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Mi Pasado Bajo 7 Llaves

Mi Pasado Bajo 7 Llaves

Status: Terminada
Genre:Completas / Malentendidos / Traiciones y engaños
Popularitas:32.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Maria Esther

Grace Pons trabajaba en una casa de citas hasta que escapó de esa vida llena de peligros y vergüenza, para acabar dando su consentimiento a un matrimonio de conveniencia. Sin embargo, no viviría mucho tiempo como una mujer respetable si no conseguía mantener su pasado y su corazón bajo siete llaves.
El amor era lo menos importamte en el matrimonio para un hombre que había empezado de cero, y tenía aspiraciones políticas. Bruno Valverde necesitaba una esposa adecuada para garantizar su elección y darle una madre a sus hijos.
Aún así, el deseo hacia su bella esposa comenzó a ser irresistible, hasta que los secretos de su pasado empezaron a descubrirse...

NovelToon tiene autorización de Maria Esther para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Esa mujer no es una dama.

Era mayor que ella, delgada y con arrugas alrededor de los ojos. Iba decorosamente vestida, como todas ellas, pero no llevaba anillo de casada en la mano. Su rostro reflejo sorpresa pero no levantó la cabeza y mantuvo la mirada clavada en algo que había en un estante inferior.

No, pase usted primero.

Se lo envolveré intervino Rosa dirigiéndose a Grace, ¿lo apunto en la cuenta del señor Valverde?

Grace, desconcertada, retrocedió otro paso más. No, insisto en que atienda antes a esta dama. Estaba esperando cuando llegué.

Yolanda Gómez no es una dama, señora Valverde, dijo en voz baja la mujer que Grace tenía a su izquierda.

Grace, con un nudo en las entrañas, miró a la mujer llamada Yolanda. La mujer, humillada, apretó los labios y acabó levantando la mirada. Grace se quedó paralizada por el dolor y la humillación que vio en lo más profundo de sus ojos grises y apagados, un dolor y una humillación que conocía muy bien. Nunca había visto a Yolanda, pero la conocía muy bien, conocía su miedo y su desesperanza, conocía el aislamiento y la censura que le habían acompañado durante mucho tiempo. Miró su reflejo como si fuera un espejo y vio la desesperación.

Yolanda, con una dignidad enorme, dejó lo que había elegido en el mostrador más cercano, se dio media vuelta y se marchó de la tienda. La campanilla sonó con una fatalidad siniestra.

Qué descaro, dijo una de las mujeres, viene como si pudiera comprar tranquilamente con todas nosotras.

Grace dejó la caja con el papel para cartas encima del mostrador y luego, impulsivamente, tomó los polvos de talco y las agujas que había abandonado Yolanda.

También necesito esto.

Rosa la miró con los ojos entrecerrados, pero envolvió todo con papel marrón y le dio el paquete a Grace. Grace no oyó nada más de lo que dijeron las mujeres, dio las gracias y se marchó precipitadamente. Una vez afuera, miró a todos lados hasta que distinguió a la mujer que se alejaba rápidamente. Se levantó el borde de la falda y corrió detrás de ella. Al oír las pisadas, la mujer se detuvo, se apoyó de espaldas en una fachada como si esperara un ataque y miró a Grace con cautela. Ella se detuvo a un par de metros. Una vez allí, no sabía qué decir. Lo que más temía en su vida era acabar como aquella mujer. Miró alrededor nerviosamente, rasgó el papel del paquete, sacó la caja volvió a envolver el resto y se le ofreció a la mujer.

Es suyo, le dijo.

Rosa no lo tomó.

No deberían verla hablando conmigo, no le gustaría nada a sus amigas.

Me da igual lo que piensen. Tome esto, por favor. Sé que lo necesita. Por favor.

Rosa lo tomó lentamente, se llevó el paquete al pecho y miró fijamente a Grace durante un rato bastante largo e incómodo. Rebuscó en el pequeño bolso que llevaba colgado del brazo, sacó una moneda y se la ofreció a Grace.

No, es un regalo, replicó ella.

Rosa parpadeó, pero miró un momento a los ojos de Grace.

¿Por qué?, le preguntó.

Porque no todas somos como ellas, contestó Grace.

Los ojos de Rosa reflejó la gratitud, un sentimiento que le dolió ver. Era evidente que hacía mucho tiempo que nadie la trataba con amabilidad. Evidente y desacertado. Grace se dio la vuelta y se alejó.

