Soy huérfana desde los 6 años, y ahora que estoy apunto de cumplir los 18 años, las cuidadoras me vendieron en matrimonio. Mi nombre es Rouse y fui obligada a casarme con el único hijo de Mrs Hassan... Pero hay algo que no saben... Tengo cáncer en etapa terminal.
NovelToon tiene autorización de leudimar seijas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
El primer beso
Cristian
No he podido sacarme de la cabeza esas palabras desde que las mencionaste, porque tú supiste que me querías antes de que yo si quiera pudiera comprender lo que por ti estaba sintiendo.
Y debo decir que me dí cuenta que te amaba cuando llegué esa noche a casa y no estabas, le pregunté a Clara qué había pasado contigo pero me dijo que fuiste a buscarme, y yo sólo pensaba "¿Acaso se fue?"
No podía ser ¡Claro que no podía ser! Así que te esperé al día siguiente y no volviste, entonces decidí buscarte por la Ciudad hasta que encontraron tu teléfono... El que me prometiste que llevarías contigo. Ese día cuando llegué a la casa rompí todo lo que había.
Me descontrolé, pensé lo peor, no podía dormir sin ti, sabiendo que estarías en las calles sola, con frío y sin yo poder hacer nada. No entendía por qué habías tomado la decisión de abandonarme.
Sólo pude encontrarte porque esa anciana salió buscando ayuda, decía que "jovencita" necesitaba un hospital y da la casualidad que mis guardias estaban buscándote por allí, cuando me llamaron algo en mi pecho me dijo que estarías ahí.
Les dije que esperaran a qué yo llegara, y llegué en un instante, y cuando la anciana nos llevó hasta a ti, y te Vi toda llena de sangre, desmayada y pálida... Todas mis malditas pesadillas se hicieron presentes, pero no me paralice.
Corrí a tomarte entre mis brazos y te decía "Aguanta, Rouse". Y te metí en la camioneta, cuando llegamos a la clínica sólo dejaban pasar a tus familiares, y cuando les dije que no tenías ninguno... Les dije que eres mi esposa.
Entré a la clínica contigo en brazos y te acosté en la camilla, y te llevaron corriendo... Yo sólo m quedé en recepción con las manos en mi cien, y minutos después tenía a mi padre y a Clara conmigo allí.
Sí tienes personas que te aman, Rouse. Estábamos todos allí, preocupados... Esa noche el doctor salió y nos dijo que habías tenido una hemorragia severa de la cuál perdiste mucha sangre, que necesitabas una transfusión.
Todos nos hicimos las pruebas para saber quién era compatible, y la única fue Clara. Ella se ofreció a donarte sangre para que te recuperaras... Y así pasamos dos días. Estuve sin comer, sin beber y sin dormir esperando a que te despertaras.
Hasta que lo hiciste, y cuando pude verte estaba tan emocionado, pero al ver cómo te escabulliste para alejarte de mí, mi corazón se rompió, y tampoco entendí tu reacción, ¿Por qué no estabas feliz de verme? ¿Acaso ya no me querías?
Pero eso no fue lo peor, lo más pesado fue cuando el doctor dijo que tenías Cáncer terminal... Allí conocí el verdadero infierno, ví hoyos sin fondo unay otra vez y mi desconexión del mundo fue tan profunda. La mujer que más he querido estaba al borde de la muerte.
Mi única esperanza es ese 20 porciento de vida que te dió el doctor, pero al final será tu decisión. Pero antes quiero que sepas todas las opciones que tienes antes de darte por vencida.
-Llevas mucho tiempo ahí sentado- Me dice Rouse. -Deberías dormir un poco- y abre los ojos.
-Estoy bien- le digo, y acaricio su pelo. -¿Cómo te sientes?- le pregunto.
-Ya no me duele la cabeza- me afirma.
-Cristian...- y veo que quiere preguntarme algo.
-Adelante, Rouse.-
-¿Cómo... Cómo me encontraste?- me pregunta nerviosa.
-Esa anciana buscó ayuda, se topó con mis hombres y así dimos contigo- es todo lo que digo.
-Siempre tan reservado, ¿Eh?- y me mira.
-Cuando llegué al refugio estabas toda llena de sangre, acostada en un pozo de sangre, pálida e inconsciente- y creo haber descrito todo.
-Y... ¿Cómo te sentiste?- Ah, allí es donde quieres llegar...
-Rouse, yo...- Hablar de ésto es difícil, pero supongo que ella necesita escucharlo. -Viví un infierno desde que te fuiste, y cuando te miré así, por un segundo pensé que habías muerto, me sentí roto, me sentí perdido- y frunzo el ceño al recordar aquello.
Ella no levanta su cabeza, sólo respira profundamente, así que yo aprovecho la oportunidad para también preguntar.
-¿Por qué te fuiste así?- y yo la miro a los ojos.
-Porque ya estaba cansada de llorar por ti- y al parecer ella no se dió cuenta de que lo dijo en voz alta. Pero igual siguió:
-Cristian, me hacías llorar, y te empezaste a comportar de forma extraña, así que ¿Yo lloraba en casa y tú te ibas de cita? Eso fue lo que necesitaba para darme cuenta de que no me... quieres- termina por decir.
-Rouse, yo...- pero me interrumpe.
-Porque sí, Cristian Hassan. Yo te quiero, y nunca he querido a nadie como te quiero a ti. Y no estoy dispuesta a compartirte con nadie, pero ya lo entendí así que...- y se calla. Y yo me siento conmovido.
-Rouse, dejam...- pero vuelve a interrumpirme.
-Cristian, todas las veces en las que lloraba por ti era porque hacías cosas que me lastimaban, ¡Verte con esa rubia! fue la gota que derramó el vaso para que...- pero ésta vez fui yo la que la interrumpí.
Me levanto y le tomo las mejillas para besarla. Sus labios se sienten tan fríos, pero empieza siendo un beso ligero, lo menos que quiero es asustarla, así que me aparto un poco para ver su reacción...
Ella abre los ojos de par en par, realmente no se esperaba eso, pero me tomó por el cuello y volvió a acercar sus labios a los míos para volver a besarnos. En seguida yo sentí una corriente eléctrica desde mi boca hasta mi columna vertebral.
Sólo el sabor de sus labios su lo suficiente para hacerme querer más, y por lo visto ella también, porque me besa con fuerza, y ya no sé por cuánto tiempo nos besamos, pero recibo una llamada en mi móvil y me separo un poco para quién es, pero Rouse fue más rápida y vio antes que yo: era Nidia.