Estoy a punto de casarme con un hombre cruel y sin sentimientos y todo por pagar una deuda familiar, mi nombre es Sofía Gómez y el hombre que me compro se llama Adrik Ivanov, su nombre lo define a la perfección, ya que el es un hombre cuya oscuridad y frialdad te abraza con solo una mirada.
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Capitulo VIII Sombrío
Los rayos del sol se colaron por la ventana haciendo que Sofía quien dormía profundamente en los brazos de su esposo se despertara.
"Odio a Adrik Ivanov", pensó.
— Buenos días!. — dijo Adrik levantándose de la cama para ir al baño.
Era increíble que después de lo que pasó la noche anterior, este hombre fuese incapaz de decirle algunas palabras que no fuese buenos días.
Sofía no le dio importancia y simplemente se levantó de la cama y se fue a uno de los baños de las habitaciones de invitados, estando sola empezó a llorar, pues aunque la noche anterior Adrik la trato muy bien, ella se sentía sucia y es que las condiciones en las que ellos estaban eran muy crueles.
Después de bañarse y cambiarse de ropa, la muchacha salió de la habitación y bajo a desayunar encontrándose con su esposo sentado a la mesa leyendo algo en su teléfono.
La joven no le dirigió la palabra, sino que se sentó en silencio esperando a que le sirvieran el desayuno.
— Buenos días, señora, le apetece algo en especial para desayunar?.— pregunto una mujer del servicio muy amablemente.
— Buenos días, lo que hayan preparado para mí está bien. — respondió Sofía con una sonrisa.
La mujer fue a la cocina para buscar el desayuno de Sofía, mientras ella se quedó ahí mirando lejos.
— No debes darle mucha confianza al personal del servicio. — comento Adrik sin voltear a verla.
— Ahora tampoco puedo ser amable!. — contesto de manera sarcástica Sofía.
— Solo recuerda quien eres. — dijo el hombre sin expresión.
Sofía lo ignoro, ella no estaba de humor para discutir con su esposo, se notaba por encima que el no era más que un egocéntrico, narcisista con aires de superioridad, cuando al fin llegó el desayuno, Sofía sonrió, pues la señora le había preparado pan tostado con mermelada y jugo de naranja, además de unas frutas cortadas en trocitos, este era su desayuno favorito.
— Muchas gracias!, este es mi desayuno favorito, por cierto me llamo Sofía y usted cómo se llama. — está era una clara provocación hacia su esposo.
La señora del servicio miró a su jefe y un poco apenada y sin tener más remedio contesto:
— Guadalupe!, señora Sofía.
— Hermoso nombre, Guadalupe!, me gusta mucho y si me sigues consintiendo así créeme que serás una de mis personas favoritas.
Adrik puso el celular en la mesa y miro a Guadalupe con cara de "vete de mi presencia o yo te saco", obviamente Sofía se dio cuenta de su actitud por lo que decidió intervenir, tampoco era su intención que regañaran a Guadalupe.
— Cariño no te enojes, es solo que a mí me gusta hablar y como no tengo con quien entonces no le veo nada de malo hablar con Guadalupe. — dijo Sofía mirando a Adrik con una mirada lastimera.
— Está bien, haz lo que quieras. Adrik se levantó de la silla y salió de la casa sin mediar más palabras, mientras Sofía se quedó disfrutando su desayuno y disfrutando su victoria de esta mañana.
Después de pensarlo un rato Sofía decidió visitar la universidad, ella había terminado sus estudios de secundaria, pero como su familia no tenía dinero ella desecho la posibilidad de seguir sus estudios, pero ahora que estaba casada y su esposo tenía mucho dinero, pensó que si estaba vendiendo su cuerpo por ayudar a otros, entonces también sacaría provecho a la situación y le pediría a Adrik que le pagará una carrera universitaria.
Con esa idea en la cabeza, la muchacha fue a la universidad más importante de toda la ciudad, ella quería estudiar derecho y su sueño era algún día poder tener su propio consultorio de abogados.
Una vez tuvo en manos los requisitos que necesitaba para inscribirse decidió ir a visitar a su papá al hospital.
Pero antes de poder subirse al taxi recibió la llamada de Adrik.
— Donde estás?. — pregunto la voz al otro lado de la línea.
— Haciendo algunos pendientes. — respondió Sofía.
— Ven a mi empresa ahora mismo!. — la orden resonó en los oídos de Sofía.
— Vete al diablo, tu a mi no me vas a tratar así, ok.
La joven colgó la llamada, al ver la insistencia de su esposo ella optó por apagar su teléfono, se subió al taxi y cuando había avanzado un par de calles una camioneta negra interceptó el auto, dejando al taxista estupefacto.
— Señorita esto parece un secuestro. — grito el taxista.
— Trate de escapar señor, no deje que nos atrapen. — dijo Sofía desesperada.
El taxista no tuvo tiempo de reaccionar cuando unos cuantos hombres vestidos de negro bajaron de la camioneta rodeando al taxi, unos minutos después llegó un auto de lujo, al verlo Sofía supo de quién se trataba, así que tranquilizó al chófer.
— No se preocupe señor, no le harán daño, mire aquí tiene el dinero de la carrera y además un poco más para resarcir el daño causado.
Sofía se bajó del taxi y camino hasta el automóvil que la estaba esperando a unos cuantos pasos, al llegar uno de los hombres de negro abrió la puerta del pasajero mostrando la impecable figura del conductor, el aura de Adrik era implacable, se veía lo molesto que estaba, por unos instantes Sofía se arrepintió de haber apagado el teléfono.
— Súbete o a caso quieres que te suban a la fuerza. — dijo Adrik con voz fría.
— Eres un bastardo, acaso piensas que soy de tu propiedad?
— Te dije que te subieras al mxxxxxx auto.
La impaciencia de Adrik era notoria y es que cuando se enojaba su acento ruso se marcaba aún más, haciendo que pareciera aún más aterrador.
Sofía subió al auto y se puso el cinturón de seguridad, no cruzo palabra alguna con Adrik quien mantenía una mirada sombría.
Al cabo de media hora llegaron a la casa, Adrik no volteo a ver a Sofía, la joven lo pensó por un momento antes de bajar del auto, estaba asustada por la expresión fría de Adrik, ella sabía que el era un hombre de mal carácter, lo que nunca imaginó fue que su acción resultaría en este problema .