envolvía, disipándose gradualmente para revelar su cuerpo en su totalidad. Tenía unas alas membranosas, similares a las de un murciélago, las cuales desplegó con un crujido seco e imponente. Tambien dejaba ver sus garras afiladas que adornaban sus dedos de las manos y pies, cada uno de ellos capaz de cortar carne y huesos con facilidad.

El demonio se mantenía erguido, irradiando un aura de maldad pura. Su mera presencia distorsionaba la realidad, haciendo que los objetos cercanos temblaran y el aire vibrara con una energía corrupta. Con un rugido que sacudía los cimientos mismos del lugar, el demonio declaraba su llegada al mundo, listo para sembrar caos y destrucción a su paso.

Melissa y el resto de los cazadores al verlo sintieron un escalofrío qué les recorría el cuerpo. El demonio reconoció su aura maligna en Melissa y la miro con intención de matarla, para recuperar todo su poder.

Melissa se da cuenta de esto, pero al tener a Liz en sus brazos, lo único que puede hacer es escapar rápidamente con ella y colocarla en un lugar seguro, mientras se prepara para detener al demonio qué ha salido del suelo.

Brenn y Aldric aprovecharon para atacarlo, pero sus golpes fueron tan insignificantes qué los mando a volar en cuestión de segundos.

"¡Es demasiado fuerte!"- dijo Brenn tras el impacto.

"¿Cómo se supone que lo detendremos?"-dijo Aldric mientras jadeaba de dolor.

Melissa intento golpearlo, pero al igual que a sus compañeros la aventó con apenas mover la mano.

Ya se encontraban malheridos con apenas un par de golpes del demonio, difícilmente sobrevivirían a esto solos. Con una sensación de remordimiento y negación, Melissa les gritó unas palabras a sus compañeros.

"Ayuden a esos seres sobrenaturales, necesitaremos su ayuda"-gritó Melissa a Brenn y Aldric.

"¿Lo dices en serio?"- dijo Brenn algo molestó.

"No es posible, están desmayados y son muy pesados."- dijo Aldric mientras fruncia el ceño.

"Déjense de tonterías y ayudenlos."-gritó Melissa- "¿Es que acaso quieren morir?.

De manera molesta y de mala gana, Brenn y Aldric tomaron a Kai y Demian qué yacían en el suelo, a pesar de que ambos estaban débiles, lograron llevarlos a un lugar lejos de donde estaba el demonio.

Mientras tanto Melissa trataba de levantar a Sirius, para llevarlo con los demás, en ese instante Basil se movió del suelo, la herida parecía que estaba cerrando rápidamente, algo desconcertado le gritó a Melissa.

"¡Deja a Sirius en paz!"- gritó Basil mientras se levantaba y sujetaba su abdomen.-"¿Dónde está a Liz?"

"No levantes la voz o nos mataran."- respondió Melissa con voz baja mientras señalaba al demonio.

Para su mala suerte el demonio escuchó la voz de Basil y se percató de ellos, con pasos lentos el demonio se acerba a donde estaban, provocando caos a su pasó.

Melissa le señaló a Basil el cuerpo de Liz mientras tomaba a Sirius y se lo llevaba junto al restó.

Basil abrió los ojos como platos y en cuestión de segundos ya se encontraba junto a Liz, como si las fuerzas le hubieran vuelto por completo, la tomó en sus brazos y con lágrimas en los ojos le decía: "¡Despierta Liz!!, ¡No puedes irte aún! ¡Te necesito!!", el demonio estaba cada vez más cerca de Basil, pero esté solo estaba concentrado en Liz.

Basil estaba envuelto en en dolor y desesperación que descuido su entorno y para cuando se dio cuenta, el demonio ya estaba casi a su lado, rugiendo de irá. Él no podia dejar a Liz ahi asi que se llevo su cuerpo inerte, la sostuvo con fuerza entre sus brazos y se alejó lo más rápido que pudo, hasta llegar donde se encontraba Melissa. Sus ojos la miraban con una furia descomunal, parecía que la mataría con la mirada, sin embargo a pesar del odio que le tenía, se contuvo y se mantuvo cuidando de Liz.