Betsabet Kohler es teniente del ejército de Alemania y ha destacado por su papel en la reacción rápida contra el narcotráfico. Considerada la mejor teniente de su unidad, pasó tres años en Estados Unidos desmantelando grupos dedicados al narcotráfico. Al regresar a su país, su coronel le asigna una misión como infiltrada en la organización liderada por Salvatore Müller. Su tarea consiste en integrarse en su vida y en su hogar para ganarse su confianza y enamorarlo, con el objetivo de obtener pruebas que permitan llevarlo ante la justicia y desmantelar la organización. Sin embargo, lo que comienza como una operación se convierte en un juego peligroso en el que se entrelazan el deseo, la traición, el odio, la demencia y el amor.
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Capítulo 18 conociendo stepp
Betsabet kohler
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-Había acordado quedarme a su lado ante su petición; lo disfrutaba, era un buen comienzo. Después de pasar toda la noche juntos, donde me hizo suya en repetidas ocasiones, me sentía exhausta, pero no podía resistirme a su deseo. Disfrutaba que él me hiciera suya, a pesar de que eso pudiera estar mal; al fin y al cabo, es parte de mi trabajo.
Al día siguiente, al despertar, lo vi dormido, así que me levanté con cuidado, me puse un pijama, bajé a la cocina y comencé a preparar el desayuno. Dicen que los hombres se enamoran por el estómago. Al finalizar, coloqué el desayuno en una bandeja y subí a la habitación, donde aún lo encontré dormido. Deje la bandeja sobre la mesa y comencé a observarlo: sus rasgos masculinos, su barba bien definida, su cabello negro que realzaba su piel, esos tatuajes que le daban un aire varonil y peligroso, y esos hermosos ojos dorados.Pasé mi mano por su cabello. Este hombre es físicamente perfecto, pero un maldito delincuente. Noté cómo abría los ojos y me sonreía de lado; luego me atrajo hacia él, colocándome boca abajo. Me besó en los labios y me dijo- Todo esto que estás viendo ahora es tuyo, ¿te gusta?
-Le sonreí y respondí- Sí, pero no hables mentiras porque no es mío.
-Me miró confundido y preguntó-¿Por qué lo dices?
-Le respondí-Porque sé que tienes muchas amantes y que no puedo exigirte nada pero...
-Me interrumpió y dijo-Si es así, no debes preocuparte. Desde ahora, solo estaré contigo; la única que me gusta y deseo eres tú, Chloe.
-Lo tomé de la mejilla, lo acerqué hacia mí mientras lo besaba, mis manos apretaron su espalda. Él comenzó a besarme el cuello y murmuré que le encantaba, pero debía hacer una pausa. Le dije- Espera, te traje el desayuno, debes comer primero antes de que se enfríe.
-Se detuvo, sorprendido, y dijo-¿Me hiciste desayuno? Pero en este momento ya estoy desayunando. En un movimiento rápido, me quitó la ropa interior y se acomodó, penetrando en mí. Mis pies se posaron sobre su pecho mientras comenzaba a tocarme.
-Después de alcanzar un clímax, nos acomodamos. Yo tomé la bandeja y él la taza de café, comenzó a beber. Tomé el tenedor, partí un poco de huevo con jamón y se lo llevé a la boca. Me observó sorprendido, pero abrió la boca y lo aceptó. Le sonreí, comenzamos a comer; le di la comida en la boca y él lo permitió.
-Al finalizar, después de darnos un baño y cambiarnos, debíamos ir a la empresa, pero me dijo que primero debía ir a su mansión a cambiarse de ropa. Por lo tanto, nos dirigimos hacia su casa. Al llegar, me quedé asombrada por la grandeza de la mansión: ¿solo vivía aquí con su hijo? En el tiempo que había pasado con él, no había mencionado a su hijo.
