Una pareja misteriosa, ambos no saben nada del otro, solo se ven por temporadas para estar juntos, ella entrena con la Fuerza elite de la emperatriz de Thaslis, el entrena con los caballeros del Ducado del Oeste de Terán, podrán ellos estar juntos, o se tendrán que separar.
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Deseo
Mime ha estado entrenando en el bosque, está distraída y siente un vacío, Max ha estado con ella desde los 10 años y ahora él se ha ido, no solo eso no ha visto a John y también lo extraña.
-Bu... Que haces
-Por qué estás llorando?
-Pense que te habías ido...
-Si fui con el capitán al Ducado, que paso?
-Max se fue, encontró una familia.
-Bueno no se podía quedar contigo toda la vida.
-Si gracias por decirlo así...
-Deja de estar triste, te traje dulces.
-Si, si quiero, oye mime, tu cuando terminas tu entrenamiento?
-En un año aproximadamente, por qué?
-No por nada.
-Vamos a montar un rato...
Ambos salen a todo galope, los dos han crecido en esos bosques, jugando y entrenando, paran en lo alto de la montaña y ven el atardecer.
-Pasa algo John? Te noto triste, tu madre está bien.
Si ella está bien, su enfermedad no tiene cura, Pero por el momento se encuentra bien
Ella toma su mano para consolarlo.
-Lo siento mucho... No sé qué decirte.
-Solo sigue tomando mi mano, con eso es suficiente.
Así pasan un rato en lo que el sol se oculta, después ellos van de regreso, la lluvia los sorprende y es muy fuerte.
-Mime despacio, te puedes caer, rayos!! La lluvia es muy fuerte.
-Falta poco, vamos!
Ellos llegan a la cabaña de Mime, solo ponen a los caballos seguros de la lluvia y entran.
-Estamos empapados.
-No es correcto que esté aquí.
-Acaso no ves la tormenta, iré a cambiar mi ropa, veré qué tengo para ti.
Afortunadamente, mime tiene camisas y pantalones un poco grandes, al salir le dice a John que entre.
-Pondré té.
-Si
El entra un poco apenado, se baña y se cambia
-Gracias, tienes galletas?
-Lo dudas ja, ja, ja, ven come conmigo.
John solo la ve que sirve el té, se ha puesto un vestido, su cuerpo ya no es de aquella niña y él solo voltea hacia otro lado, como puede estar pensando en eso.
Sin que sé dé cuanta mime le toca la frente y quedan frente a frente.
-Que haces?
-Te has puesto rojo, pensé que tenías fiebre.
Jhon al tener los sentidos más desarrollados, siente el latido del corazón de Mime, su aliento, el aroma de su piel.
-Mime alejate un poco, por favor.
-Bien, deberíamos dormir, solo hay una cama así que nos toca compartir.
-No, estás loca yo me quedaré aquí, solo dame una manta.
Mime le toma la mano, yo confío en ti, eres mi amigo desde los 10 años, mi confidente, crees que traería aquí a cualquier hombre, no, tú eres importante para mí, yo confío ciegamente en ti, incluso has entrenado conmigo.
-No deberías decir eso, ya no somos dos niños tú eres muy bonita.
-Solo vamos a dormir.
-Bien
ambos de las manos van al cuarto, mime le da otra manta, ambos tardan un poco en dormir, solo el sonido de la lluvia logra relajar a John.
En la madrugada despierta y ve a Mime dormir, solo quita el cabello de su rostro, la ve y la pone sobre su pecho, su aroma es único para él.
-Quisiera poder confiar en tus palabras, pero te vas a ir **Y si ellos tienen razón y solo disfruto del momento del poco tiempo que nos queda, podré dejar que se vaya si eso sucede**
Mime solo se acomoda y sigue durmiendo, estar así también hace que ella se cuestione por primera vez si quisiera tener una relación, una familia, ella creció con el sueño de ser fuerte como su madre.
Al despertar Mime está sobre John, lentamente intenta levantarse, Pero John la jala hacia él.
-Intentas abandonarme.
-Ja, ja, ja, no intentaba que siguieras durmiendo en lo que preparo para comer.
-Solo un momento, quédate aquí, déjame estar un poco más a tu lado.
Mime solo acepta el abrazo, ella también lo abraza.
-Mime, nunca has pensado en casarte.
-Este... si te soy sincera no, vine aquí con un sueño y no me he cuestionado lo del matrimonio.
-Si te pido que lo pienses lo harías.
-Me pides que piense en que nosotros tengamos un matrimonio?
El se gira y se queda frente a ella.
-Si, tú dices que confías en mí.
-Y si digo que no.
-Podemos seguir así.
-Así?
-Mime me gustas, he dormido en tu cama, si me dices que tú no me estás mintiendo por qué tu corazón late, tu voz ha cambiado.
Mime traga en seco porque él tiene razón.
-Si digo que no que harías.
