Amor En Rojo 2: Legado

Carpio sabe que no puede retrasar más tiempo en decirle la verdad a Tiurname sobre la muerte de su hermana Tessa, principalmente si ya había hecho llamar al conde de Jarad para determinar que hacer con el cuerpo de su hija.

Cuando Carpio llegó a la habitación de su segunda esposa, el príncipe Ghean estaba recostado con su madre, se apresuró a saltar en la cama cuando vio a su padre y se colgó en sus brazos de inmediato, parecía no recordar lo ocurrido el día anterior; Tiurname tomó asiento en la cama y evitaba mirar al rey.

- “Mi más valiente guerrero, es hora de tomar un baño y luego comer tu desayuno”, dijo Carpio, haciendo señales a las niñeras para que tomen al pequeño.

- “Mamá no se siente bien, debo cuidarla”, dijo Ghean con tierna voz.

- “Lo haré yo hasta que regreses”, expresó Carpio, el príncipe sonrío y se fue con gusto.

Tiurname se tensó cuando se quedó sola con Carpio, no sabía que esperar de él, se tapó aún más con la sábana, acariciando su vientre.

- “Lo siento, te acusé sin pruebas, por favor no me tengas miedo”, expresó Carpio acercando una silla para sentarse.

- “Siempre supe cuál era mi lugar, y le aseguro, Su Majestad, que no aspiré a más. Tal vez haya sido un hechizo, pero para mí fue real, no esperaba que me amara como a ella, debí verme tan ridícula pensando que mi amor y su cariño serían suficientes, porque a pesar de todo usted siempre confió en mí; esa mañana los médicos dijeron que esperaba un hijo, estaba feliz y quería decírselo, pero usted llegó, me maltrató, me acusó de algo horrible, en un instante había perdido su cariño y su confianza, y ahí me di cuenta de un error en mi planteamiento, no pude haber perdido lo que nunca tuve; no hubo cariño, no hubo confianza; no gaste el tiempo conmigo, yo voy a ser fuerte, porque tengo un hijo que realmente me ama y viene otro en camino, y es lo único que necesito, recupere a su esposa, a la mujer que realmente ama, y yo me quedaré en el lugar que nunca debí olvidar”, manifestó haciendo acopio de toda su fuerza para evitar llorar, aunque su voz se le quebrara mientras hablaba.

- “Hubiese querido evitar lastimarte, hubiese querido no ser el causante de tu dolor, quisiera decirte lo que siento por ti, pero si soy sincero no lo sé, y me niego a decir mentiras, por favor Tiurname perdóname, sé fuerte como dices, y no dejes que este desgraciado, maldito, te arrebate la felicidad, este idiota de porquería no merece tu dolor, este estúpido, engreído y petulante no es un hombre que valga la pena admirar”, expresó Carpio.

Tiurname se quedó sorprendida con las palabras; sin embargo, fueron como un mantra que repitió en su mente, día tras día. Horas más tarde de ello, descubrió sobre la muerte de su hermana; después de las ceremonias fúnebres, regresó al castillo de Susumira.

Tiurname está sentada en los jardines, mira a su hijo jugar con las espadas de madera, hay muchas preguntas que rondan su cabeza, mientras acaricia su vientre aún plano; había hecho todo para proteger a su hermana y ahora Tessa estaba muerta y ella está prisionera en ese castillo, donde deberá permanecer si no quiere que la separen de sus hijos.

- “Siento mucho la partida de Tessa”, expresó Lord Kevin acercándose a Tiurname.

- “No más que yo, quería que ella fuera feliz, quería que ella tuviera lo que yo jamás tendré; podría decirme Lord Kevin, ¿cuál fue mi pecado?, ¿cuál fue el daño que causé?, para merecer esta vida”, manifestó Tiurname quebrándose.

Ella no tenía con quien hablar de sus sentimientos y su vida; con su hermana muerta, la única familia que se preocupaba por ella había desaparecido, su padre la abandonó hace mucho, a su madre nunca la conoció, sin manera de sacar ventaja para el resto de sus hermanas ella era la mancha en la familia; nadie quería tener lazos de amistad sincera con ella por la forma en que la juzgaban; el hombre que tenía en frente era tal vez la única persona sincera que sentía su desdicha.

