La Bruja Y El Lobo

La cabaña de Loana y Marlene, se vuelve a sentir un hogar, ahora que Claude y ella viven aquí, ha tomado luz y calor. Loana empezó a sembrar sus flores, podría hacer con su magia que crezcan flores, sin embargo ella ama verlas crecer naturalmente, la naturaleza es sabia.

Ya tienen 3 meses de vivir allí, algunas plantas han empezado a sacar frutos, por otros hay que esperar un poco más. A ese ritmo también su vientre está creciendo, en 3 meses más, podrán tener a su cachorro híbrido en brazos, cosa que les da mucha ilusión a ambos padres primerizos.

- ¿La planto aquí? - pregunta un sudoroso sexy joven lobo.

- Está perfecta - contesta la brujita acariciando su pancita - voy a la cocina, quiero comer helado de chocolate mientras te miro trabajar, ¿deseas algo?

- Sí, una limonada - le dice mientras sigue plantando.

Un momento después vuelve con una bandeja donde trae su bote de helado y una jarra de limonada mas el vaso. Ambos se sientan en la pérgola en medio del jardín. Claude coloca su mano en la pancita de su mujer, inmediatamente el cachorro comienza a moverse, provocando que ambos padres se emocionaran, y es que no era para menos, esa era la primera vez que el cachorro se manifestaba así.

- Diosa, esto es lo más hermoso que he presenciado - habló un muy emocionado papá - eso es mi cachorro o cachorra, papá y mamá te esperan con ansias.

La felicidad brotaba de ambos padres por la emoción de sentir al fruto de su amor surfeando en el vientre de su madre.

- Amor, mañana después de que nos digan el sexo del bebé, quiero que compremos todo para decorar su habitación - propuso Claude.

- Me gusta la idea, de verdad esa idea me emociona mucho - ella quería despejar una duda que le venía rondando - ¿tú qué quieres que sea nuestro cachorro o cachorra?

- Para serte sincero, no me importa eso, lo único que me importa es tenerlo en mis brazos.

Esa respuesta la alegró en demasía, su lobo simplemente era perfecto y ella no podía estar más agradecida con la diosa Luna por haberle dado como destinado a uno de sus amados hijos.

- Te amo mi lobito precioso - le dice.

Claude se coloca de rodilla frente a ella quedando entre las piernas de la peliblanca, posando su brazos con delicadeza en los muslos de su mujer y las manos en el pequeño globo terráqueo que era la panza de Loana.

- Yo también te amo, y amo a nuestro bebé cachorro, la diosa Luna definitivamente me ama para darme tan bella bendición.

Levanta sus manos hasta el rostro de Loana y la atrae un poco para besar sus rojos labios que tanto ama besar.

- Sabes a ambrosía mi brujita hermosa.

- Me gusta ser tu ambrosía mi sexy lobo.

- Necesito hacerte mía ahora mismo - le dijo excitado y con la voz de su lobo.

La Bruja sintió su ropa interior húmeda por la sensualidad con la que su lobo le habla. Se cuelga como un Koala de su amor, quien se levanta para llevarla a la habitación donde ambos se entregarían todo el amor que se tenían.

- Eres perfecta mi linda brujita, te deseo tanto - le decía mientras repartía besos por su rostro, cuello y mandíbula - te necesito amada mía.

- Yo también te necesito mi amado lobo - su voz sonaba entrecortada

Claude bajo su senda de besos por el cuerpo de Loana, deteniéndose en sus pechos que están más grandes. Allí se entretuvo un buen rato, robándole gemidos, continúa con los besos hasta llegar a la pancita y reparte besos dulcemente, le dice cuanto lo ama y desciende hasta la gloria misma. Allí si que se dedicó hasta saciar sus ganas de la miel de su destinada.

- Nena estás preparada - entró despacio como lo hacía desde que supo del embarazo.

Así se amaron entre gemidos, gruñidos y jadeos, hasta que por fin llegaron al éxtasis.

- Eres mi postre favorito, meu amor.

- Y tú el mío, mi lobito.