-Aceptaría tu decisión, sabes que un día en esta cama pasará lo que deseamos.
-Yo...
Mime deja de hablar al sentir los labios de John, un beso torpe, Pero ella no se mueve, al sentir los labios ajenos una sensación que jamás ha sentido recorrer todo su cuerpo.
John se controla y deja de besarla, ha decidido estar con ella aunque solo sea por poco tiempo, si solo así puede tenerla así será.
-Perdon pero no pude controlarme más
-Si ya lo noté, solo dame tiempo si, esto es nuevo para mí.
Ambos desayunan juntos y John se despide con un beso en la frente, ella se queda pensando.
-Creo que a mí también me gusta -Suspira-
Así pasan un tiempo, salen como siempre Pero la diferencia es que ahora se toman de las manos cuando se encuentran en el bosque.
En la capital después de unas semanas un carruaje llega a las puertas del palacio, el Barón Noah baja de su caballo para ayudar a la dama que llega.
-Wao! El palacio es enorme, la ciudad también.
-Lemira! -Hunter llegaba para abrazarla sin importar que todos estén ahí-
-Majestad, tus modales -Le decía ella-
Que es seria con todos, pero al ver a Hunter ella sonríe, gesto que Aina nota de inmediato, ella será una buena esposa.
-Perdón, gracias por venir.
-Tenía que, el ministro pidió mi presencia.
-Ven vamos.
Lemira saluda a los Emperadores, a Lisa que también está ahí, ellas poco a poco han logrado una amistad, Lisa ha olvidado aquella Lemira de su visión.
Hunter la toma de la mano para llevarla a su cuarto, todos en el palacio los ven y por fin la conocen, los documentos han llegado, el gran duque los ha firmado, el ministro los trajo, solo pidió la presencia de Lemira para asegurarse que esta bien.
Al día siguiente Lemira entra a la sala donde el ministro está de espaldas, al darse la vuelta ella se alegra y corre para abrazarlo.
-Tio!, perdón Ministro.
-Estas muy bonita, tan parecida a tu madre.
-Pero como?
-Le pedí un favor a la reina y ella aceptó.
El tío de Lemira es hermano de su madre, es el único pariente de sangre que tiene.
-Gracias por venir.
-Así que serás la prometida del príncipe, estás segura.
-Si, te juro que lo estoy.
-Te veo y veo a mi hermana, el destino quiso que tú sobrevivieras, ten te traje lo que le pediste al duque.
De un baúl ella saca un vestido de novia, fue el vestido de su madre que por suerte fue conservado, ya que su boda fue en la región de dónde era ella.
-Es hermoso, gracias.
-De nada, en la mansión aún está el cuarto de tu madre, tenía la esperanza que el duque te dejará vivir con nosotros, pero era muy peligroso, sobre todo por qué mi esposa después de su último embarazo no pudo volver a convenir.
-Lo entiendo, aun así gracias.
-Lemira vivirás en el sur, tu boda está planeada para cuando el príncipe salga de la academia, hasta entonces permanecerás aquí.
-Heee! Por qué?
-El ducado Parker es muy importante, es el Ducado de la familia de la emperatriz, Hunter no solo será el duque, comandará la flota, debes saber que tú cómo su esposa debes tener todos los conocimientos para ayudarlo.
-La baronesa me ha contratado tutores, incluso la emperatriz ha mandado algunos.
-Si, también debes conocer a la nobleza, socializar con ellos.
-Ese pequeño detalle se me había olvidado, no soy buena hablando con la gente.
-Por eso la emperatriz te ayudará, solo no olvides, nadie puede insultarte o hacerte sentir menos, por eso la reina te mando esto.
Lemira Lee con atención, está sorprendida.
-Pero como?
-No puede regresarte tu nombre, Pero si el título, serás la Princesa Lemira Armstrong, no bajarás la cabeza ni siquiera ante los emperadores, ellos son buenas personas, aun asi hay uno que otro noble que no quedo muy de acuerdo con el compromiso.
-No se que decir, le mandaré una carta agradeciéndole.
-La reina no solo mando eso, mando también las joyas de tu madre y algo más importante.
Lemira abre una caja y son unas argollas.
-Son las de mis padres?
-Si, la ex reina guardo todo en la bóveda, como sabes ellos están fuera de mausoleo del palacio, he pedido permiso para llevarlos al este, no quiero que sigan en un lugar indigno, ellos no fueron traidores, la reina autorizó el traslado, los llevare a casa.
-Mis padres tendrán una tumba -Lemira lloraba, pues por considerarlos traidores, fueron excluidos del mausoleo familiar-
-Sí, tendrán una tumba en mi territorio, no te preocupes, me llevaré a todos.
-No pude llevarles flores, tal vez algún día.
-Algún día... Tú solo sé feliz, vive tu vida junto a él, que se ve que te ama.
-Gracias.
Lemira está feliz, este día fue el mejor que ha tenido.