- “Tú no hiciste nada, nosotros fuimos unos cobardes que no te pudimos proteger, lo lamento mucho”, expresó Lord Kevin con culpabilidad.

- “Son veintiséis años en que me han quitado todo, o tal vez no me dieron nada. Y quedarme con lo único valioso que me dio la vida, me obliga a ser prisionera de la corona. El hijo o la hija que tendré en unos meses será tercero en la línea de sucesión. Leí que puede irse del palacio a los trece años, si consigue un título noble, ¿es cierto?”, preguntó Tiurname ansiosa.

- “Sí es cierto, ¿qué quieres hacer?”, inquirió Kevin.

- “En trece años quiero largarme del castillo, el príncipe Ghean tendrá dieciséis podrá visitarme cuanto quiera, sé que será aún muy joven, pero quiero tener una ruta de escape, quiero sentir que algún día esto se va a acabar”, dijo Tiurname casi con desesperación, sus manos temblaban, la ansiedad se había apoderado de ella.

- “Tranquilízate, yo conseguiré un título noble para el bebé en camino, te aseguro que lo conseguiré, solo cálmate”, expresó Kevin y tomó las manos de Tiurname.

A lo lejos, Carpio pudo presenciar la escena; sin embargo, decidió no acercarse, podía ver que ella lo miraba diferente, la dulce y tímida mirada de su segunda esposa había desaparecido, ahora su mirada era fría y hostil; y eso le dolía.

En Reviere, Kuzelny camina reviviendo las hojas amarillas que ya iban a caer de los árboles volviéndolas verdes brillantes, hacía eso mientras se dirigía a ver a Josag, quien estaba recostado junto a un árbol leyendo un libro; el pequeño príncipe de Fontana estaba emocionado, había aprendido a leer y devoraba emocionado todo aquel libro que caía en sus manos, especialmente aquellos que hablaban sobre los poderes mágicos.

- “Acá estabas Josag, ¿por qué no quieres jugar conmigo?”, preguntó Kuzelny

- “Ven, siéntate, mira”, le respondió Josag.

Kuzelny se sentó al costado de Josag, y miró la pintura dentro del libro que estaba viendo su amigo, era una mujer de vestidos blancos con un rostro angelical.

- “Una maga de luz blanca, tiene el poder de curar y revivir, mamá dice que yo conoceré a una, ¿no crees que será fantástico?”, expresó alegremente Josag.

- “¿A ti te gustaría conocer una?”, preguntó Kuzelny.

- “Sí, sería genial conocer a alguien con esos poderes, podría hacer mucho bien por todos”, contestó Josag.

- “Entonces yo seré una maga de luz blanca, así querrás siempre jugar conmigo, así me vas a querer”, expresó entusiasmada Kuzelny.

- “Eres mi amiga favorita, yo te quiero”, dijo Josag pasando una página de su libro.

Kuzelny sonrió de felicidad de saber que era la amiga favorita de Josag; y se quedó mirando los dibujos del libro; más tarde se pusieron a jugar mientras sus madres estaban conversando.

- “¿Qué es lo que está pasando, Karoly?”, preguntó Krasa.

- “Solo hazme ese favor, necesito ir al Valle de los Halcones, no puedo llevar a Kuzelny. Necesito ubicar a alguien, no voy a demorar lo prometo, y si viene Carpio, le entregas este pergamino, es una explicación. No me estoy llevando a la princesa heredera del lugar al cual el rey la envió, por favor Krasa, te lo explicaré cuando regrese, te lo prometo”, expresó Karoly en tono suplicante.

- “¿Ustedes se han peleado?, ya no estás en edad para hacer un berrinche, si discutieron soluciónenlo, pónganse de acuerdo, y vas sin esconderte, y si necesitas dejar a Kuzelny con nosotros, será un gusto. Karoly, no necesito decirte esto, porque ya lo deberías saber, al rey Carpio no le gusta que le oculten las cosas”, insistió Krasa.

