Fénix

Horas después llegaron y sin que nadie supiera de su arribo, viajaron en taxi a una pequeña casa en los suburbios de la ciudad. Era una casa antigua de pisos de madera. Con una entrada grande y jardines descuidados por la falta de habitantes de hace años.

Napoleón recordó vivir allí de niño, la nostalgia y melancolía lo invadieron por un momento, luego suspiro prendió unos sahumerios en el altar para sus familiares que ya no están y fue con su hijo, Félix ya lo habían acomodado en una habitación y le estaban dando todos los cuidados necesarios. A las horas llegaron los facultativos y dieron varios tratamientos para que el joven y los bebés llegarán salvos hasta el trasplante.

Primero harían una habitación de Aislamiento con doble puerta y flujo laminar de aire, tendrían que estar con batas estériles si entraban a verlo y barbijos, y su alfa le debería dar Feromonas a diario, y le darían inyecciones para intentar activar la médula, así como sustitutos de la sangre y glóbulos blancos. Para tener defensas y que los bebés nazcan lo más sano posible, si se podía se llegaría a termino la gesta si no, se sacarían antes, se madurarían los pulmones de los niños y sé acondicionados unas incubadoras por si fueran necesarias. Dicho eso se retiraron y dejaron una guardia médica y de enfermería junto al delta, desde ese momento hasta ser trasplantado.

Todo se hizo con celeridad y en menos de un día la habitación estaba preparada, Napoleón seguía sin recibir llamada de su esposa o su yerno, y eso le preocupaba mucho, no sabía si seguían vivos, conociendo a su hijo Fénix era capaz de matar a su madre con tal de conseguir la información de su hermano para acabar con su vida, y si encontraba a Rodrigo era de seguro que se volvía viudo y lo mataba por la traición.

Una semana transcurrió en donde a Félix le dieron todo tratamiento posible, pero no despertaba, le faltaba las feromonas de su enigma y eso ya le afectaba a él y sus cachorros. Don Carpio no sabía que hacer, y se sentía desolado, por más que daba de sus Feromonas, no le alcanzaban, y allí recibió una llamada, era de su esposa Josefina, decía:- el chimuelo vuela con un ala rota, llega en la oscuridad, tu ami está bien, pero te abrazará. Y cortó la llamada. Eso le dio tranquilidad ya sabía que Rodri llegaba a la noche y su esposa estaba bien, esperando poder viajar para verlo y abrazarlo pronto.

Cuando llego Rodrigo ya lo esperaban para trasladarlo a ver a Félix y su hijo Robert, cuando llegó a la casa, lo recibió don Carpio y le explicó lo sucedido para prepararlo antes de que pudiera entrar a la habitación. Lo vistieron y al ingresar, fue y beso a su delta, liberó feromonas y al poco tiempo se estabilizó los signos vitales de Félix. Seguía inconsciente, pero estable hemodinámicamente. Rodri fue a ver. Así hijo Robert y luego de darle la cena y hacerlo dormir, regreso con su amado y paso la noche impregnando la habitación para que sus cachorros y delta estuvieran a gusto. A la mañana Félix se despertó y vio a su enigma dormido junto a él en una silla y comenzó a llorar, recordando todo lo que escuchó, el enigma al escuchar el llanto se despertó y abrazó a su amado, lo consoló y libero Feromonas tranquilizadoras, cuando estuvo más calmado hablaron.

Rodrigo le pregunto porque se escapó y Félix respondió que escucho lo que hablaba con la doctora, y tenía miedo de perder los bebés, el enigma abrazo con más fuerza a su delta y le respondió que el plan no era abortar, sino trasferir los bebés a sí mismo, estaban preparando al enigma para seguir la gesta de los gemelos y que el delta se recuperará con la medicación y el trasplante, habían ideado un plan para capturar a Fénix y usar su sangre para el trasplante.

Félix no me pareció la idea, ya estaba casi en los cinco meses de embarazo y la cirugía era riesgosa para el enigma, se negó y prefirió seguir con la impregnación y las inyecciones diarias en su brazo o el abdomen.

El enigma se le estrujó el corazón, pero acepto lo que su delta quería, igual seguía con el plan de capturar a su esposo para tener el donante para su amado delta.

Los días pasaron y llego Luisa y a los días por barco llego Josefina, ellas se ocuparon de preparar todo para la llegada de los gemelos y cuidar de Félix. Rodrigo lo cuidaba y daba todos los antojos que se le ocurría, lo mimaba y vivía con él en la habitación de Aislamiento, tenían un microclima único y especial, como un gran nido, que a Félix le daba paz y tranquilidad, sus bebés crecían fuertes y sanos. Ya tenía siete meses de embarazo y los gemelos hacían movimiento que sus padres veían en el abdomen del delta, Rodrigo tocaba y le decía es una manito de mí bebé, y salía otro tumbito, por otro lado, y tocaba y reía diciendo y está una patadita. Liberaba feromonas y los bebés y el delta ronroneaba.

Era de noche cuando una llamada despertó a don Carpio, le informaban que un navío no identificado estaba por atracar a un kilómetro de la estancia. Sin pensar llamo a Rodrigo y le dijo, creo Fénix está cerca. Los dos enigmas con un grupo de hombres fueron a la playa donde llegaría el navío.

Luisa y Josefina se quedaron con otro grupo de hombres cuidando a Félix. Que se encontraba dormido luego que Rodrigo lo impregnó de feromonas cálidas.

Esa noche sería eterna.