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BAJO LAS ALAS DEL FÉNIX: "Renacer".

BAJO LAS ALAS DEL FÉNIX: "Renacer".

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Traiciones y engaños / Mundo mágico / Época / Espadas y magia / Fantasía épica
Popularitas:511
Nilai: 5
nombre de autor: Feng Liang

Continuación de la historia "Una vida llena de misterios y fantasías". Cientos de años atrás.

Feng Bao-Liang una pequeña princesa fue bendecida por un misterioso ser sobrenatural que los hombres apodaron el "Gran Dios Fénix". Y así un pequeño pueblo se convirtió en un gran imperio, abasteciendo a los ciudadanos de toda la fertilidad de la tierra.
pero...¿Por qué? nadie lo sabía...

Cuando la princesa nació, el gran fénix se presentó y la nombró como tesoro imperial.
El tiempo pasó y la princesa creció junto a su hermano mayor.

Todo parecía ir de maravilla hasta que la guerra se desató; entonces las cosas cambiaron...la vida de la pequeña princesa cambió completamente.
Ahora ella debe proteger a su imperio, buscar el porqué ese fénix la cuida y le enseña a controlar su maná espiritual sin pedir nada a cambio...¿Logrará Bao-Liang encontrar respuestas antes de lo inevitable? Porque después de todo un destino cruel le espera...

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Capítulo 22:

El tiempo había transcurrido en un abrir y cerrar de ojos.

Aquella pequeña princesa la cual los ministros de la Corte y el imperio entero creía muerta ha crecido bajo el cuidado del general Wei, el hermano menor de la emperatriz.

Feng Bao-Liang pasó de ser una pequeña niña a una hermosa joven, bendecida con la belleza y habilidades de su madre, con la inteligencia de su padre y con el poder del Dios Fénix.

Mientras ella disfrutaba de su vida en la frontera, en la capital los ministros instigados por el poder y la riqueza del pueblo, se preparaban para dar un golpe de estado, y destituir al actual emperador.

Aunque por fuera todo parecía estar bien, en la oscuridad se planeaba innumerables formas de asesinar a la familia real. En secreto uno de los ministros enviaron cartas a la frontera y convencer a quien ahora era la general Feng para estar de su lado, recibiendo como respuestas pequeños mensajes: "Mi deber es proteger al imperio, mientras los habitantes no se vean afectados todo estará bien".

Los ministros tomaron esto como una buena señal y enviaron una última carta en la cual especificaban que solo eliminarían a la familia real, pues su comportamiento había provocado la ira del pueblo, y ellos solo velaban por el bienestar del imperio. Y La respuesta fue: "Gracias por mantenerme al tanto, llegaré cuando sea tiempo."

Esto fue suficiente para que estuvieran seguros de que esa joven estaría de su lado, ya que había pasado su infancia en la frontera y no estaba al tanto de lo que sucedía realmente en el palacio.

El complot de los traidores empezó a llevarse a cabo, sin que el emperador se diera cuenta el ejército rodeó la ciudad capital trayendo consigo el temor de los ciudadanos ante una posible invasión de extranjeros.

 Ante esto, los ministros aprovecharon el momento para esparcir rumores de que el emperador tenía intenciones de militarizar el imperio.

La noticia corrió a lo ancho y estrecho de todo el continente. Sembrando dudas y miedo en todos.

— Su majestad, los traidores estan haciendo que el pueblo se ponga en contra suya. —

El emperador del gran Feng sonrió al escuchar esas palabras venir de su suegro mientras le daba un sorbo a su té.

— Al parecer no le preocupa el complot que los ministros estan armando. —

Agrega el mayor bebiendo de su propio té, ambos disfrutando el viento primaveral del patio real. El árbol de cerezo nuevamente dejaba ver sus hermosos colores, las flores adornando las ramas del tronco ahora mas grande por los años transcurridos.

— Mientras el Dios Fénix sepa que el descendiente de los Feng sigue gobernando con rectitud y justicia, no permitirá que los traidores logren su cometido. —

— A-Cheng, tienes razón. El Dios Fénix es parcial con la justicia. —

Asiente el general Wei, observando las flores de cerezo caer hacia el suelo.

— Bao-Liang volverá pronto. —

— Y los ministros caerán. —

La emperatriz apareció finalizando la frase, su padre sonrió levantándose para hacer una reverencia.

— Su majestad, la emperatriz. —

— No hace falta tanta formalidad, padre. —

— ¿Hay noticias de Bao-Liang? Hace días que intento contactarme con ella. —

Pregunta la mujer con preocupación mientras toma asiento entre los dos mayores, el general Wei suspira negando ligeramente.

— No he hablado con ella ya hace un par de días. —

Dice este, el otro sonríe.

— Bao-Liang quiere expandir su negocio como comerciante, en la frontera los ciudadanos ya conocen su artefacto para comunicarse a larga distancia y es muy efectiva. Entonces quiere entrar al mercado con eso. —

Comenta el emperador, su suegro asiente estando de acuerdo con aquello.

— ¿Y si eso llega a manos de los ministros? —

Cuestiona la emperatriz preocupada, su esposo ensancha su sonrisa como si la mujer acaba de decir lo que planeaba la pequeña princesa.

— Exacto, si los enemigos compraran ese artefacto podría llegar a otros reinos sin necesidad de que Bao-Liang vaya a promocionarlos. —

— ¿No es peligroso? ¿Que tal si intentan recrear el artefacto y venderlo? ¿Eso no perjudicaría al imperio y a mi pequeña? —

La emperatriz parece más preocupada ante algo posible que lastime a su hija y a los habitantes del imperio. El emperador suspira y niega, le sirve té a su esposa para que se tranquilice.

— La única persona que puede crear esos artefactos, es Bao-Liang. Nadie sabe como los hizo, ni siquiera nosotros. Además, nuestra hija no es tan tonta para permitir que otros se adueñen de su creación. —

— ¿En dónde está ahora? —

— En el reino de Fengzhong...—

— Vamos a verla. —

Ni apenas había terminado de hablar el emperador cuando la emperatriz lo interrumpió y se levantó dispuesta a ir con la princesa, a quien no había visto desde años. Aunque se habían comunicado mediante cartas y ese artefacto, no era lo mismo que verla en persona.

— Tranquilízate Jing‐Xue, no podemos alertar a nadie. —

Feng-Chen le sostiene suavemente del hombro deteniéndola.

— ¿Mi hija está a unos kilómetros de distancia y me dices que me tranquilice? —

La voz inestable de la mujer hizo que el corazón del propio general Wei se estrujara, no había más dolor para una madre que tener a su hija presente pero ausente algunos kilómetros a distancia de ella.

— Madre, ¿qué sucede? —

— Jin-Hai. —

La mujer sonrió ocultando su tristeza detrás de esa máscara que tantos años estuvo perfeccionando.

— Saludos padre. —

El joven hizo una reverencia hacia su padre quien negó con la mano para que levantara la cabeza.

— Hablábamos de tu hermana menor. —

— Oh, Xiao-bao. —

Él menor sonrió mirando a sus padres. Así entre pequeñas pláticas en la familia Feng la emperatriz se tranquilizó y regresó al palacio para atender algunos asuntos.

En cuanto al emperador volvió a su despacho junto al general Wei para conversar un poco más sobre los planes que la princesa tenía en mente para descubrir quien estaba apoyando a los ministros desde las sombras. Y así estar preparados para la gran amenaza que se acercaba.

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