- “Se acostó con Tiurname, ella es su mujer ahora, y aunque haya sido producto de un hechizo, no puedo hacer borrón y cuenta nueva, pero no puedo separarme de él porque no podré llevarme a mi hija. No me pidas más detalles porque es una herida que aún no sana”, dijo Karoly sin poder guardar aquella verdad por más tiempo.

Krasa solo se quedó en silencio tratando de procesar lo que le había dicho su amiga, después le pidió guardar el secreto, lo más que pudiera, hasta que ella pudiera contárselo a Georgeus sin que sintiera que su corazón se rompía mientras lo hacía.

Pasaron meses en que Karoly viajaba entre Susumira y Fontana, dejando a Kuzelny en algunas ocasiones al cuidado de Krasa, viajaba al Valle de los Halcones con la esperanza de encontrarse con Sanidad, o con aquel ser que suponía otro dios (Armonía), pero siempre fue inútil, ninguno de los dos apareció, ella necesitaba respuestas sobre lo ocurrido con su hija, cómo habían podido activar el poder de su pequeña y provocar la muerte de una persona.

Carpio está en Urtesi, tiene una conversación con el rey Tarkus, padre de Sago, el monarca de Urtesi mira de pies a cabeza a Carpio; lo escucha con atención, se sorprende que, sin poseer el poder de magia amarilla, pueda ver el futuro; aunque después de un momento recuerda algo.

- “Me temo, Su Majestad, que su poder, no es igual que él mío. (Se levanta y trae un viejo libro y se lo entrega a Carpio) Demonio de fuego era una raza antigua de poderosos guerreros, protectores del fuego; cuenta la leyenda que quisieron tomar el control de toda la tierra, y empezaron a asesinar a todo aquel que se oponía, el odio guiaba a toda la humanidad, se habían formado bandos en el cielo, si dejarlos actuar sin hacer nada o intervenir; era una guerra voraz que acababa con todo, la supervivencia propia sin importar los medios parecía la consigna; pero había aún grupo de personas que rogaban por el amor en el mundo, por recuperar la paz. Dice la leyenda que la mayoría de los dioses estaban agotados del egoísmo humano, que acordaron que los demonios de fuego actuaran libremente, la diosa del Amor se negó a que la humanidad se perdiera; el dios de la Armonía caminó con ella tratando de encontrar la manera; sin embargo, la unica solución que encontraron es que Amor se esparciera en el mundo; la diosa se desintegró dejando el cielo inundando al mundo con su esencia, mientras Armonía buscaba la manera de regresarla. Se dice que un día Amor volverá como humana para descubrir si valía la pena salvar a los humanos y si tendrían grandeza de sentimientos para encontrar consuelo al sacrificio hecho, algunos estudiosos piensan, que si amor quería salvar a la humanidad debía nacer de un demonio de fuego, para que el futuro de esa raza pueda irradiar amor; y que como Armonía, iba querer volver a encontrarse con ella, concedió parte de su poder especial, y es así que ciertas mujeres de la raza de demonio de fuego, podría trasladar al primer hombre a quien se entregue, el poder de ver o sentir, o quizás ambos, lo que puede ocurrir en su futuro; diría que si la historia fuera cierta, usted debió ser el primero de una demonio de fuego y le trasladó ese poder”, relató el rey Tarkus.

Karoly le había dicho que ella era una demonio de fuego, y él no entendía todo lo que eso significaba, pero parecía cierto, primero pensó que era otro poder divino heredado de su padre; ahora estaba seguro que el poder vino de Karoly, y que su hija no solo era una bruja de fuego, sino también pertenecía a las razas de los demonios de fuego.

- “Parece que la historia no es del todo una leyenda; y si es así tal vez el futuro que vi, deba ocurrir, así que le voy a pedir un gran favor Su Majestad, si quiere salvar a su hija y a Hurmaya, deberá cumplirlo exactamente como se lo pida”, afirmó el rey Tarkus.

- “Ayúdeme a entender mejor lo que veo, y yo haré lo que usted me pida”, dijo Carpio con mirada seria.

Ambos reyes siguieron con su larga conversación, luego el rey de Urtesi sacó una espada y una brújula mágica.

