Louis Warren é um solteiro convicto, não está em seus planos casar e muito menos ter filhos, com o que ele vê diariamente em sua profissão de delegado de polícia, ele acredita que o mundo está muito perigoso para criar crianças
Mas a sua vó não pensa assim, tudo o que ela quer é que o neto lhe dê bisnetos e que ele assuma o comando da empresa da família.
Diana Taylor é uma jovem doce e carismática, mora com o pai e o irmão, ela é faxineira em uma escola de crianças ricas, no mesmo dia em que é demitida conhece o delegado, que é obrigado pela sobrinha a lhe oferecer uma carona, mas os dois acabam indo parar no hospital por conta de um acidente da avó de Warren.
A senhora muito esperta se encanta com a doce Diana e decide bolar um plano para realizar o seu desejo em ter bisnetos, o problema é que o seu plano é um segredo, e eles só vão descobrir quando uma gravidez inesperada surgir.
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Capítulo 24
Warren
- Y vas a tener un trato diferente en el infierno, hijo de p#@% - digo, disparándole en la mano y haciendo que se le caiga el arma que sostenía al suelo, mientras el otro que lo acompañaba corre dejándolo atrás, no me importa mucho ese delincuentillo.
- Y estás jodido - dice el chico y me doy cuenta de que sonríe mostrando sus dientes de oro, es hijo de uno de los traficantes del barrio, en cuanto lo reconozco sé que Diana y su hermano no pueden quedarse aquí.
Le doy voz de prisión, sabiendo que en dos horas estará en las calles, pero es suficiente para sacarlos de aquí. Llamo a una patrulla que llega rápidamente y meto al chico llamado Taylor en mi coche, salgo disparado hacia su dirección, el chico se queda en silencio como si estuviera en estado de shock, y por lo que ha pasado, realmente debe estarlo.
- No recuerdo tu nombre Taylor - digo una vez que estacionamos pero no abro la puerta del coche - quiero que me vuelvas a contar qué estaba pasando allí.
- Querían que entrara a la tienda con ese arma y robara el dinero, soy menor de edad, me dijeron que no pasaría nada - dice asustado mordiéndose las uñas.
- ¿Y tú querías hacer eso? - le pregunto mirándolo fijamente para ver si dice la verdad.
- No, claro que no - afirma con sinceridad - pero llevaban días amenazándome, Diana no sabe esto y no puede saberlo, ella ya tiene demasiados problemas.
- Hablaremos después - advierto y él asiente, por supuesto que se lo contaré, ella se enterará de una u otra forma. - Desbloqueo las puertas del coche y miro mi reloj - tenemos veinte minutos para irnos de aquí antes de que vengan tras ustedes.
- ¿Có... cómo que irnos de aquí? - pregunta asustado siguiéndome, sin tiempo ni paciencia, no me detengo a explicarle nada.
- Podría hacer una llamada y mantenerlos a salvo, pero en estos tiempos tenemos que desconfiar hasta de nuestra propia sombra - expliqué mientras seguía subiendo las escaleras de dos en dos hasta el lugar donde ella vive.
- ¿Y por qué debería confiar en ti? - pregunta una vez que llegamos a la puerta de su casa, me vuelvo hacia él y sonrío, al menos el chico es listo.
- ¿Derek? - escucho la voz preocupada de Diana, corre y abraza a su hermano - ¿dónde estabas? ¿Te das cuenta de que desapareciste prácticamente toda la tarde? La señora Carmen estaba preocupada por ti, imagina cómo me sentí cuando llegué a casa y descubrí que no habías vuelto de la escuela.
- Peleas y sermones después, prepara una bolsa y vámonos, nos quedan dieciocho minutos - informo y solo entonces ella nota mi presencia y me mira con los ojos muy abiertos.
- Louis? - dice confusa - ¿qué estás haciendo aquí?
- No es lo que estoy haciendo aquí de lo que deberías preocuparte, Diana, sino de lo que está sucediendo - digo y hago una señal hacia el chico - ve a poner algo de ropa en una mochila, rápido.
- Dime qué está pasando, por favor - pide nerviosa.
