Maldito Valentín

De las frases hermosas que pueden existir, hay una que representaba todas las emociones que Valentín sentía a medida que se acercaba a esas personitas que hacían latir su corazón descontrolado.

“Algunos caminos hermosos, no se pueden descubrir sin perderse”

Valentín apretó sus manos dentro de los bolsillos, sintiéndolas sudorosas, había encontrado su camino, ese esplendoroso lugar donde hay calma, aun en el caos y se sentía pleno, después de mucho tiempo.

Fue inevitable para él no esbozar una sonrisa al ver como su pequeño subía sobre el flaquito y agitaba los cabellos platinados provocando un descontrol,

-Es muy inquieto- susurro emocionado.

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-Tu pequeño demonio, deja mi peinado en paz, me costó toda la mañana verme genial- Tim reía por lo alto, tomando a Liam en sus brazos para hacerles cosquillas.

Lía estaba frente a ellos riendo sin percatarse que detrás una figura conocida se acercaba con seguridad

-Oh carajo- soltó el platinado abriendo sus ojos, al ver a Valentín a unos pasos.

-Tim, no digas eso- la joven mamá lo reprendió- después Liam repite todo.

El flaquito no hablo solo la guio con el mentón, aun sintiendo el cuerpito de Liam subiendo como monito sobre él, sin darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor

Ella volteo con lentitud, como si entendiera a la perfección el gesto de su amigo y respiro profundo llenando al máximo sus pulmones.

Justo a unos pocos pasos, estaba Valentín, aun con su traje gris oscuro, ese que llevo a la reunión un par de horas atrás.

Trago saliva, rápidamente se puso de pie, sacudió su cómodo pantalón y camino decidida a su encuentro. Él parpadeó varias veces, Lía no tenía maquillaje y su piel resplandecía con el sol.

-No puede verse tan jodidamente bien- dijo para sí y trato de mantener su postura firme al verla dirigirse a él

-¿Qué haces aquí?- pregunto, entre nerviosa y ansiosa

-Quería verlo, firme el acuerdo, te juro que no quiero hacerle daño, el… trato de explicarse, pero las palabras de ella lo congelaron

-Gracias- sonrió con suavidad y él se deshizo al momento

-Doblemente idiota- se insultó mentalmente\, ella siempre estuvo para él y solo cuando la perdió lo entendió

-A ti, por dejarme verlo… lo lamento Lía- dio dos pasos acortando la distancia, para perderse en ese oscuro brillante que lo veían sin malicia-

-Liam, esta con…

-Hola- la vocecita los sobresalto

Valentín bajo la mirada, sonrió y sin pensarlo bajo a la altura del pequeño.

Lía miro a Timothy, este se encogió de hombros y gesticulo con un lo siento, ella solo asintió, conocía a ese terremoto, nadie podría contenerlo si quería algo.

-Hola Campeón- la mano de Valentín despeino el cabello suave, de Liam que carcajeo

Ella apretó sus labios conteniendo la emoción, al ver la imagen de estos dos en su pequeña burbuja, su dulce bebé no se enojó, por como lo llamo su papá y se veía feliz.

-Te conozco- aseguro Liam y se acerco al rostro de su papá- sabes, mi amigo Rogelio dice que las almendras no son malas, pero ¿cierto que los son? - sus ojitos color miel se abrieron grandes, esperando la confirmación de su salvador

-Tu amigo Rogelio...- Valentín iba a soltar un improperio, y Lía lo detuvo aclarando la garganta en señal de advertencia- esta equivocado, pero debes entender que a veces la personas piensan diferente- la voz salió profunda, pero con un toque de dulzura-

-Sí, mami me lo dice siempre, Rogelio es terco- aseguró y en aquella sonrisa pícara apareció un pequeño hoyuelo, sin duda marca Lacrost

Valentín se babeaba por tan tierna figura frente sus ojos, era la primera vez que le explicaba algo a su hijo y lo había hecho bien.

