Los Gemelos Alfas Y Su Pequeña Princesa

Kiara.

El día de mi cumpleaños ha llegado, mis padres fueron los primeros en desearme feliz día, y luego los demás todos excepto los gemelos.

No se que es lo que siento hacia ellos pero muchas veces quisiera ir y estar a su lado, pero aveces recuerdo la manera en la que me trajeron aquí, nada les costaba decirme, pero se que si lo hubieran hecho quizás no les hubiera creído.

Y es que una parte de sigue en alerta, ya no se en que pensar, tengo ilusiones e imágenes que se cruzan en por mi mente pero esas imágenes solo hacen que me confunda más, ya que en ellas no aparecen los gemelos.

—Esto puede llevar tiempo, además de que aún no hemos encontrado la cura para eso, el procedimiento para perder la memoria aún estaba siendo investigado por lo que aún no se había echo una cura, pero estamos haciendo lo posible para tener un medicamento que la ayude a recuperar sus recuerdos más rápido— dice el médico.

Miro a los gemelos los cuales ya me están mirando de manera que no se como Interpretar, han estado insoportables con todo el mundo, menos conmigo. Aunque yo no me les acerque para nada, el médico cuando viene hacerme revisión tienen miedo de dar el diagnóstico que ellos no quieren escuchar.

—Su loba está débil por el aconito, por lo que necesitará de sus compañeros para ayudarla en su recuperación, su loba al sentir el vínculo podrá tomar las fuerzas necesarias para poder salir.

—¿Tendrán que marcarla? — pregunta la reina Emma.

Yo miro a mis padres sin entender lo que eso significa, ellos solo me dicen que esté tranquila.

—No es necesario, aunque si lo hicieran aseguraría su recuperación, pero solo con su cercanía está Perfecto — responde el doctor.

El médico deja algunas indicaciones antes de irse, veo a los gemelos decepcionados y molestos es obvio que esperaban una solución para que yo recupere la memoria, la sala queda en silencio por unos segundos hasta que son los gemelos quienes lo rompen al irse, yo los sigo con la mirada y me quedo viendo el lugar por donde desaparecieron por un rato, algo en mi quiere ir hacia ellos.

—¿Que es eso de marcarme?— pregunto.

—Es cuando tus compañeros te reclaman con suya, ellos te marcan al morder tu cuello y tú haces lo mismo, hay un punto exacto donde deben ir las marca y pues allí sentirás mucho pla........

—Cállate Jay — la reina regaña a Jay diciéndole que no sea imprudente.

—Cariño, cuando tus compañeros te marquen significa que se están apareando contigo — explica la reina.

Abro los ojos sorprendida al entender lo que dice, de repente siento como el calor sube a mis mejillas, esto es realmente vergonzoso.

—Entiendo, si me disculpan voy a mi habitación— dice completamente abochornada.

Llego a la habitación y cierro la puerta, pego la frente en la puerta, cada día me entero de una cosa nueva.

—Controla tu excitación pequeño sol — me giro asustada y veo a Keyden y Aiden sentados en mi cama.

—No puedes ir por ahí dejando ese olor, el cual solo nosotros podemos apreciar— dice Aiden.

—¿Están locos? ¿Que hacen aquí?.

—Está también es nuestra habitación— responde Keyden.

Ambos se levantan y se acercan a mi, el calor en mis mejillas crece con su cercanía.

—Contrale solecito — me dice Aiden y no se a que se refiere.

—¿De que hablas? — preguntó.

—Podemos oler tu excitación pequeña — responde Keyden.

Mi cara debe estar como un tomate, esto es vergonzoso. Miro ambos a los ojos y detallo sus rostros unos minutos, sus facciones son increíblemente perfectas, desvió la mirada y veo como sus pectorales se asoman por las camisas que tienen varios botones desabrochados.

—Kiara es enserio, si no te controlas nosotros no podremos aguantarnos — esta vez la voz de Aiden suena mucho más gruesa y sus ojos están más azules de lo normal.

—Pero no esto haciendo nada.

No termino de decir esto muy bien cuando ya me encuentro acostada en la cama con Keyden a mi derecha y Aiden a mi izquierda, ambos entierran su rostro en mi cuello y empiezan a lamberlo cuando quiero hablar para decirles que se detengan lamen un lugar el cual hace que el calor entre en mi sistema y haciendo que jadeos salgan de mi boca sin poder controlarlo.

Aiden me besa mis labios y luego Keyden hace los mismo, yo sin poder resistirme les sigo el juego a tal punto de quedarme encima de Aiden y besarle el cuello y no se que es lo que me pasa que de repente me veo mordiendo el cuello de Keyden, me separo rápidamente cuando sensaciónes que no conozco pasan por mi cuerpo, Keyden y Aiden me miran con algo de ilusión.

—¿Que hice? — preguntó al sentir un sabor metálico en mi boca.

—Nos marcaste pequeño sol — responde Keyden.

—Al parecer tu loba no está tan perdida — dice Aiden.

«Los marque» lo hice, me he vuelto loca.

—Yo, yo lo siento, no sabía lo que hacía— me disculpo al ver las marcas de mis colmillos en el cuello de ambos las cuales desaparecen y forman una marca de Luna.

—No debes disculparte Solecito, es normal entre compañeros— dice Aiden.

—Además no nos molestaría si lo volvieras hacer — dice Keyden en tono coqueto.

—Claro que no lo voy hacer, y espero y ustedes no lo hagan conmigo— digo y veo un poco de disolución en sus miradas.

Una punzada llega a mi pecho.

—Jamás haríamos algo que tú no quisieras — dice Aiden.

—Eso espero — salgo de la habitación y ellos no me siguen.

Me siento un poco mal, y siento muchas emociones las cuales me abruman, siento algo de decepción, enojo y frustración, llego al bosque donde estaba ese día y solo espero ver a esos lobos ya que son los únicos en los que logro confiar al cien por ciento, ya que las primeras imágenes que pasaron por mi mente fueron la de ellos dos.