Tal Vez...¿Será?

CAPITULO 19

EMMA

 Ya estamos en camino, al principio y por una cuestión de emociones encontradas, me pongo a mirar por la ventanilla el camino, luego, tomo coraje y comienzo a mirar a Sebastián, miro su perfil, su rostro muy masculino, él iba atento al camino, cuando de golpe se gira y me mira, a diferencia de lo que hubiese hecho en otro momento, me quedo sosteniendo la mirada.

-Pasa algo Emma?

-Porque yo?

-No entiendo, como porque vos?

-Es clara la pregunta, porque yo, porque me elegiste?

-Uh, que pregunta?, tengo muchas respuestas, pero hay una que todavía no me pude contestar, y es el comienzo, es del día, que habiendo tanta gente en la calle, no pude salir del shock que me resultó verte junto a Zoe, no puedo entender que extraña conexión tengo con vos y tu hija, pero te vi y me dije, es ella.

-Entonces no fue en la rotisería…

-Todo tiene una explicación, pero si podes esperarla, me harías un favor, te juro que te voy a contar todo, toda mi verdad, pero ya estamos llegando al restaurante.

Yo asiento, quede un poco conmocionada con el comienzo de su relato, pero exactamente, habíamos llegado al restaurante, así que estacionó enfrente, bajó y rodeó el auto pasando por delante del mismo, me maravilla con la seguridad que se mueve, abre mi puerta y me da su mano para bajar, luego cruzamos la calle y nos recibe un empleado al cual le dice que había reservado una mesa, nos conducen a la misma y nos entregan la carta, me llevo un minuto elegir, pastas, algo simple y muy rico, el pidió pollo a las brasas y verduras grilladas, parece que se cuida, en cuanto el mozo se retira, el me mira y comienza a hablar, mientras me sirve una copa de vino.

-Primero, me interesa saber, si te gusta el lugar y te sentís cómoda

-Sí, está bueno, rogaba que no fuese muy Premium.

-no, por eso lo elegí, me imaginé que no te gustaría estar en ese tipo de restaurantes, he venido muchas veces aquí con Juan, mi amigo, a ambos nos parece tranquilo y con un muy buen menú.

-buena elección Sebastián Morales.

-Gracias Emma Verón, ahora, no me olvide de contestar tu pregunta, tenes razón, no fue la noche de la rotisería, esa noche de tormenta, fue el día que elegí para poder hablar con vos por primera vez.

-Ahora me cierra todo, todo este tiempo me castigue en haber caído en la trampa de que me habías sacado todos los datos en tan solo unas palabras, pero en realidad, fue todo planeado.

-Sé que esa noche me aproveche del efecto sorpresa, obvio que como cliente que iba por primera vez, era demasiado, pero tengo en mi defensa que estaba muy ansioso por conocerte mejor y saber de quién me había interesado tanto.

-Te das cuenta que bien podría caratularte como un estafador?, pero quédate tranquilo, quiero creer que no supiste hacerlo de otro modo.

-Emma, a los 2 días de mudarme, fue cuando las vi por primera vez, al darme cuenta que eran vecinas, comencé a investigar tus horarios, que de hecho son bastantes complicados, me preguntaste porque vos, bueno, luego de seguirte, observarte, he estado parado frente a el negocio para verte trabajar, ver con la amabilidad que atendes a tus clientes, ver con la sencillez que te dirigís a las personas, empecé a sentir admiración, ternura, orgullo y en algún momento de esos, me di cuenta de que te quería en mi vida, de que algún día me miraras como lo haces con los demás. Y tu hija, esa niña, ya se metió en mi corazón.

-Es muy fuerte…

SEBASTIAN

Me sorprendió con la firmeza que Emma vino a nuestra cita, creí que actuaría de forma tímida, pero no, mantuvo su mirada hacia mi persona y fue bien directa al preguntar lo que tenía necesidad de saber. Ahora que le explique todo, veo que sigue mirándome, como buscando saber si le conteste con la verdad.

-Estas satisfecha con mi respuesta?

-Obviando que me mentiste todo este tiempo, elijo creer, de otro modo, tendría que levantarme y dejarte aquí, cenando solo. Pero yo también vine a hablar con la verdad, y no voy a negar que me interesa conocerte mejor, y ver!… tal vez, si podemos construir algo más.

- Eso me da muchas esperanzas…

-Te pediría que lo tomes más tranquilo, todavía tengo mis recaudos.