- “Un día deberás estregar esta brújula a mi pequeña Lycka, para que se lo de a su hermano; y en la fecha exacta que está escrito en este pergamino, deberás traer esta espada a Urtesi, y entregársela a mi nieto Bátor; Sago es muy inteligente para muchas cosas, pero detesta la confrontación directa; a veces la única opción es pelear, temo por el futuro de mis nietos, debería temer por el futuro de su hija”, dijo el rey Tarkus.

- “Me temo que la pelea será inevitable, haré lo que me pide”; expresó Carpio tomando las cosas.

El rey de Urtesi le enseñó a Carpio a interpretar las señales en las premoniciones, y que debería tener un orbe de predestinación, que era como un oráculo que leían las señales del cielo, le podría ayudar a darle mayor forma a sus visiones.

Tiempo después, Tiurname camina lentamente, tiene un vientre más abultado que en su embarazo anterior, ha empezado el trabajo de parto; causó un revuelo nada lo había indicado, pero nacieron dos niñas, con el cabello rojo como su padre. El llanto de las niñas se escuchaban fuerte, Carpio que aguardaba afuera se desesperó cuando no lo llamaron, pronto salieron las damas gritando por ayuda médica.

- “¿Qué sucede?”, preguntó Carpio.

- “Lo siento, Su Majestad, nacieron dos niñas preciosas, pero Lady Tiurname, se está muriendo, no creemos que resista, ha perdido mucha sangre”, dijo una de las damas.

Todo el castillo, se volvió un caos; Karoly y Kuzelny estaban en Reviere, han pasado horas, los doctores no le dieron esperanza al rey; ya habían acomodado a Lady Tiurname en su cama, lucía terriblemente pálida; el rey le había dado un beso a cada una de sus hijas, para luego entregárselas a las nodrizas.

Él estaba al pie de la cama, tomando la mano de Tiurname, por azares del destino, esa mujer era parecida a Karoly, que lo han confundido por mucho tiempo, el cabello oscuro era la más grande diferencia, y ahora lo acariciaba con cariño; Carpio seguía tomando su mano, se negaba a dejarla morir sola.

- “Lo siento, por favor no te rindas. Vamos Tiurname, Ghean te necesita, y nuestras hijas están hermosas; me prometiste que serías fuerte, no podré solo con ellos, por favor no te vayas”, dijo Carpio, sin dejar de sujetar la mano de Tiurname.

Tiurname no entiende lo que sucede, camina por unos riscos, él aroma es de jazmín; ve a una mujer que observaba una laguna voltear a verla.

...Perdón...

- “No deberías estar acá, aún no es tu tiempo”, dijo la diosa del perdón.

- “¿Es este el cielo?”, preguntó Tiurname, ¿quién eres?, continuó.

- “Necesitas brindar perdón, esto es solo un tránsito, muestra compasión, da nuevas oportunidades, cultiva amor en tus hijos, ten piedad de una pequeña que lo perderá todo, pasa la prueba y serás recompensada. Puedo llenar de perdón tu corazón, vienen días aciagos, tus hijos no lo soportarán sin ti”, respondió Perdón.

- “¿Podría hacer que no duela tanto?”, consultó Tiurname. “¿Por qué me ofrece esto?”, insistió.

- “Porque estoy en deuda contigo, un día cuando sea tu tiempo, conversaremos” respondió Perdón, quien la acompañó de regreso.

Tiurname regresa a su cuerpo, no tiene mucha fuerza, pero trata de sujetar la mano de Carpio.

- “Tiurname, reaccionaste, gracias por no rendirte, gracias por no hacerlo; todo esto es mi culpa, no te pude dar un embarazo en paz, lo siento, en verdad lo siento, por favor, perdóname, perdóname. Yo te quiero Tiurname”, dijo Carpio.

- “Yo también lo quiero”, dijo Tiurname, apretando la mano de Carpio.

Ambos sonríen, Tiurname no recordaba la conversación con la diosa del Perdón, su madre, pero por alguna razón se sentía más serena, no quería guardar rencores, cuando le trajeron a sus hijas las miró con amor; las niñas parecían irradiar paz, la esencia de su abuela estaba en ellas.