Lo vi dirigirse hacia las escaleras mientras yo esperaba en la sala. Me senté en el sofá, observando a mi alrededor, hasta que escuché unas voces. Vi a una mujer de cabello blanco, muy hermosa, con un niño pequeño. Al observarlo, noté que tenía los ojos dorados, al igual que Salvatore; era su hijo. Me levanté del sofá y dije-Buenos días.
-La señora me miró con sorpresa, se acercó a mí y dijo- Buenos días, ¿quién eres?.
-Le respondí- Soy Chloe Rose, asistente del señor Salvatore.
-Ella fijó su mirada en mi cuello, así que rápidamente lo cubrí con el cuello de mi blusa; ese hombre me había dejado varios hematomas. Ella sonrió y dijo-Chloe, qué gusto conocerte. Mi nombre es Adeline Vannecelli, madre de Salvatore, y él es Stepp, su hijo.
-Le respondí-Mucho gusto, señora. Hola, Stepp.
-El niño me sonrió, se soltó de la mano de la señora y se acercó a mí. Me coloqué a su altura y dijo-Hola, señorita Chloe, ¿eres la novia de papá?
-Le sonreí, apenada, y respondí-No, precioso, soy la asistente.
-Él pasó su mano por mi mejilla y dijo-Eres linda, ¿te gustaría jugar conmigo?.
-Le respondí- Me encantaría.
-Él comenzó a brincar y dijo- ¿Qué te parece hoy por la tarde?
-Escuchamos la voz de Salvatore que dijo- Stepp, la señorita estará ocupada, no podrá jugar contigo.
-Miramos hacia él. La señora Adeline miró a Salvatore y sonrió, notando el hematoma en su cuello. Ella volvió su mirada hacia mí, y mi cara ardió de vergüenza mientras ella sonreía pícara y dijo-Salvatore, no sabía que tenías una asistente tan bonita y educada. Llévala hoy a casa para cenar; estarán la familia, y deja que juegue con Stepp un rato.
-Salvatore me observó y luego dijo- Sí, madre, la llevaré. Ahora si me disculpa, Chloe, y yo debemos irnos.
-Stepp dijo- Papá, deja que Chloe se quede hoy conmigo para jugar.
-Salvatore respondió- Ella no puede quedarse, debe trabajar conmigo. ¿Por qué no está en la escuela?.
-Él respondió- Hoy no hay clase, salimos de vacaciones, papá. ¡Quiero que ella se quede, por favor!.
-Vimos cómo las cejas de Salvatore se fruncían. Entonces me agaché y le dije a Stepp- Precioso, hoy no podemos jugar porque tengo que trabajar junto a tu padre, pero ¿qué te parece si jugamos mañana?.
-Él me observó con una sonrisa y dijo- ¿Me lo prometes?.
-Le respondí con una sonrisa-Sí, te lo prometo.
-Alzo mi pulgar y él, con el suyo, aprieta mi dedo mientras sonríe. Al mirar hacia Salvatore, su rostro refleja molestia. El niño corre hacia la señora y ellos se despiden de nosotros. Me levanto y observo que se dirige hacia la salida; lo sigo hasta que subimos al auto. Él, con un tono molesto, me dice- No quiero que te entrometas en conversaciones con mi hijo, tampoco hagas promesas que no puedas cumplir.
-Quedo en silencio, sorprendida por su reacción. No creí que esto le molestara. Le digo- Lo siento, no pensé que te incomodara. Solo lo hice para que el niño estuviera tranquilo, y lo que le prometí realmente lo pensaba cumplir.
-Él responde- Tiene trabajo que hacer conmigo y no tendrá tiempo para jugar con él. Como escuchaste a mi madre, vendrás conmigo a una cena familiar; busca un vestido adecuado para la ocasión.
-Miro hacia la ventana mientras él la contempla. Suspiro, sin entender por qué se muestra tan molesto por esto. Deseo que no mantenga esa actitud todo el día, ya que podría volverse insoportable. -