Se Buena Niña

La mañana comenzó con una luz suave filtrándose a través de las ventanas del apartamento. Valeria y Mateo habían decidido tomar un día libre para relajarse y disfrutar de su tiempo juntos. La atmósfera en el hogar estaba llena de una tranquilidad reconfortante, y los dos habían planeado pasar el día en casa, cocinando y viendo películas.

Sin embargo, la calma fue interrumpida cuando Valeria recibió una llamada inesperada de su mejor amiga, Laura.

—Hola, Laura —dijo Valeria, respondiendo al teléfono mientras se preparaba para el desayuno—. ¿Qué pasa?

La voz de Laura sonaba preocupada al otro lado de la línea.

—Valeria, necesito hablar contigo. Es sobre algo que descubrí recientemente y que creo que deberías saber.

Valeria frunció el ceño, sintiendo un nudo en el estómago.

—¿Qué ha pasado?

—Es complicado, pero creo que es importante que Mateo lo sepa también. ¿Podemos encontrarnos? Hay algo que encontré y no estoy segura de cómo manejarlo.

Valeria asintió, aunque su mente estaba llena de preguntas.

—Está bien. Podemos encontrarnos en el café de siempre en una hora.

Cuando Valeria colgó, se encontró con Mateo en la cocina, preparando el café.

—Mateo, necesito salir por un momento. Laura ha llamado con algo importante que debo atender. ¿Está bien si te quedas aquí?

Mateo la miró con preocupación.

—Claro, Valeria. ¿Pasa algo malo?

Valeria intentó no alarmarlo demasiado, pero no pudo ocultar su inquietud.

—No estoy segura. Solo necesito averiguarlo y luego te cuento.

Valeria se dirigió al café con el corazón acelerado. Laura ya la estaba esperando en una esquina tranquila, su rostro serio y preocupado.

—Gracias por venir —dijo Laura al verla—. Esto no es fácil de decir, pero encontré algo que creo que Mateo debería saber.

Laura sacó su teléfono y mostró a Valeria un mensaje de texto que había recibido. Era una conversación entre Mateo y una persona desconocida, llena de mensajes que insinuaban un secreto que Mateo había estado ocultando.

—No puedo creer que Mateo estuviera involucrado en algo así —dijo Laura—. Pero creo que es crucial que tú sepas esto.

Valeria sintió un frío en el estómago. El mensaje revelaba una serie de intercambios que sugerían que Mateo había estado ocultando algo importante sobre su pasado y su vida actual. Aunque no tenía todos los detalles, las insinuaciones eran lo suficientemente preocupantes.

—Gracias por decírmelo, Laura —dijo Valeria, tratando de mantener la calma—. Necesito averiguar qué está pasando y hablar con Mateo.

De regreso en casa, Valeria encontró a Mateo aún en la cocina, tratando de distraerse con la preparación de la comida. Sus ojos se encontraron y ella sintió un peso en el corazón al ver la sinceridad en su mirada.

—Mateo, tenemos que hablar —dijo Valeria con voz firme pero temblorosa.

Mateo frunció el ceño, dejando de lado lo que estaba haciendo.

—Claro, Valeria. ¿Qué pasa?

Valeria sacó el teléfono y mostró el mensaje que había visto.

—Esto es lo que encontré. ¿Puedes explicarme qué está pasando aquí?

Mateo tomó el teléfono y leyó el mensaje. Su rostro palideció mientras procesaba la información. Finalmente, miró a Valeria con una expresión de dolor y arrepentimiento.

—Valeria, lamento mucho que hayas tenido que ver esto. La verdad es que hay cosas de mi pasado que no he querido compartir porque temía herirte.

Valeria respiró hondo, su corazón se llenaba de tristeza y confusión.

—¿Qué estás ocultando, Mateo? ¿Por qué no me has contado la verdad?

Mateo se sentó en la mesa, su mirada fija en el suelo.

—Hace años, estuve involucrado en una situación que no puedo explicar completamente en este momento. No se trata de algo criminal, pero sí de algo que he tratado de dejar atrás. No quería que eso afectara nuestra relación, así que lo oculté.

Valeria sintió un torbellino de emociones. La revelación no deseada había abierto una herida en su confianza, y no sabía cómo reaccionar.

—Necesito saber más, Mateo. Esto afecta nuestra relación y nuestra confianza. ¿Cómo podemos seguir adelante si no somos completamente honestos el uno con el otro?

Mateo levantó la mirada, sus ojos llenos de tristeza.

—Te prometo que voy a contarte todo lo que pueda. Quiero que confíes en mí y sepas que nunca quise lastimarte.

Valeria asintió, aunque todavía estaba procesando la noticia.

—Vamos a hablar sobre esto, Mateo. Necesitamos enfrentar esta situación juntos y entender cómo afecta nuestra relación.

El día se llenó de una nueva tensión, mientras Valeria y Mateo comenzaron a desentrañar los secretos del pasado y a trabajar para sanar la herida abierta. Sabían que la confianza se había visto comprometida, pero estaban decididos a enfrentar la verdad y reconstruir lo que habían perdido.

El camino por delante sería difícil, pero estaban listos para enfrentarlo con honestidad y compromiso. La revelación no deseada había puesto a prueba su relación, pero también les ofreció la oportunidad de fortalecerla aún más al enfrentar sus miedos y secretos juntos.