Amor en Éxtasis

Rogelio. – ¡Cristina está detenida armo un escándalo en un bar… voy por ella…!

Jessica. – ¡Ya se había tardado, necesitas darle un escarmiento…!

Rogelio. - ¡No puedo dejar que pase la noche ahí…!

Jessica. – Te aseguro que no le va a pasar nada malo, a parte te van a echar en cara que hayas ayudado a tu hija…

Rogelio. – ¡Pero…!

Jessica. – Yo mañana temprano voy por ella, deja que pase ahí la noche, te aseguro que no le quedaran ganas de armar algún otro escándalo, así que duérmete que mañana me encargo yo…

Había tenido una noche algo inquieta habían pasado muchas cosas por mi cabeza lo que me había hecho tan solo dormitar, y entre más lo había pensado más me convencía de que había que emprender el vuelo, quería y sentía que era una necesidad la de alejarme de ahí por un tiempo, estaba por terminar la prepa así que era el momento indicado, pues a pesar de que las cosas habían salido bien, ese entorno me hacía sentir agobiado, por todo y de alguna manera sabía que tenía que huir de Fernando, si bien era alguien muy importante para mí y sentía un cariño especial por mi tenía miedo de enfrentarme a esa parte de mi vida que no sabía, y esa noche estaba muy presente en mí, no sabía o no quería saber que el placer no debe ser motivo de vergüenza, y si bien mamá estaba feliz con Eduardo y Carolina aceptaba los galanteos de Iván, yo me sentía fuera de lugar tal vez era una forma de evadir la realidad, supongo era más fácil hacerlo así, que era más fácil seguir confundido.

Alejandro. – Má necesito hablar contigo…

Valeria. – ¿Porque esa seriedad, ocurre algo, te pasa algo…?

Alejandro. – Quiero irme de aquí… irme con la abuela al menos por un tiempo aparte está sola y hace rato que no vamos.

Valeria. – Lo sé y cada vez es más difícil convencerla de que nos visite, ¿pero a que te refieres por un tiempo? ya casi terminas la prepa y tienes que ver lo de la universidad…

Alejandro. – Puedo iniciar allá la universidad, o ponerme a trabajar

Valeria. – Prefiero la universidad, pero me tomas de sorpresa, ¿no pasa nada malo verdad… no te están molestando o amenazando por parte de ese tipo…?

Alejandro. – No Má, nada de eso, ya no soy aquel mocoso miedoso e inseguro… aparte ahora que regreso a clases Érick es como tener un, guarura, no haya como agradecer lo que has hecho por Sonia, sus vidas han mejorado…

Valeria. – Es una buena mujer, trabajadora responsable y de hecho la puse a estudiar la secundaria abierta, y tengo pensado ayudarla con la prepa, está en ella, que pueda ofrecerle algo mejor en la hipotecaria, pero eso es punto y aparte me tomas de sorpresa que quieras irte, pero no puedo detenerte, sabes que mientras viva siempre voy a estar contigo y con tu hermana… ¿ya hablaste con tu abuela…?

Alejandro. – No aun no primero quería hablarlo contigo.

Valeria. – ¿Y tu padre…?

Alejandro. – ¿Crees que sea necesario? ¡otra vez se volvió ausentar y es cansado es como rogar por su cariño… es como si Caro y yo no existiéramos…!

Valeria. – La verdad es que no tengo nada que bueno que decir, por eso prefiero omitir que pienso, de él, pero sería bueno que lo pienses y que en ti no quede mi amor… ven dame un abrazo…

Cristina. – ¿Tu que carajos haces aquí, como es que me dejaron toda la noche aquí…?

Jessica. – ¡Si buenos días Cristina! ¿cómo estás? ¡yo muy bien! ¿y tú…?

Cristina. – ¡No estoy para tu sarcasmo, no ahora que siento que la cabeza va a reventarme! ¿dónde está mi padre…?

Jesica. – En un desayuno con la cámara de comercio y por obvias razones es que no está aquí para sacarte de este agujeró querida, Jajaja lo que diera por tener una cámara fotográfica en este momento, ups mi celular tiene una, ¡quieres sonreír querida…!

Cristina. – ¡Estúpida no voy a permitir que te burles de mí, no sabes quién soy yo…!

