Julia jamás se imaginó lo caprichosa de la vida aquella noche. Un grupo de borrachos la persiguen, se esconde en el auto de un extraño provocando su ira. Como cereza del pastel, presa del miedo se lanza a los brazos de aquel hombre que sin saberlo convertirá su vida en un carrusel de descontrol. ¿Quieres saber en que termina? Entonces sumérgete en este intrigante relato, en donde los caprichos del destino están a la orden del día.
NovelToon tiene autorización de Francy Julieth para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 24
Las elecciones tienen caminos
Lo había dicho…. Enfrente de todo el mundo, jamás se me paso por la cabeza que su idea sería decirle frente a todo el mundo, sentí que empezó hacer mucho calor con todas las miradas bajo un mismo lente. Oía perfectamente los murmullos de todos, Sabi me miro confusa y preocupada. Nadie podía entender porque la señora Emma me había elegido.
¶
Mire a julia de reojo sintiéndome realmente preocupada, como era posible que la eligieran tan rápido, y por la señorita Emma. Yo también me había esforzado igual que julia para conseguir algo, sino me elegían hoy, saldría del grupo de actuación para el drama. No era justo… Julia advirtió mi mal estar, y poso una mano en mi hombro con una leve sonrisa.
—No te preocupes, estoy segura que también te elegirán —dijo guiñándome un ojo.
¶
Esto ya era la punta del iceberg, ¿Cómo era posible que la inepta de Emma escogiera a julia? Resople con rabia, al ver como mi plan se había truncado. Estaba a punto de sacar a julia de patitas a la calle donde pertenece, y resulta que la miserable tiene más suerte de lo que imaginaba. A saber, que le abra dicho para convencer a Emma, como detestaba a los metiches mosquitas muertas, murmure para mis adentros mientras le lanzaba una intensa mirada de disgusto a Emma. Mire a la estúpida de julia y a su lado estaba lo que parecía ser su amiga. Sonreí levemente satisfecha pensando en algo mucho mejor. Eché una ojeada al reparto dije.
—Me gustaría escoger… A la señorita Sabrina Díaz —Sabi alzo su mirada ilusionada hacia Helena, y luego me miro a mi tomando mis manos con alegría. Mi sonrisa se borró llenándome de preocupación, quería decirle a Sabrina que no tomara el papel, pero eso sería arruinar su felicidad. Esa mujer no era trigo limpio, no confiaba en ella. Nerviosa de toda esta situación, me levante de mi asiento y proteste con fuerza.
—¡Sabrina no puede ser elegida por Helena! —propine mirando a Helena. todos se quedaron en silencio dejando un aire tenso en el teatro.
—Pero… Como te atreves a ser tan egoísta con tus compañeros, te acaban de dar una gran oportunidad, ¿Por qué no permites que tu amiga también tenga la misma oportunidad? —negué con rapidez en silencio, sin querer dar esa impresión. Claro que quería que tuviera una oportunidad, pero no con ella. Miré a Sabrina con preocupación de que creyera algo que no es, pero la vi recular su mirada confusa y dolida de mi persona. Me senté de nuevo a su lado con rapidez, y tomé sus manos, pero ellas las retiro.
—Sabrina, escúchame, no es lo que…
—Sabrina, cariño, necesito que tomes una decisión al respecto —dijo Helena adelantándose por encima de lo que iba decir. Sabrina alzo su mirada por fin, y dijo firme y segura.
—Por supuesto que me gustaría ser la sirvienta de la señorita Helena —afirmó con alegría —Gracia por escogerme —rápidamente me apure a tomar los hombros de Sabrina para que me mirar, pero solo recibí una expresión de decepción. Presa del miedo a que la hirieran una persona tan mal intencionada como lo era helena. De repente Emma, hizo acto de presencia en el tenso momento, y diciéndose hacia Sabi que estaba en shock por verla tan cerca explico.
—Estaba a punto de escogerte, pero tonta de mí no le pedí a tu amiga que me repitiera tu nombre, quiero que sepas que eras mi elección. —mire a la señorita Emma con alegría de las palabras sinceras que había dedicado, cuando mire a Sabrina, la vi dubitativa y con seriedad soltó.
—¡Ya te dije que me voy a quedar con la elección de la señorita Helena! Denme un permiso —dijo pasando por en medio de mí y la Emma, y subir al escenario donde estaba Helena.
—Pero… —murmure desencajada sin entender él porque hacía caso omiso, de mis palabras, solo lo hacía por su bien.
abrazo