Aquí comienza el amor entre Max y violeta, una historia que los llevará al borde de la locura a ambos para hacer que su amor sea indestructible.
Esta es la continuación de violeta y Max en Frío Millonario.
Que lo disfruten, queridos lectores. ❤️
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Capítulo #23
—Doctor: bueno, realmente es un tema muy delicado, quería hablar con ustedes sobre el paciente, como pueden ver ya hace dos meses que el joven Max está en ese estado y no tiene ninguna reacción y nosotros necesitamos los quirófanos. Las habitaciones y mucho más las máquinas que lo mantienen con vida. (Dijo tratando de que las cosas no se salgan de contexto)
—¿Violeta: y a que lleva todo esto, doctor? (Preguntó confundida)
—Doctor: bueno, lo que quiero que entiendan es que también deben ir pensando en desconectarlo. (Dijo cortésmente)
—Esmeralda (madre de Max): entonces renuncio a mi hijo, así como si nada, les estamos pagando mucho dinero para que esté en esa cama y aun así me dice esto. (Dijo soltando en llanto)
—Fabián (padre de Max): cariño tranquila él solo dijo que lo pensáramos, no que lo hiciéramos a demás, él tiene toda la razón, si nuestro hijo no despierta no vale la pena que lo tengamos en agonía. (Dijo llorando también tratando de calmar a la señora Esmeralda)
—Doctor: señora Esmeralda por favor no se lo tome a mal, realmente sé lo que es perder a un hijo y no es nada fácil y se lo dice una persona que ya lo vivió en carne y hueso. (Dijo mientras sus ojos también se llenan de lágrimas, ya que este es una tema muy sensible para él)
—Violeta: es verdad, después de todo él se merece descansar si es lo mejor para él. (Dijo mientras lo miraba y sentía como su mundo se desmoronaba, lo que el doctor había dicho es comprensible, pero hay una parte de ella a la cual le cuesta aceptarlo)
—Doctor: bueno los dejo para que puedan seguir en lo que estaban debo visitar a varios pacientes hoy, pero sí tengo algún tiempo libre volver a verlos. (Dijo levantándose del sofá para irse)
—Esmeralda (madre de Max): doctor, muchas gracias y los siento por la manera en la que reaccione es que de verdad esto es muy fuerte para mí. (Dijo tratando de contener las lágrimas pero bajan solas)
—Doctor: no se preocupe, yo también soy padre y también he pasado lo que están pasando ahora, cuídense mucho y mientras piensan lo que les dije tampoco pierdan la esperanza, eso es lo último que debemos perder. (Dijo sonriendo y saliendo de la habitación)
—Fabián (padre de Max): gracias doctor. (Dijo tranquilo)
—doctor: hasta luego. (Dijo mientras movía su mano)
Después de aquel día pasaron dos semanas y Violeta se encontraba en la habitación de Max en el hospital, ya era tarde en la noche y ella no podía dormir dando vueltas en el sofá cama, entonces decidió ir al baño y mientras estaba parada frente al espejo decidió darse una ducha.
Mientras tomaba su ducha no pudo evitar soltar el llanto, ya que la persona que amaba probablemente estaba muerta desde el principio y ellos solamente no lo quería aceptar el agua tibia corría por su cuerpo y todo el baño estaba lleno de vapor cuando de pronto sintió a alguien detrás de ella y unas manos rodeando su cintura y besando su espalda y cuello.
—Max: ya es hora de dejar de llorar y comenzar de nuevo. (Dijo mientras la volteaba para besarla)
—Violeta: Max…. Estás despierto, debemos llamar al doctor. (Dijo con emoción e intentando salir de la ducha, pero Max no lo permitió)
—Max: creo que el doctor puede esperar un poco más. (Dijo mientras volvía a besarla y Violeta correspondía)
Max comenzó a tomar cada rincón de su cuerpo mientras la besaba apasionadamente y el agua tibia corría por sus cuerpos, los gemidos por cada tacto no dudaban en salir de la boca de Violeta sin previo aviso.
—Violeta: espera, no podemos hacer esto, estás herido, necesitas atenciones médicas, ahora que despertaste, te vas a lastimar. (Dijo entre gemidos porque aun diciendo esto Max no se detenía)
Esa madrugada en la habitación solo se podía escuchar la melodía de los gemidos de ambos en el baño, el pasarla bien estuvo sobrevalorado, esa llama que estaba en la espera desde hace mucho tiempo se estaba haciendo cada vez más fuerte.
—Violeta: debemos parar por favor te vas a lastimaarrrr. (Dijo mientras gemía)
—Max: sigues estando tan rica y hermosa como la primera vez. (Dijo mientras seguía penetr****** una y otra vez sin parar mientras succionaba sus pech** u entre gemidos llegaron al clim**)
Después de que aquellas ganas fueron saciadas por ambos, Violeta ayudó a Max a secarse y aunque estaba delgado se veía realmente guapo, le ayudó a vestirlo y lo llevó a la cama.
—Violeta: entonces acabas de despertar y lo primero que pensaste fue en hacer lo que hicimos. (Dijo riendo sonrojada)
—Max: mientras estás en coma no dejaba de soñar con eso, la verdad creo que el deseo de hacerlo me mantuvo con vida. (Dijo sonriendo de manera burlona)
—Violeta: ahh, sí, qué gracioso, pero voy a llamar el doctor de cualquier manera, deben revisarte y mucho más ahora después de todo ese movimiento. (Dijo algo sonrojada)
Violeta llamó al doctor y este le dijo que mañana temprano pasaría a verlo, ya que estaba atendiendo una emergencia en otro hospital, en ese momento tampoco quisieron hablarle al señor Fabián o la señora Esmeralda, pues Max quería darles la sorpresa.
—Max: pensándolo bien, creo que abusaste de mí. (Dolo sonriendo con malicia)
—Violeta: cómo voy a abusar de ti estás loco. (Dijo sorprendida)
—Max: mira el estado en el que estoy y aun así no te detuviste aún que me encantó. (Dijo mirándola de arriba a abajo con morbo)
—Violeta: no me mires así por favor. (Dijo mientras sentía que su cuerpo se acaloraba)
—Max: pero me encanta verte tanto con ropa como sin ella. (Dijo sonriendo tranquilo)
—Violeta: ya podemos dejar de hablar de eso. Voy a buscar agua, ya vuelvo. (Dijo inocentemente sonrojada y a Max le encantó su expresión tanto que su amigo estaba volviendo al juego)
—Max: amigo bájale, algo que hay tiempo para eso. (Dijo mirándolo sonriendo)
Violeta salió a buscar el agua y se sentó a tomar aire fresco mientras sonreía y le agradecía a Dios por darle la oportunidad de estar con el amor de su vida y la felicidad no cabía en su pecho y tampoco su corazón, sonreía sola y suspiraba, después de un momento entró nuevamente en la habitación y Max la esperaba acostado.