- Cuando lleguemos a la mansión te lo contaré - advierto y le hago una señal para que siga y prepare sus cosas - por favor, Diana, confía en mí.
Ella me mira durante unos momentos y acepta, yendo a hacer lo que le pedí. No pasan ni diez minutos cuando estamos saliendo del apartamento y justo cuando estamos a punto de entrar en mi coche, me doy cuenta tarde de que tendremos un encuentro no deseado.
- Delegado, delegado - ET, como lo conocen, dice de forma irónica, es un traficante del barrio, pero no el jefe y el padre del desgraciado de hace media hora - tienes mucha suerte, hombre.
- Suban al coche - pido a Diana y Derek, quienes me miran asustados, mi hechicera parece no querer obedecer, pero ve algo en mi mirada que la hace ceder, ella y su hermano suben y luego me vuelvo hacia Everet - es una pena no poder dispararte, ¿no es, Everet?
- Oh, delegado, cómo me gustaría meter una bala entre tus ojos - dice sonriendo de manera diabólica, no siento miedo, no siento nada más que aburrimiento - estás del lado equivocado de la ciudad.
- Y tú te has perdido en el camino de vuelta a casa - me burlé y luego de inmediato completo - el infierno está más abajo, nos veremos allí.
- Pronto delegado - dijo acercándose lo suficiente como para que pudiera oler la marihuana - el lado protegido de Lorenzo es otro, te respeto lo suficiente como para permitir que salgas de aquí con ellos.
- No, en el fondo tienes miedo de mí Everet, y es bueno que lo tengas, estoy muy tentado de mandarle un mensaje a tu esposa en la cárcel - ironizo y él toca su arma en la cintura, sonrío sabiendo que no tiene coraje - vamos, toma el arma y aprieta el gatillo.
- Desgraciado - gruñe conteniéndose para no avanzar sobre mí y yo me río - en cuanto esa perra pise el barrio de nuevo, me la follaré en tu honor, si hubiera sabido que ella era tu protegida, lo habría hecho hace mucho tiempo - se ríe - ese trasero suyo debe ser delicioso.
- Voy a invadir este lugar de mierda y te mataré a ti y a tus malditos secuaces uno por uno - gruño en su oído después de acercarme para que Diana y Derek no nos escuchen - no intentes nada, Et.
- ¿Y el chico? - pregunta alejándose.
- Será liberado en unas horas, pero si fuera por mí, podría pudrirse en la cárcel - digo y me alejo.
- No vuelvan, delegado - grita y lo ignoro, volviendo a mi auto y saliendo de inmediato, es como dije, la justicia es falible, o aprendía a vivir entre ellos o me volvería loco y moriría demasiado pronto.
Y es por eso que conozco a cada traficante que ha cruzado mi camino, los he investigado, sé el punto débil de cada uno, desearía hacer justicia con mis propias manos, sacarlos de las calles, pero tendría que matar a mucha gente y ese peso, desafortunadamente, tal vez no podría soportarlo, porque en el fondo no soy el villano.
Además, si lo hiciera, tendría que matar al hermano de mi mejor amigo, el hecho es que son los jefes de los jefes, pero no es nuestra proximidad lo que hace que los traficantes me respeten. Es porque soy bueno en lo que hago, ellos lo saben, respetan mi autoridad, a pesar de que nuestros encuentros son un poco calurosos.
- ¿Quién era ese hombre? - pregunta Diana, ni siquiera miro a sus ojos para no ver el miedo en ellos o me volvería loco.
- El gerente del traficante del barrio - responde Derek, me pregunto cómo conoce a estos tipos.
- ¿De dónde los conoces, Derek? - pregunta asustada - oh Dios mío.
- Diana, cálmate, recuerda que ayer te sentiste mal - pido y ella asiente - en la mansión hablaremos.
Fuimos en silencio, envié un nuevo mensaje a John y Brandon para que prepararan a mi abuela, porque con la repentina llegada de Diana, seguramente se preocuparía.
Solo que no podía llevarlos a mi casa sabiendo que lo mejor para ellos era quedarse aquí.
Pienso en lo que acaba de suceder y jódanse, voy a protegerlos.
(síganme en Instagram, Autora.hinik01)