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La Venganza De Alaia

La Venganza De Alaia

Status: En proceso
Genre:Venganza / Traiciones y engaños / Familias enemistadas / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:3.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Heidy Pilicita Y.

En un ducado renacido de las cenizas, Finnian Seraphina se alza como el salvador, ajeno a la sombra que se cierne sobre él. La enigmática Lady Nayana irrumpe en su vida, una exitosa comerciante cuyo ingenio y belleza ocultan un fuego inextinguible: el de Alaia Elowen. Impulsada por la pérdida de su familia a manos de Finnian, Alaia se infiltra en su mundo, usando sus negocios y su intelecto para tejer una red de engaño, mientras Cataleya la celosa amante de Finnian, ve su posición amenazada y se consume en la ira, Finnian se siente extrañamente atraído por Nayana, ajeno a que cada palabra halagadora, cada gesto calculado es un paso más en la implacable "Venganza de Alaia". ¿Logrará su sed de justicia consumirlo todo, o el precio de la venganza será demasiado alto?

NovelToon tiene autorización de Heidy Pilicita Y. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 23

A la mañana siguiente todos los empleados daban los toques finales al gran salón donde se llevaría el baile, Anastasia se encargaba personalmente de supervisar que todo estuviera bien distribuido, mientras que Nayana le mostraba el vestido que había confeccionado personalmente para Indira, con el cual, quedo fascinada.

Con una sonrisa llena de orgullo, Nayana desplegó un exquisito vestido de seda en tonos azules profundos, con bordados plateados que simulaban constelaciones. La tela fluía como el agua, y el diseño acentuaba la gracia y la estatura de Indira

- Este es para ti, prima. Lo he confeccionado personalmente, pensando en tu elegancia y en la impresión que deseo que causes esta noche. Es un diseño único, en verdad espero que sea de tu agrado, pero si quieres que cambie algo, todavía tenemos algunas horas para arreglarlo.

Indira se acercó al vestido, sus ojos se abrieron con asombro y admiración. La tela era suntuosa, los bordados, intrincados, y el corte, perfecto.

-Nayana... Alaia... Es... es hermoso, nunca había visto algo tan bello. Cada puntada, cada detalle... eres increíble. No pensé que tu talento se extendiera también al diseño de vestuario.

- Es un pasatiempo que me ha ayudado a mantenerme cuerda en los últimos años. Y quería que lucieras resplandeciente. Esta noche es importante, Indira, hice un pequeño reto con Cataleya, yo daré la fiesta de tu bienvenida y ella de tu despedida, para ver quien la organiza mejor.

- Esa mujer, espero que no nos traiga problemas.

- Yo espero lo contrario, en cuanto más nos fastidie, más humillara al Ducado Seraphina, ya que se cree la Duquesa.

Mientras ellas seguían hablando amenamente, en el Ducado Seraphina, Cataleya no dejaba de fastidiar a Finnian con que esta noche la presente ante todos como su prometida.

- ¡Finnian, me lo prometiste! – menciona Cataleya, acercándose a él con una copa de vino en la mano, derramando un poco por el suelo -. Esta noche es el baile de la advenediza de Nayana, una oportunidad perfecta. Debes presentarme. ¡Presentarme como tu prometida! Así todos sabrán mi lugar, y esa bruja no podrá hacer nada.

Finnian, sentado detrás de su imponente escritorio, contenida la furia que sentía hacia Cataleya. La conversación con Nayana había abierto sus ojos a la magnitud de la incompetencia y la traición de su amante, y ahora, Cataleya solo servía para recordarle su propia ceguera.

-Cataleya, por favor, no es el momento - gruñó Finnian, su voz baja y cargada de advertencia -. Tengo asuntos más importantes que atender. Los informes de Lady Nayana... son... preocupantes.

-¡Preocupantes! - Cataleya dejó escapar una risa histérica y sin humor -. ¡Te preocupan más los números de esa arpía que yo! ¡Tú futura Duquesa! ¿Acaso no te das cuenta? ¡Ella quiere robarte! ¡Quiere robarme mi lugar! ¿No ves cómo te mira? ¡Esa mirada de víbora! ¡No confíes en ella! Sé lo que te digo, quiere atraparte, tenerte en su cama y luego pedirá que te cases con ella porque robaste su virtud - Finnian abrió los ojos y se levantó, su paciencia agotada. Su mirada era fría y penetrante, una que rara vez dirigía a Cataleya.

- Me estás colmando la paciencia, Cataleya. No sé qué le habrás dicho a Lady Nayana en el pasillo la última vez que vino, pero sé que tu comportamiento es imprudente y estúpido.

Quieres ser Duquesa, ¿verdad? Muy bien, pero una Duquesa es leal. Es competente. No es una carga y no pone en riesgo mi reputación con sus ataques de celos descontrolados en los pasillos de mi propio palacio.

Cataleya se puso pálida. El conocimiento de Finnian sobre su altercado con Nayana la aterrorizó. No había imaginado que él se enteraría.

- Yo... yo no sé de qué hablas.

- ¿Crees que soy un tonto, Cataleya? ¿Crees que no me doy cuenta de lo que sucede bajo mi propia nariz? Quizás deberías preocuparte más por tu propia posición y menos por lo que haga Lady Nayana. Esta noche, no haré ningún anuncio. Y si me avergüenzas en el baile de bienvenida a la Princesa... la próxima vez que nos veamos, será para discutir tu futuro, pero no como mi Duquesa. Así que es mejor que dejes de beber, de lo contrario no creo que puedas pasar de la puerta del Ducado, mejor ve alistarte, y déjame en paz, o lo próximo que oirás de mi es que tienes prohibido ir al baile..., lo entiendes…

- Si, no te molestare más.