Grace no había estado nerviosa ni el día de su boda. Entonces, no sabía lo importante que era causar una buena impresión por Bruno. Se cambió tres veces de vestido hasta que quedó satisfecha. El vestido que le pareció más adecuado tenía una cinturilla ceñida de terciopelo azul y el cuerpo estaba hecho de crepé azul agua que caía en ondulaciones sobre el escote. La falda de la misma tela tenía una sobre falda adornada con rosas de gasa y llevaba otra rosa en el hombro izquierdo. Un zafiro cuadrado le colgaba del cuello sujeto por una cinta de seda y los pendientes eran de la misma piedra preciosa. Unos guantes de terciopelo azul, como la cinturilla, le llegaban hasta los codos, en la mano derecha por encima del guante llevaba un anillo con zafiro. También se había sujetado unas rosas en el cabello recogido en lo alto de la cabeza.

Grace, una vez arreglada entró de puntillas en el cuarto de los niños. Chris y Paquito tenía los ojos cerrados, pero Betty abrió los suyos con admiración. Ella la arropó bien por debajo de la barbilla.

Buenas noches, pequeña.

Betty sacó una mano para tocarle un pendiente y le sonrió con timidez. La señora Carla que estaba sentada en una mecedora mientras esperaba a que Betty se durmiera, también le sonrió y le deseó que se divirtiera. Grace bajó las escaleras y se encontró con Bruno en el recibidor. Él la miró con lo que esperó que fuese aprobación.

¿Te parece inadecuado?, preguntó ella.

Eres la mujer más exquisita que he visto jamás, consiguió decir él. Nadie se fijará en los Increíbles arreglos florales de nuestros amigos cuando llegues.

Ella, un poco sonrojada dijo quiero que estés orgulloso de mí.

Soy el hombre más afortunado de toda Sonora. Replicó él mirando hacia abajo. Creo que se te ha desatado el botín.

Vaya, lo saqué con los guantes puestos.

Permíteme.

Él se arrodilló con su impresionante traje negro y le hizo un gesto para que le diera el pie. Ella se levantó el borde del vestido y obedeció. El botín color bronce se elevaba unos 10 cm por encima del tobillo y estaba abierto por delante, solo se sujetaba al pie y la pierna con un encaje de seda como era la última moda cuando los encargó. Bruno ató la cinta con un lazo firme, se levantó y le ofreció el brazo. Ella desplegó el chal de encaje y se lo puso por encima de los hombros.

Hay un regalo para la anfitriona en la mesa, comentó ella.

Él recogió el paquete y se lo puso debajo del brazo.

Están a una manzana y había pensado ir dando un paseo, ¿puedes?

Naturalmente, contestó ella.

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Zunino
Ya va autora, no me mientas que no soy tonta y sí pongo atención a lo que estoy leyendo. La celebración de la independencia era día JUEVES porque así lo dijo Celeste cuando visitó a Grace la semana anterior, ella dijo "hasta el jueves" y Grace le pregunto "porque el jueves" y Celeste le respondió "es la celebración del del de la independencia ". Entonces ¿como al día siguiente es DOMINGO?.
EXPLÍCAME POR FAVOR AUTORA.
¿QUE PASÓ CON EL VIERNES Y EL SÁBADO, Y COMO LLEGARON A LA NOCHE DEL SÁBADO?
Marlith Garcia Oliveira
Excelente
comercial lasisabelas
muy bella novela
Amalia Godoy Tapia
no me digan k ese es el final k fome y la perdono o no y la gente del pueblo como se conporto con ella se fue del pueblo??????
Eugenia Torrejon
Excelente
Mercedez Peréz
a pesar de mi anteriores comentarios ahora puedo decir que su historia cambio aciendo que se refleje que esto s echos si ay que no se ace público pero ay mucha gente que abusan de los débiles que no pueden defenderse buena su historia
Edymciaz Ziadet: Gracias autora por compartir su obra
Me encanto,
Disfrute cada uno de sus capitulos me enganchaba más y no podía dejar de leerla
La trama de su novela es la realidad que se vive en muchos países
total 1 replies
Mercedez Peréz
creo que debería contarle antes que sea tarde las mentiras estropean las relaciones su historia está un poco aburrida
Mercedez Peréz
Malo
Mercedez Peréz
bueno por ahora es un parásito ya que no lava ni un plato creo que eso puede aprender con tantos estudios se busco una profecion por decirlo así no abia a quien enseñar lo que sabía ahora sigue igual la diferencia que no rebolean la carterita
albanekane@hotmail.com
Excelente
mama aguayo
un amor muy tierno, me encantó, gracias escritora.
Susy Sepulveda Muñoz
Excelente
Maria Teresa Villarreal Rodriguez
esta muy bonita y muy interesante esperamos la actualización
Gladys Grerez
esta muy buena y quiero diguir leyendo para saber como digue
Gladys Grerez
me gusta mucho la historia
Maria Escobedo
Normal
Maria Escobedo
Malo
Dodo G.
qué falta de respeto
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