-Tu ¿Cómo te llamas? ¿Qué eres con mi mamá? - y con esa pregunta se activaron los celos Anderson y Collins a nivel 100- entrecerró los ojitos

Lía mordió sus labios, prefiero no intervenir.

-Me llamo Valentín y soy…  rápidamente elevó el rostro viendo los ojos suplicantes de ella- un viejo amigo, ¿puedo ser tu amigo?

Liam lo vio por unos segundos y cruzó los bracitos en el pecho, parecía escrutarlo con la mirada- tengo muchos, pero puedo hacer un espacio

Tim carcajeo, para ese momento, se había acercado cuando observo el ambiente más calmo. - Liam se amable-

-Tío solo soy sincero, eso es importante, dijo la abuela Lulú- afirmo extendiendo la mano en dirección de Valentín que lo vio sin entender

-Acepto. ¿y tú?- pregunto animado

-Por supuesto- Valentín tomo la manito y una cálida sensación recorrió su cuerpo.

Seguía sin creer que ese niño era parte de él, era demasiado hermoso para ser cierto, podía verse en esos ojos, pero la dulzura y autenticidad era sin duda el sello de Lía.

-Bueno en ese caso vamos a jugar, mi balón está ahí- señalo- se acerco a Valentín y con su manito cubrió los labios haciendo el intento de susurrar- el tío Tim no sabe jugar, pero no le digas, se pone triste- formo un pucherito gracioso

Tim y Lía se hicieron los distraídos para no reír. Valentín forzó un rostro serio aguantando las ganas también, al ver la seriedad de su hijo

-Entendido, vamos- se puso de pie, y sintió la manito pequeña sosteniendo la suya

-Vamos Valentín, tú la lanzas y yo busco, no creo que tú puedas correr mucho tampoco- hablo relajado jalando a su papá.

El abrió y cerro la boca como pescado fuera del agua, ese mocoso lo había tratado de viejo sin ningún tapujo.

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Una hora había pasado, y el dolor en la barriga de Tim le recordó que tenían que almorzar, pero cuando vio a su amiga, suspiro y negó

- Lí\, no lo hagas.

Ella veía la imagen a lo lejos con una enorme sonrisa y sus ojitos brillantes mostraban aquel sentimiento oculto por años.

Valentín corría detrás de Liam tratando de arrebatarle el balón, la camisa blanca estaba arremangada hasta los codos y la corbata descansaba en el césped a pocos metros junto con el saco. La risa de esos dos se escuchaba fuerte y clara, llenando cada poro de ella, con una alegría indescriptible. Su pequeño recupero aquella figura que le negó por seis años.

-¿De que hablas?- la mano acomodo el cabello detrás de la oreja y se removió incomoda al saberse descubierta.

-Te conozco, él tiene pareja y por lo que dijiste, va a casarse- hablo pausado y extendió su brazo para cobijar el pequeño cuerpo de Lía que solo asintió- No quiero que salgas lastimada, no es justo.

-Te quiero Tim, no te preocupes, sé que Valentín solo quiere a Liam en su vida- la voz salió firme a pesar del dolor en la boca de su estómago.

-Por fin encuentro a mi belleza- la voz ronca, hizo que Lía volteara y sus ojos brillaron llenos de emoción

-¡¡Osher!!- grito y de un salto corrió en dirección de un hombre muy diferente al que conocía

Valentín busco el balón, pero ese nombre lo congelo en el lugar, volteo a ver, sus manos apretaron aquel cuero ovalado, la respiración se agito; y sus ojos parecían salirse de orbita cuando la mano grande, dio dos golpecitos en el trasero firme de Lía que carcajeaba rodeando con sus brazos, a un hombre de traje azul.

-¡¡Tío!!- grito Liam y corrió con todas sus fuerzas

-¿Dónde está mi pequeño?- Osher se puso de cuclillas y abrió los brazos para cubrir el cuerpito de Liam.

-Su pequeño, que le pasa a ese idiota, ese es mi pequeño- mascullo enfurecido y el balón cayó al suelo, dio varias zancadas en dirección aquel tipo que venía a reclamar lo que no le pertenecía.

