Princesa Dragón Fugitiva.

Las miradas siguieron, se analizaban mutuamente. En realidad, el zorrito estaba más preocupado por cómo se veía que por el hecho de que ahora era humano frente a esa humana que había conocido en el bosque. Internamente, rogaba porque su apariencia sea la misma de siempre, mientras que Cixi se quedó analizando la situación mientras seguía observando cada detalle y acción del intruso que tenía en su habitación, hasta que sintió la misma energía que emanaba de su zorro blanco en el joven delante de él.

- No puede ser, ¡eres Suibian!- exclamó visiblemente consternada y medio tartamudeando, volviendo a escudriñar con la mirada al que anteriormente fue su zorrito.

- ya humana, no hagas un escándalo. Los humanos además de problemáticos, siempre son ruidosos-, comentó Suibian a la vez que se disponía a levantarse y ponerse de pie, debía buscar un espejo.

Cixi incrédula por lo que estaba viendo, un zorro blanco, su zorro blanco ahora tenía forma humana y con una personalidad algo un tanto particular.

Suibian había encontrado un espejo y se miró en él. Estuvo unos minutos observándose detenidamente en silencio, hasta que habló...

- no está mal, pero no debería ser así-, suspiró y se sentó en la cama nuevamente, fijando ahora su mirada en Cixi que aún seguía sentada en el suelo.

- humana, levántate. Tenemos que hablar-, comentó en un tono un poco serio Suibian.

- Zorro apestoso, ¿Puedes dejar de llamarme humana? Creo que sabes que soy algo más que eso-, Cixi visiblemente molesta se levantaba y acomodaba su ropa.

- Apestosa eres tú-, Suibian molesto replicó. Pero luego la miró fijamente y suspirando nuevamente volvió a hablar...

- eres del clan de los dragones inmortales y asumo que tienes una buena posición, de otro modo no estarías gozando de estar aquí ocupando un cuerpo humano. Seré claro y directo, te ayudé por un motivo, porque en el futuro necesitaré tu ayuda. No quiero que preguntes nada por ahora, solo quiero que me prometas que llegado el momento vas a apoyar mi petición frente al rey de los dragones.

Cixi lo escuchaba con un rostro serio, con una ceja levantada. No podía creer lo que estaba escuchando. Quería replicar, pero apenas abrió la boca para hacerlo, el zorro la detuvo con sus palabras de nuevo...

- no te preocupes, no es nada malo. Solo quiero mantener mi libertad intacta, y que mis padres no me impongan sus ideas. Yo no quiero tener nada que ver con el clan de los dragones, pero sé que con la ayuda de alguien de ese clan podré lograrlo. Mis padres no podrán obligarme a estar involucrado con ellos. Los dragones son tan orgullosos y egocéntricos, no... Definitivamente, los quiero lejos...-. El zorro no paraba de hablar olvidándose de que tenía a alguien del clan de los dragones frente a él.

Cixi no daba crédito a todo lo que estaba escuchando... Suibian era tan irritante, no paraba de hablar. Además se veía lo narcisista y egocéntrico que era.

- maldita sea. Si todos los zorros son como él, quedaré viuda en la noche de bodas-, pensó Cixi aún con la mirada fija en él. Después de hablar tanto como pudo, Suibian se volvió a dirigir a Cixi...

- escucha humana. Si me prometes tu apoyo, puedo ser tu humilde sirviente aquí en esta vida, y obedecer todas tus peticiones sin cuestionar, obviamente mientras no tenga que ensuciarme-.

Ella ya estaba harta de la personalidad de su zorro blanco, ahora humano parlanchín. Lo miró fijamente y luego sonrió, se le había ocurrido una idea.

- bien. Tienes razón, tengo un estatus alto, y puedo hablar con el rey dragón para apoyar lo que sea que quieras pedirle mientras no sea algo que dañe a los tres reinos. Lo prometo, y a cambio quiero tu lealtad y que me sirvas de acuerdo a mis deseos en esta vida. Estoy débil en estos momentos y me vas a proteger, además de que me vas a servir ciegamente. ¿Estás de acuerdo? Piénsalo bien-.

- No tengo nada que pensar, la vida humana es corta, y ya estoy recuperando mis poderes. Me será fácil protegerte y servirte. Estoy de acuerdo, es una promesa-. Respondió seguro el zorro blanco que ahora era un guapo chico.

- tan guapo, y tan irritante. Lo guapo se le va cuando abre la boca-, pensó Cixi con un chasquido de lengua y negando con la cabeza

Ambos hicieron el acuerdo, por el momento Suibian se quedaría en la habitación de Cixi hasta que pueda presentarlo como su sirviente. Cixi estaba segura de que su padre no se pondría, ya que sabía que ella no tenía sirvientes por culpa de Miyu y Masako. Definitivamente, él no se opondrá. Pero había algo que le preocupaba, él era él, y a su padre podría no gustarle que esté tan cerca de un hombre.

Pero ella ya tenía una idea, y sonrió con una sonrisa que podría considerarse maquiavélica, mientras volvía a observar de pies a cabeza al joven hombre que tenía en frente.

- zorrito, eres bastante guapo. Me pregunto, ¿cómo te verías vestida de una doncella?-

Suibian sintió escalofríos, podía imaginar lo que esa humana estaba teniendo en la cabeza, dio unos pasos atrás horrorizado...

- ni lo pienses, no lo haré. Definitivamente, no lo voy a hacer. ¡Estás loca!

- dijiste que obedecerías ciegamente. No hay marcha atrás en esto, a menos que quieras dejar de lado tu petición-, dicho aquello, Cixi sonrió triunfante. Ella pensaba que ahora que estaba ahí, no estaría mal divertirse y disfrutar de esa corta vida antes de regresar a la vida que tiene y a la guerra que le aguarda.

- zorrito zorrito, mi querido zorrito... Nos divertiremos juntos-, exclamó feliz Cixi.

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Hola! Les debo algunos capítulos. Mañana seguiré agregando más para ir avanzando. Pronto traeré un maratón. Espero que les siga gustando. ❤️