Mariano Márquez es un empresario, que fué tan profundamente herido, que desde ese momento, murió en su vida todo el romanticismo y la fé en el amor.
Yaimara Maceo es una joven modelo con un carácter indomable, que no cree en la fidelidad masculina, ni está dispuesta a darse la oportunidad de tener sentimientos románticos.
Él tiene treinta y un años, ella veintidós.
Él es venezolano, ella es cubana.
Él huele rico y está bueno, ella tiene una belleza exhuberante.
Él las quiere para un rato, ella no los toma en serio.
Dos migrantes de distintas culturas en Italia, una atracción que surgirá desde el primer momento en que sus miradas se crucen.
¿Quién será el primero en caer?, ¿Le costará a Yaimara conquistar a Mariano o será ella la primera en lanzarse a sus brazos?.
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Capitulo 22 ACEPTO
Yaimara se sobresalta al escuchar que tocan a la puerta de su apartamento, con cautela mira por el visor y ahí está Mariano con el cabello despeinado del otro lado, tras un largo suspiro se decide a abrir. La chica no tuvo tiempo de hablar cuando él la atrae hacia su cuerpo, atrapándola entre sus brazos.
—Te contaré todo lo que quieras saber de mí, si con eso no te alejas— la angustia se siente en sus palabras al hablar sin soltarla, en tanto aspira su olor.
La mujer, se separa de su cuerpo y lo conduce hasta el sofá, se fija en que él continúa con la misma ropa que llevaba puesta cuando ella abandonó la cena, solamente que sin el saco. Toma asiento y exhalando una bocanada de aire entrelaza sus dedos y comienza a relatar.
—La persona para la que compré ese anillo, hace mucho que no significa nada para mí— habla mirando con atención a la mulata, quien únicamente fija sus ojos sobre él sin interrumpirle —era joven y estúpido, pensé que ella me amaba y cuando supo que no tenía dinero, ni formaba parte de una familia con un apellido influyente, me despreció delante de todos...
YAIMARA
Escuchar a Mariano contarme sobre la humillación pública de la que fue objeto, me hace doler el corazón, lo veo arrugar la frente mientras habla, sé que le está costando esta confesión; sin embargo, lo dejo continuar.
Me pregunto cómo puede existir alguien tan desgraciado para hacer eso, ahora entiendo sus razones para portar ese anillo; también me empiezo a cuestionar, si es correcto que yo juzgue a todos los hombres desde mi experiencia, él ha metido a todas las mujeres en el mismo saco y yo a todos los hombres, es evidente que ambos estamos equivocados, pero con un terrible miedo a que nos dañen, pese a todo, está siendo mas valiente que yo.
—Cuando vine por la tarde ya no traía el anillo— dice sorprendiéndome —se lo dí a la muchacha del parque para que lo vendiera y usará el dinero en lo que necesitara— instintivamente poso mi mano sobre las suyas —no quiero que sientas compasión por mí— me pide algo dolido en cuanto siente mi tacto.
—No siento compasión por tí, porque estaría también compadeciéndome a mí misma, escuchar lo que me dices me hace dar cuenta que no somos tan distintos, tú quieres a las mujeres para pasar el rato y yo no quiero nada serio con nadie y todo por experiencias que tuvimos con personas desleales— le digo y frunce el ceño a la vez que comienzo a relatarle por qué prometí no creer en los hombres, ni en la amistad de mujeres.
MARIANO
Me costó contarle todo a Yaimara, no es fácil para un hombre exponer sus frustraciones y menos ante la mujer que le gusta; no obstante, a medida que hablaba me sentía más liviano, como si el peso con el que he cargado estos últimos años, se aligerara.
En un principio tuve la sensación de estar haciendo el ridículo, luego pensé que sentiría lástima por mí, pero contrario a eso, lo que hizo fue darme sus razones para huir de una relación; la escuché atentamente, de la misma manera que ella lo hizo conmigo, cuando dijo que yo las quería para un rato me sentí avergonzado, pero cuando expresó que ella no quiere nada serio con nadie, me apesadumbró, porque eso me implica a mí.
—Si te demuestro que existe la verdadera amistad entre mujeres, así como los hombres fieles ¿le darías a lo que pasa entre nosotros una oportunidad?— las palabras salen de mi boca casi sin pensar.
—Preséntame a un solo hombre fiel y te daré una oportunidad— me responde y no puedo descifrar si está convencida de que no existe o me la pone tan fácil porque quiere que nos demos un chance.
—Te presentaré dos, pero para eso debes acompañarme a Sicilia— respondo triunfante atrayéndola a mi pecho, así permanecimos silenciosamente largo tiempo, al punto de quedarnos dormidos, abrazados, hasta el amanecer...
En el hospital, Renata abraza a sus padres al enterarse de su reconciliación, pero esa felicidad que la embarga pronto se tornará en angustia.
Cómo si de una niña se tratara, Fiorella le cuenta a su hija la situación de salud en la que se encuentra Liborio, las lágrimas comienzan a fluir de sus ojos ante la posibilidad de perder a su padre y está dispuesta a hacer cualquier cosa para que recupere su salud.
YAIMARA
Despierto sintiendo a Mariano repartiéndome besos por todo el rostro, es increíble cómo una noche de confesiones, haya sido más determinante que nuestros encuentros fogosos; en este momento siento paz y decido que se queden en Cuba mis traumas y frustraciones, ambos hemos evitado sentir por personas que no valen la pena.
Abro los ojos y me aprieta contra su cuerpo.
—Acepto— le digo y él de inmediato entiende lo que quiero decirle, sonríe y me da un beso corto —pero ambos debemos hacer todo como si no existiera un pasado, sin juzgarnos por lo que otros nos hicieron...
Cada uno en su apartamento se prepara para salir a trabajar, antes de que termine, ya Mariano está frente a mí puerta para invitarme a desayunar y luego llevarme a la agencia...
La mañana transcurre con normalidad en la agencia Nurzia, a pesar de que Liborio no ha estado presente, todo sigue su curso normal, con la salvedad que ha llegado a todos y cada uno de los móviles del personal, un mensaje por parte de la dirección donde se les convoca a una reunión de presencia obligatoria a primera hora de la mañana del día siguiente.