Rhett trabajó mucho para convertirse en un cazador de criaturas de la noche, hasta que un día se entera que su compañero más leal es uno de ellos.
¿Qué hará ahora que tiene un vampiro a lado? Y aún peor, ¿por qué se ha enamorado de él?
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Mitad vampiro, mitad bestia
"Tendremos que irnos pronto, Rhett, no podemos quedarnos más tiempo aquí" dijo Daemon, su enojo había vuelto luego de ver a la vampiresa.
Justo cuando buscaban calma otro suceso aparece de la nada para hacerlos retroceder. El camino se ha vuelto complicado, lo único que espera Rhett es que no por mucho tiempo.
"Creí que estabas pensando en un plan para solucionarlo, ¿no era casarnos la forma de evitar a tu prometida?", cuestionó Rhett a Daemon.
En medio de la habitación, con el sol empezando a salir, encontró entretenido mover las cortinas para cerrarlas de nuevo antes de un accidente. Le puso mucha dedicación para tener una excusa y no mirar a Daemon a los ojos, si lo hacía, reflejaría que la respuesta que dijera le afectaría.
El vampiro suspiró y se sentó sobre la cama, que se hundió por el peso de inmediato. "No fue solo por eso, te lo pedí porque es algo que deseo hacer y mi padre no tiene nada que ver en ello. Fue mi decisión".
Aclararlo quitó un peso de encima a Rhett, quién se permitió respirar profundamente tras estar tanto tiempo a la expectativa de lo que podría ser.
"Es bueno saberlo" se volteó Rhett, sonriendo sin poder evitarlo. "Si de verdad nos vamos de aquí, ¿a dónde iremos?".
Antes de irse, lo más conveniente sería buscar señales de los cazadores, él podría ir solo a inspeccionar ya que Daemon es incapaz de estar bajo la luz del sol ahora. Rhett también puede defenderse por su cuenta, aunque aún le queda adquirir un poco de experiencia.
"Podríamos ir a otro distrito, tendremos que dejarlo a la suerte", de repente la mente de Daemon hizo clic, lo supo porque detuvo su explicación a la mitad. Miró a Rhett y su mirada le dijo que algo venía.
"Hay algo que no te he dicho".
Una oleada de desconfianza surgió en Rhett, ¿qué sería esta vez? Dejaría que Daemon hablara primero antes de juzgar sus acciones, una buena razón podría esconderse en él.
"¿De qué se trata? Creí que ya habíamos dejado los secretos atrás, Daemon", Rhett permitió que en su tono se notará la decepción de escucharlo decir aquello. "He estado confiando ciegamente en ti".
El vampiro agachó la cabeza, avergonzado, sí, Rhett tenía razón. No supo por qué continuaba escondiendo cosas, probablemente porque en el fondo temía que Rhett tuviera una razón para irse de su lado.
"Solo hay una cosa que no te he dicho y debo hacerlo antes de que sea demasiado tarde, lo he estado retrasando demasiado".
Las palabras de Daemon abrieron una incógnita dentro de Rhett, ¿exactamente cuánto tiempo le estuvo mintiendo? Intentó encontrar una respuesta que solo Daemon podía darle.
"Que se trate de solo una cosa no lo hace menos malo para mí" respondió Rhett con más frustración de la que quiso.
Tan pronto como se dio cuenta de lo egoísta que sonó, cerró la boca y no la volvió a abrir. La posibilidad de que Daemon tuviera una buena razón para esconder ciertas cosas seguía allí y se aferraría a ella.
"¿Recuerdas lo que dijo aquella mujer cuando te vio por primera vez? Hay mucha verdad en eso, no creí que fuera tan obvio" respondió Daemon.
No tardó en hacer un esfuerzo por recordar, empezando por el momento en que llegó la vampiresa hasta cuando se fueron dejando su presencia atrás.
Entonces fue cuando cayó en cuenta de que la verdad era mucho peor de lo que creyó.
"No puede ser posible", dijo Rhett.
Corrió inmediatamente hacia el espejo para analizar su propio cuerpo. No encontró nada diferente, pero Rhett no podía parar de inspeccionar, revisaba una y otra vez sus ojos, buscando un signo de que algo podría estar mal con él.
"Lo es" el vampiro se levantó de su lugar, atravesó la habitación hasta quedar detrás de Rhett, el cazador podía ver su figura imponente desde el reflejo del espejo.
Con un movimiento sutil, Daemon abrazó a Rhett por la espalda, enterrando su rostro en el cabello negro, dándole el consuelo que sabía necesitaba más que nada.
"¿Cómo es posible? No tengo la más mínima de las habilidades", Rhett soltó una risa fuerte y corta que estaba llena de frustración. Sus puños exigían descargar su furia con algo, pero tenía a Daemon dándole confort a su cuerpo y lo hizo mantener la calma.
"Tengo algo en mente para comprobar si de verdad eres un mestizo, no podemos descartarlo", eso era en lo que Daemon había estado pensando y analizando tanto tiempo, ¿cómo podría ayudar a Rhett? Claramente primero necesitaba encontrar una solución antes de darle la cruda verdad.
Pero entonces llegó aquella vampiresa a quitarles tiempo.
"Mitad bestia, mitad vampiro. Solo soy una criatura de la noche después de todo", Rhett se dejó caer en el suelo con Daemon aferrado a él. Ambos quedaron sobre el frío piso, Daemon se negó a soltarlo.
"Perdóname, lo supe desde que éramos novatos en el cuerpo de cazadores. Tu olor fue tan atrayente para mí y enterarme que todavía no tenías conciencia de lo que tú mismo eras, me hizo no querer arruinar tu vida" susurró Daemon en su oído, sus brazos se aferraron todavía más fuerte a Rhett sin apretar demasiado.
Rhett vivió toda su vida en el campo, nunca conoció otra cosa hasta convertirse en un cazador. Si se hubiera quedado allí, ¿alguna criatura de la noche lo habría reconocido? Qué irónica situación, él entrenó tan fuerte para proteger a las personas de criaturas como él.
"Está bien", consoló Rhett a Daemon, "Gracias por decírmelo".
Él solo podía culpar a sus padres por hacerlo vivir en una falsa realidad.
"Pero dime una cosa", continuó Rhett, "¿Por qué no cuento con ninguna característica de las que ustedes tienen?".
Las velas de la habitación eran muy pocas para iluminar donde estaban, varias ya se habían acabado y otras simplemente se apagaron después de un rato, hacía frío y solo tenía a Daemon para aferrarse.
"Es... Difícil de explicar" suspiró Daemon acurrucando su cuerpo tras el de Rhett, buscando cercanía. Rhett casi no era una persona que ofreciera mucho contacto físico, entonces, ahora que el vampiro probó un poco, inmediatamente necesitó más.
Pronto, Daemon continuó con su explicación "Puede ser magia, que no tengas ninguna habilidad o que estén reprimidas porque nunca te enseñaron a usarlas".
Pensar en que pudiera ser magia hizo que su cuerpo se estremeciera, debía visitar a su madre lo antes posible. Regresar a casa para buscar respuesta era su mejor opción hasta el momento.
"Ya tengo a alguien en mente que nos podría ayudar", Daemon ofreció.
"¿De quién se trata?".
"Azael" respondió y no le gustó para nada.
(a que tienen malos sentimientos hacia él o hablan a espaldas de él)