Por fin había llegado la hora del baile. La residencia de Nayana brillaba con el esplendor de mil velas, proyectando un aura cálida y sofisticada sobre los jardines meticulosamente cuidados. Carruajes lujosos, adornados con escudos ducales y baronales, iban llegando sin cesar, deteniéndose ante la entrada principal. Los invitados, ataviados con sus mejores galas, desfilaban por la alfombra roja, siendo anunciados por un heraldo con voz resonante al cruzar el umbral. El gran salón comenzó a llenarse con el murmullo de conversaciones, risas y el suave tintineo de la cristalería.

Nayana, impecable en un vestido de seda oscuro que contrastaba con su piel pálida y acentuaba el brillo de sus ojos esmeralda, recibía a sus invitados con una sonrisa amable y una compostura inquebrantable. A su lado, Anastasia se movía con discreción y eficiencia, asegurándose de que todo fluyera sin problemas. Los nobles, comerciantes y figuras influyentes de la corte se mostraban impresionados por la fastuosidad y el buen gusto de la anfitriona, quien, en poco tiempo, se había establecido como una fuerza a tener en cuenta.

Mientras tanto, la Princesa Indira esperaba en un lugar apartado de la residencia, alejada de la vista de los primeros invitados. La tensión y la anticipación eran palpables en el pequeño séquito que la acompañaba. Vestida con el deslumbrante diseño de Nayana, Indira sentía el peso de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros. Leopold, su fiel acompañante, revisaba por última vez los documentos ocultos en un compartimento secreto de su capa, asegurándose de que estuvieran intactos y listos para el momento crucial.

- ¿Estás lista, Princesa? - preguntó Leopold, su voz grave y tranquilizadora.

Indira asintió, su rostro irradiaba una mezcla de nerviosismo y una férrea determinación.

- Lista, Leopold, es hora de que el Duque Seraphina enfrente la verdad.

A medida que el salón principal alcanzaba su punto álgido de concurrencia, con la música de la orquesta elevándose en un crescendo, Nayana hizo una señal discreta a Anastasia. La orquesta detuvo su melodía, y el heraldo, con una voz aún más potente, anunció:

-Damas y caballeros, con el honor de su presencia, Su Alteza Real, ¡la Princesa Indira Cassian!

Un silencio expectante cayó sobre el salón. Todas las miradas se dirigieron hacia la entrada principal, donde, con una majestuosidad serena, apareció la Princesa Indira. Su vestido capturaba la luz, sus bordados plateados destellaban como estrellas, y su postura, erguida y orgullosa, anunciaba la fuerza de su linaje. A su lado, la figura estoica de Leopold la seguía, su presencia discreta pero significativa, casi todo era perfecto, el Duque Finnian todavía no había llegado al lugar, se había retrasado debido a Cataleya, por lo cual, estaba molesto.

Cataleya, en su intento de eclipsar a las demás damas, había elegido un vestido demasiado ostentoso, cargado de joyas y volantes excesivos que, en lugar de realzarla, la hacían parecer vulgar en comparación con la sofisticación discreta de las demás. La discusión sobre el vestuario y su pertinaz insistencia en ser anunciada como prometida habían consumido un tiempo precioso, exasperando a Finnian.

Por fin, el heraldo anunció con voz potente: ¡Su Gracia, el Duque Finnian Seraphina y Lady Cataleya!

En cuanto llegaron al lugar y fueron anunciados, Finnian se dio cuenta del terrible error que había cometido al entrar junto a Cataleya. Un murmullo bajo recorrió el salón mientras todas las miradas se posaban en ellos. Al observar a las demás damas invitadas, con sus vestidos elegantes y sus joyas sutiles, pudo ver que sus atuendos eran muy diferentes al que llevaba Cataleya. Mientras ellas se veían sofisticadas y refinadas, su acompañante parecía todo lo contrario: exagerada, fuera de lugar, casi como una caricatura de la nobleza. Los hombros vendados de Cataleya, aunque cubiertos por las mangas del vestido, le daban un aire desaliñado que ni el exceso de joyas podía disimular.

Finnian sintió una oleada de irritación y vergüenza. La entrada triunfal que había imaginado se había convertido en una exhibición de mal gusto y falta de tacto. La risa ahogada de alguna dama, el sutil intercambio de miradas de los caballeros, todo lo confirmaba. Cataleya, en su intento de brillar, solo había logrado opacarlo.

Su mirada barrió el salón y se detuvo en Nayana, quien lo observaba desde la distancia con una sonrisa apenas perceptible, sus ojos esmeraldas brillando con una mezcla de diversión y una fría satisfacción. A su lado, la Princesa Indira, con el vestido azul que Nayana había confeccionado, irradiaba una elegancia innata que hacía que Cataleya pareciera aún más deslucida. Finnian apretó la mandíbula. El baile no había hecho más que empezar, y ya se sentía en desventaja, tal como Nayana había predicho.

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Limaesfra🍾🥂🌟
y va ebtrando de a poco. La venganza es pasito a pasito
odonoroc
uy qué buena historia espero más capitulos
Limaesfra🍾🥂🌟
prepárate Alaia se fuerte, aprende a defenderte de mente cuerpo. Preparate en defensa personal espada y toda clase de armss
Limaesfra🍾🥂🌟
muy interesante, vamos a una nueva aventura
Francireth Riera
Se ve interesante...
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