-Te juro que no más astucia, ni tretas, de ahora en adelante, solo será con la sinceridad.

-Igual mis recaudos, vienen de mi parte, no te los estoy adjudicando.

- Emma, me podrías decir porque estas soltera y porque decidiste tener a tu hija sin un padre presente, te pido disculpas, pero me cuesta creer, que haya hombres allí afuera que no te hayan visto.

-Ohhh, te puedo asegurar que me vieron, me usaron y me desilusionaron…

-Queres contarme?

-Te voy a hacer un relato simple, no deseo pasar la noche hablando de los ex, pero tenes que saberlo si es que vamos en camino de conocernos. Siempre fui una persona confiada, tengo unos padres maravillosos, que me han criado muy bien, sin maldad, siempre con la verdad y con mucha humildad, sin importar si tenía mucho o poco. El primer novio, yo tenía 20 años, inocente, crédula, soñadora, él, un tipo muy seductor, simpático, mas con mi familia y amigos, aunque las atenciones jamás faltaron, no se decir cuando, pero de pronto aparecieron los celos, un acto que al principio se confunde con amor, pero que termina siendo una enfermedad para la pareja, luego vino el aislamiento, tratando de evitar el encuentro con mi familia y mis amigos, por último y lo más fuerte, hacerme creer, que no valía como persona, que no servía para nada, que no me vistiera bien, no me maquillara, todo porque podía llamar la atención de otros hombres, los insultos, eran el desayuno de todos los días, y cuando te acordas, dejaste de ser Emma, para ser una persona que solo él quería que sea. Por suerte reaccione a tiempo, y salí de esa relación tan pronto de cómo me di cuenta, trato de perseguirme, pero resolví ante la justicia, por suerte nunca más apareció.

-Alguna vez… no sé cómo decirlo…alguna vez, el maltrato pasó a ser físico?

-Tuve la suerte que solo era un Violento Emocional, pero violento al fin. El segundo, es más naif, yo tenía 26 años, el solo era un tipo que no podía mantener a su amigo con la bragueta cerrada, como dice el dicho “cualquier colectivo lo dejaba bien”, lo encontré varias veces abrazado a señoritas y el muy hipócrita me decía que eran solo amigas, que yo me perseguía con los celos, imagínate que no eran celos, porque ya sabía de qué no eran buenos, pero tampoco una es ciega, podes dejar pasar una, ponele dos, pero tres!, es un montón, y yo para ese momento y por lo que me había pasado, había aprendido a amarme mucho, así que prioricé mi dignidad y termine con él.

- Me estoy poniendo nervioso, estoy empezando a entender muchas cosas.

-Espera, no termine, apareció Mister Tercero, luego de un tiempo, Marita y Homero, empezaron a insistir con eso de que no hay 2 sin 3, ya tenía 32 años, y bueno, etapa de dar oportunidades, empezamos bien, un hombre sencillo, cuando lo conocí trabajaba, empezamos a salir, la pasábamos bien, decidimos convivir, a la semana me dice que se había quedado sin trabajo, ok, a cualquiera le pasa, pasaban los meses, yo dejaba 12 horas de mi vida trabajando, pagando el alquiler y todas las necesidades, pero él decía que salía a buscar trabajo y no conseguía ninguno, un día vuelvo más temprano, lo encuentro con latas de cerveza, mirando películas y la casa hecha un desastre, junte todas sus cosas y lo saque del departamento. A partir de ahí, me convencí que evidentemente el amor no es para mí, o quizás no se elegir bien, no lo sé y tampoco es que me puse a dedicar mucho tiempo en ese tema, decidí cerrar esa etapa de mi vida. Llegando a mis 35 años y definitivamente sin tener una pareja estable, me puse a pensar, que siempre había querido tener hijos, pero como sin un novio o pareja?, entonces averigüé que existía la inseminación asistida, entonces me puse en campaña de formar mi propia familia, y así llego Zoe.

Me quedo observándola, me maravilla que cuenta todo esto, sin siquiera se le humedezcan los ojos, esa fortaleza, me hace admirarla mucho más, ahora puedo entender muchas de sus actitudes, y me encuentro con el arduo camino de poder ganarme su confianza. Levanto mi copa y le señalo a ella para que haga lo mismo.

- brindemos por esos hombres que me dejaron el difícil camino de conquistarte. Pero te voy a decir algo Emma Veron, no hables del amor no correspondido en presente, porque yo llegue a tu vida, decidido que todo eso quede en el pasado