Jessica. – ¿Estúpida Jajaja? ¡no soy yo la que está detrás de esta reja! no estás en condiciones de amenazarme, ¡porque eres tú la que no sabe quién soy yo! no tienes la menor idea, así que más vale que te controles y dejes de hacer escandalitos tan vergonzosos como el de a, noche…

Cristina. – ¿Y eres tú la que me habla de vergüenza? ¡acaso es que la conoces o para ti es muy decente ser la amante de mi padre…!

Jessica. – ¡Jajaja que estúpida eres Cristina! ¿en verdad crees que puedes ofenderme con eso? madura querida, ¿crees que si tuviera vergüenza estaría donde estoy ahora? Pero linda no te preocupes por eso, voy a dejar de ser la amante de tu padre…

Cristina. – ¿Llego acaso un mejor postor…?

Jessica. – No. Aun no llega, cuando llegue tenlo por seguro que no dudare en votar a tu padre… pero en este momento lo que más me conviene es él, será que tu cabecita puede darse una idea del poder que va adarme ser la primera dama de Zacatecas…

Cristina. – ¿Que estás diciendo…?

Jessica. – ¡Que voy hacer tu madrasta querida…!

Cristina. – ¡Estás loca si crees que te lo voy a permitir maldita…!

Jessica. – Jajaja querida no te estoy pidiendo permiso, voy a casarme con tu padre te guste o no y va hacer en grande, así que te recomiendo no insistas en meterte conmigo… no sea que vayas a terminar como tu madre….

Cristina. – ¿Que estas insinuando maldita… que contéstame…?

Jessica. – Nada que no sepamos tu y yo, como todo mundo, que era una alcohólica no sea que la historia vaya a repetirse contigo…

Cristina. – ¡Maldita loca… maldita loca…!

Jessica. – Si. Y más vale que no me provoques, más vale que dejes de darme problemas, porque no voy a poner en riesgo la candidatura de tu padre y menos mis intereses, la fianza ya está pagada, a fuera te espera un chofer para que te lleve a tu casa, hasta pronto querida…

Cristina. – ¡Maldita perra…!

Realmente no sabía que tan bueno era eso de irme, pero sentía que no tenía opción, aun hoy en día no sé, si lo único que estaba buscando era huir de todo y de todos, huir hasta de mí, con la intención de que aquel Alejandro Rey, el inseguro el miedoso, aquel pobre que tenía que hablar con su almohada quedara de una vez y para siempre en el pasado, o de enfrentarme al que era hoy a ese Alejandro de aquella noche con Fernando. Siempre había sido un cero a la izquierda, siempre había pasado inadvertido, siempre había sido invisible, al grado que nadie sintió alguna atracción por mí, y de pronto me sentía abrumado por las atenciones de Fernando, ante aquellas palabras que taladraban mi cabeza una y otra vez “TE AMO” que carajos era eso, no sabía que era menos que yo pudiera gustarle a alguien, si toda mi vida me la había pasado huyendo de todos, nunca me había fijado en algún chico y menos en una chica.

Pero sabía lo que era experimentar una er\_ección, al sentir las manos del urólogo y que decir de mi primer beso, aquel beso, el cual mentiría al decir que no me gusto, como negarlo si nunca me habían besado, pero como saber si estaba bien o si estaba mal, por eso es que en el fondo de mi ser sabía que tenía que irme, tenía que aclarar mis ideas y mis pensamientos.

Alejandro. – Te das cuenta que siempre que venimos a la alameda compramos helado combinado con fresa y chocolate.

Oscar. – No solo son tus sabores preferidos, si no los míos también, no podrás negar que no te pareces a mí.

Alejandro. – Si lo sé, y me trae buenos recuerdos estar aquí como cuando veníamos con los, patines y la bicicleta.

Oscar. – Son recuerdos que siempre voy a llevar en mi corazón, tú y tu hermana son muy importantes para mí.

Alejandro. – ¿Qué tan importantes? porque, bueno no es una, ni dos, ni tres veces la que nos dejaste plantados, has sido un padre muy ausente.

Oscar. – ¡No ha sido fácil la relación con tu madre y…!

Alejandro. – ¡Ni se te ocurra decir algo de mi madre ella siempre ha estado ahí y no puedes ni siquiera insinuar que te prohíbe vernos!

Oscar. – ¡Hijo en verdad los amo con todo mi corazón!!

Alejandro. - ¡No parece papá!