Osher se puso de pie con Liam en brazos y con el otro atrajo el cuerpo de Lía que lo vea feliz

-Quiere morir- pensó Valentín furioso

-Lacrost, pero mira que coincidencia- Osher bajo con cuidado a Liam y extendió su mano, al ver como se acercaba el empresario.

Valentín vio el gesto y aunque lo único que deseaba era darle un golpe certero, por tocar a sus personas, se contuvo y saludo forjando una falsa sonrisa

-Hola, ¿Qué haces aquí? - interrogo fastidiado, se preguntaba cómo se ese tipo llego a Milán y tenía esa relación con Lía y su hijo

-Bueno, vine por mi amorcito, ya sabes el amor mueve montañas- subió y bajo las cejas divertido, nada le provocaba más placer que ver el rostro desfigurado de quien estaba frente a él tratando de fingir amabilidad

-Ah- fue lo único que salió de los labios del empresario que rápidamente clavo sus ojos en Lía que no lo registro por ver a ese morenazo guiñándole un ojo.

-El tío Osher, ama mucho al tío Tim- hablo orgulloso Liam y ese fue el perfecto balde de agua fría.

Valentín por poco se ahoga con la saliva, cuando observo como Tim se acerco y dejo un casto beso en los labios de Osher que lo recibió feliz

-Oh, ¿ustedes? - los señalo- ¿Son novios? - preguntó sin poder disimular su felicidad, rápidamente sus dientes perlados se mostraron en una amplia sonrisa

Tim inclino la cabeza, sorprendido por la actitud

Acaso se puso celoso– pensó

-Esta belleza es mi esposo- Osher atrajo al flaquito contra su pecho, y dejo un beso sonoro en la mejilla

-Ey, no soy tu esposo- salto Tim alejándose un poco- aun no acepte- aclaro elevando sus cejas

-Tarde o temprano tendrás que hacerlo cariño, supéralo, eres mío- hundió la nariz en el cuello de su pareja, haciendo cosquillas.

-Mami, tengo hambre- interrumpió Liam que después de quedar quieto sintió su pancita rugir

-Claro amor, vamos a la casa, ¿chicos quieren acompañarnos? - pregunto a los otros dos, ignorando sin intención a Valentín que ya tenía la respuesta en sus labios

-No podemos cariño, debo acompañar a este brabucón a una reunión de trabajo- respondió Tim con pena

Osher en los últimos años se incorporó a la empresa de productos alimenticios de su padre, y sus días de chico rebelde quedaron atrás- La marca era reconocida a nivel internacional por lo que viajar era uno de los pasatiempos que la pareja más amaba hacer a pesar de trabajar.

-Bueno en ese caso...- Lía se encogió de hombros

-¿Valentín almuerzas con nosotros?- pregunto Liam viendo con sus ojitos al hombre más entusiasmado del mundo.

-Cariño, no creo...-Ella intento persuadirlo, pero el empresario se adelanto

-Sí, me encantaría, ¿pero que dicen si los invito almorzar fuera? - preguntó entre feliz y acelerado

Lía trago saliva, Tim y Osher solo veían la escena divertidos

-Debemos cambiarnos y Liam está sucio, tal vez otro día- quería salir de esa situación tan incómoda, no se creía capaz de soportar un almuerzo de tres.

-Mami, por favor, me baño rapidito y vamos, si, por fa, siii- rogo juntando sus manitos

-Vamos mami, di que si-  Valentín la vio juguetón y Lía sintió sus mejillas calientes, gesto que el adoro.

-Lo odio, no puede verme así, ¡¡controla tus hormonas mujer!!-se reprendió

-Bien, vamos a la casa, para arreglarnos- acepto a regañadientes y Liam choco palmas con su papá.

Se despidieron de sus amigos y ella camino con Liam de la mano en dirección al departamento, Valentín los seguía feliz, como perro con dos colas, lo que no esperaba era la gran bienvenida de Cameron Anderson.

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